miércoles, 3 de agosto de 2016

La autoconfianza, el autodominio, el autosacrificio


La autoconfianza, el autodominio, el autosacrificio

Conferencia del Doctor Roberto Ruggiero
en you tube, desde aquí

En un tema procuramos presentar una imagen que nos sirva de punto de partida.
A este respecto, estábamos viendo en la pantalla de la televisión esa serial que creo que se llama “La isla de la fantasía”. ¿Qué piensan que se nos ocurrió? Veíamos en esas ilusiones, en esos sufrimientos, en esas corridas, en esos problemas tremendos – que después, felizmente, terminan bien – veíamos reflejado el satado permanente de la humanidad con todos sus errores, con todas sus equivocaciones, con todos sus malos enfoques, con todas sus ignorancias. Disculpen, es el penúltimo tema del año, tenemos, definitivamente, que hablar claro. La humanidad distorsionó sus valores. La humanidad lo que menos conoce es de si misma. la humanidad vive equivocadamente enfrentando problemas que se crea por absoluto error. No piensen que queremos exagerar.
Absolutamente. Nos invade una inmensa tristeza ante las terribles realidades de todos los tiempos y presentes. En momentos de catástrofes espantosas, como las que están sucediendo en el sur de Italia, en momentos de falta del más elemental criterio, dos naciones, productoras de medios energéticos para el mundo se enfrentan despiadadamente y a los tres meses de iniciado el conflicto ya una de ellas declara tener que racionar el petróleo ¿No es espantoso que se desperdicien valores tan extraordinarios por no haber entendimiento, en momentos que la civilización creó entidades que sirven para presentar demandas, problemas, para resolverlos como seres civilizados, los seres se olvidan y recurren a los métodos antiguos basados en enfrentamientos inútiles, cada vez con resultados más graves. El panorama a veces se aclara cuando países americanos como un Chile y una Argentina ante problemas, han sabido presentarlos ante quien creyeron conveniente para solucionarlos de forma amigable. Mientras no enfrentemos la realidad humana no encontraremos un destino
mejor. Y en busca de un destino mejor es que estamos hablando.
Nos reunimos para comprender en qué consiste, quiénes somos, qué es lo que realmente estamos haciendo. ¿Estamos aprovechando nuestro tiempo o lo estamos desperdiciando lastimosamente? ¿Estamos buscando una solución o queremos vivir como en el pasado, que la historia se encargó de pintar repitiendo hechos, condiciones y problemas? No debemos admitir esta situación. Si nos reunimos a buscar soluciones espirituales – porque si hemos citado hechos internacionales no ha sido para incursionar en la política ni nada que se le parezca – lo que queremos es ver la realidad, hasta donde estaba equivocada para ver nosotros con qué posibilidad – si, nosotros, porque nosotros no es este grupo, que nos reunimos en una institución, aquí, sino nosotros es el mundo todo de bien inspirados, de bien intencionados, de seres que buscan realmente soluciones, pero no para repetir errores sino para buscar las debidas soluciones. Es así como se han malgastado valores. La humanidad, cuando sepa dirigir lo que tiene y lo que es, comenzará a realizar milagros. El Cristo a su paso curaba, levantaba inválidos.
Nosotros, según nuestro Diccionario, nuestra lengua, lo llamamos milagro. Algún día dejará de usarse ese término porque será usual. Cuando la humanidad se reeduque comenzará a actualizar esos valores. Esos poderes no son exclusivos del Cristo; no fueron exclusivos de los Apóstoles educados por Él que hicieron obras bastante similares. Son posibilidades de los seres humanos. ¿Vosotros creen que un San Pablo o un San Pedro fueron privilegiados en Dios? o ¿El Cristo es un ser excepcional que se le dio lo que se quitó a los demás?. En absoluto. Es un error creer que en el plan de Dios se cometió tremenda monstruosidad. El plan de Dios es un plan de equidad; a todos se les dio la misma oportunidad y la misma posibilidad. Como agentes libres tenemos el derecho de usar de nuestras posibilidades. Ahora, somos sinceros? Desgraciadamente no.
Amigos, de frente les decimos que estamos habituados a nuestros errores. Nos sentimos cómodos con ellos; los repetimos permanentemente, porque decimos: “si es mi manera de ser”. ¿Acaso no lo dicen? ¿Acaso no se repiten “es mi manera de ser”? en esa “mi manera de ser” se están encubriendo errores que no corresponden más porque vivirán los problemas de esta Isla de la fantasía a que hicimos referencia. Correrán detrás del terror, del dolor y del sufrimiento. El sufrimiento se encargará de corregir lo que no quieren corregir vosotros mismos. Vosotros dirán: pero nos falta valor, nos falta voluntad. Si la tienen ... tienen tesoros. Si nos dirigimos con esta severidad es para que recurran a los tesoros que hay dentro de cada uno. Cada uno es un arca completa y valiosísima de valores incontables; apenas decídanse a usarlos. Si usamos el término arca es a propósito, porque existió un arca, el arca famosa de la alianza, que se le dio a la humanidad, en una enseñanza preciosa, para los tiempos venideros.
Y esto nos va a servir para comprender. El Arca de la Alianza se transportaba a través de los tiempos, de acuerdo al lugar en que se establecía el mayor Templo de Misterios de la época. Contenía tres elementos: el maná, un pote de maná que tenía su origen en los cielos, había caído de los cielos; estaba guardado en el Arca de la Alianza.
También estaba guardada la famosa Vara de Aarón, con la que él realizaba milagros, cosas increíbles, imposibles. Todavía, estaban las Tablas de Moisés con los Diez Mandamientos primarios.
Cuando vino el Señor Cristo trajo una modalidad más amplia, pero no derogó los Diez Mandamientos; los amplió, les dio mayor amplitud. No los corrigió; los hizo más útiles. Vosotros no tienen otro origen. Cada ser en la Tierra no es nada más que un peregrino; están en una etapa pasajera. El origen de vosotros está en los Cielos. Miren los cielos infinitos, bellísimos! Digan mi patria querida y van a decir algo cierto, porque, no tengan duda, si hay algo que tendrá que término es la existencia, porque cumplida su función se vuelve a su punto de partida, para un día regresar y cumplir otra etapa más completa.
Queremos darles tranquilidad. Ya que hemos presentado aspectos tan severos – que lo hacemos de propósito, no tengan duda, con deseo de aprovechar el tiempo. Pero también queremos decirles: son de naturaleza divina, son de origen de los Cielos; tienen todas las posibilidades.
El maná caído del cielo representa cada ser humano.
La vara de Aarón que le daba poderes son los poderes extraordinarios que tiene cada ser humano; en si contiene todos los poderes. Queremos insistir, porque también queremos decir cómo los van a desenvolver. Porque no queremos plantear problemas sin mostrar los aspectos posibles o las posibilidades de resolverlos.
Todavía, los Diez Mandamiento. Se cree que son cosas del pasado. Examínense con cierto cuidado. Porque esos Diez Mandamientos fueron dados por alguien sumamente sabio, mucho más allá de la condición humana. Es para advertir a cada uno.
Vosotros dirán: no matamos, no robamos. Hay muchas maneras de delinquir. No piensen que estamos insultándolos, diciéndoles que puedan ser delincuentes. No es verdad. ¡Pero cuántas veces lo somos sin percibirlo! ¡Cuántas veces robamos una alegría! ¡Cuántas veces dejamos de hacer un bien que podíamos haber hecho! Es dejar de hacer lo que posiblemente pueda ir mejorando. Si todos tenemos esa disposición, si todos nos afirmamos el propósito de construir de verdad, de forma permanente y cierta, ¡cuánto bien podemos ir haciendo a nuestro alrededor!
Pero tenemos que sembrar, y empecemos a sembrar dentro de nosotros mismos.
Antes de pensar en tornarnos salvadores del mundo, pensemos egoístamente en salvarnos a nosotros mismos. Esto tiene un propósito. Si nosotros nos salvamos o nos modificamos vamos a tornarnos agentes útiles para el mundo: es la finalidad. Detrás de una enseñanza espiritual nunca hoy un fin egoísta de propio progreso. Más aún. El propio Progreso nunca depende de nuestras ansias personales, sino de lo que seamos capaces de hacer con las cualidades que desenvolvamos. Ese es el secreto de la evolución y del adelanto.
Probamos a establecer tres untos para que nos sirvan de medios de ayuda.
El desajuste en la humanidad se arrastra de mucho tiempo. No queremos ser injustos planteando una situación desordenada del mundo actual cuando el desorden se arrastra a través de los tiempos. ¿Cuál fue la consecuencia de que el ser humano perdió la confianza de si mismo? Un ser divino, un ser que tiene atributos divinos, en principio a igual y semejanza del Creador. ¿Quién es que tiene confianza en si mismo? Buscan amparo, buscan protección, buscan ayuda, buscan consejo, buscan, buscan, buscan y se olvidaron de si mismos, que tienen todo; se olvidaron de la confianza que tienen que tener en si mismos. Esto es educación. Pero claro. No desenvolver una confianza en si mismo con bases ficticias, porque podría estar escondida la vanidad, podría estar escondido el orgullo, podrían esconderse muchos errores, más graves aún que el no tener confianza. El tener una confianza sin fundamento es gravísimo. Pero el fundamento lo damos nosotros, con nuestro discernimiento, con nuestra observación, con nuestro propósito. Sintámonos iguales a todos los demás: nadie es más que nosotros mismos si somos capaces de autodirigirnos con cierto cuidado. La autoconfianza, si. La confianza que vamos cimentando dentro de nosotros mismos porque nuestros propósitos son serios. Que nuestras acciones aún no sean totalmente ciertas, tenemos que admitirlo; porque, como humanos, podemos equivocarnos: hacemos un programa y no da buen resultado. Es posible el error, pero no intencional. Que nuestra intención sea una directriz permanente hacia el bien y la verdad y hacia nosotros mismos. No podemos ser respaldo de los demás si primero nosotros no somos una verdadera fortaleza.
Amigos, esto es enseñanza. No es sermón de forma alguna. Se está dando una directriz. Comiencen por una autoconfianza robustecida con una base seria, porque la robustecieron, le dieron forma con propósitos definidos y serios, como seres en evolución, seres antiguos en la evolución. Porque la evolución no empezó ayer. Nadie es capaz de calcular el tiempo en que ha comenzado. Así que justificamos lo que decimos ante esta verdad. Pero apoyándonos en una autoconfianza derivada de nuestros propósitos, del cuidadoso desenvolvimiento, no de la preocupación en la angustia, en la piedad, sino en la atención de nuestro desenvolvimiento.
Dirijámonos con seguridad; no queremos más bastones ni muletas; queremos dirigirnos por nosotros mismos y nos responsabilizamos de nuestras acciones. Esta es una determinación y un medio seguro de adelanto, porque le que bien determine actuar, el que muestre ese equilibrio dentro de si mismo, porque comienza teniendo confianza en si y no se apoya fuera de si mismo comienza a desenvolver virtudes que están adormecidas y que precisaban esa decisión, decisión absoluta de la autoconfianza.
Hay un derivado inmediato. No es autoconfianza la panacea total. Tenemos que complementarla. Si vamos desenvolviendo con seriedad este principio de la autoconfianza vamos a ir percibiendo algo que se va desarrollando paralelamente, al unísono, al mismo tiempo: vamos alcanzando un autodominio; porque ya no nos vamos a ir acostumbrando o tolerando ciertas anormalidades; las iremos corrigiendo. ¡Cuidado!
Que las anormalidades a que hacemos referencia no son las comunes, las ordinarias, las que cualquiera en el mundo profano puede cometer; hablamos de las otras, más sutiles, más delicadas.
El espiritualista es alguien que quiere adelantar. Entonces, es cuidadosamente exigente consigo mismo y sabe diferencias, sabe las trampas sutiles que tienen las circunstancias del mundo. Dijimos trampas sutiles. Si. El mundo se presenta con halagos que después tenemos que arrepentirnos de haberlos aceptado. No aceptemos aquellos que ya no está dentro de nuestra decisión no aceptar más y estaremos desenvolviendo, poco a poco, un autodominio que va cambiando nuestra modalidad.
Nos vamos tornando en forma mas segura, más pausada, más serena. ¿Vosotros creen que en el autodominio y en la autoconfianza hay intranquilidad? Absolutamente.
Comienza y no sabe que está dentro de si mismo. La verdad es el acierto, es el ir construyendo cuidadosamente lo que es verdadero, lo que es permanente, el distinguir lo real de lo irreal. El mundo – lamentamos repetir lo que muchas veces decimos – es irreal. Es irreal porque tienen un tiempo limitado, no es eterno; el mundo existe para vosotros en el período de una existencia, sujeta a ochenta o cien años; después desaparece. En cambio aparece lo permanente y lo eterno, lo que vosotros son, esa verdad que no estaba fuera de vosotros mismos, apenas que no querían verla. Decídanse a verla, a lo que son realmente.
Estamos haciendo un empeño, un esfuerzo grande para ubicarlos. Lo estamos ubicando, pero con una finalidad: queremos fortalecerlos. No estamos criticándolos; estamos diciéndoles el medio para que se fortifiquen y vosotros mismos se revelen en lo que cada uno es.
No los estamos apartando de los deberes de todos los momentos. Sigan trabajando cada vez con mayor tesón; pero dentro del trabajo, dentro de las obligaciones de todos los momentos es donde se ubica este autodominio y esta autoconfianza.
Vosotros mismos triunfarán. Vosotros mismos notarán que pasan a ser mejor comprendidos, mejor atendidos; porque en este autodominio, en esta autoconfianza hay mucho de discernimiento, hay mucho de sabiduría.
¡cuidado! Si por sentirnos más seguros y por sentir más confianza en nosotros mismos levantamos un letrero diciendo que somos espiritualistas o que hacemos tales o cuales hechos extraordinarios estamos ridiculizando algo que es muy serio: el sendero espiritual. El que va por el sendero espiritual se torna cada vez más sensato, más cuidadoso, más delicado. Sobre todo, estos dos “auto” confianza y dominio propio, conducen poco a poco a la tercera exigencia, que estamos relegando para el final.
Y, por fin, estamos revelándonos a nosotros mismos en lo que somos, en lo que queremos sentir, en lo que queremos hacer. Eso nos da, como consecuencia, una disposición: que nos sentimos en el mundo, aunque provisoriamente, pero nos sentimos en el mundo con una tarea, una tarea de armonía, una tarea constructiva, una tarea de procurar sacar de nosotros mismos lo que haya realmente de bien cultivado: empeñados en cultivarnos mejor tenemos que ir mostrando esos valores y ¿de qué forma?
Expandiéndolos hacia los demás. Es algo nuevo, es algo siglo XX, es lo que no existió en el pasado: el autosacrificio en bien de los demás.
Amigos, estamos tocando algo que cuesta mucho decidir a tomar esa determinación. No se precipiten. Obsérvense a si mismos; analícense; sientan sus posibilidades; no exageren para no decepcionarse, cada uno haciendo propósitos y no cumpliéndolos. Cultívense en el silencio, en la persistencia; cultiven sus decisiones internas. Pero toda la construcción, toda tiene que ser interna. No se engañen, porque mientras no exista esa construcción interna nunca llegarán a esa tercera condición: elautosacrificio para un medio pobre, misérrimo, podríamos decir, como es el mundo. El mundo está en una pobreza espantosa de valores; por eso el panorama a que asistimos permanentemente. Y esos valores van a ir siendo cambiados cuando surja, dentro del alma de cada uno, una disposición de autosacrificio. ¡Qué importa si damos algo de lo que tenemos y alguien va a sentirse feliz! ¡si alguien que precisaba recibe! ¡si somos capaces de extender una mano al que necesita!
Vosotros ¿qué creen? Genios como existieron en el mundo, como un Marconi, como un Einstein, que asombraron al mundo con capacidades científicas, ¿Vosotros creen que se improvisaron? No, fue resultado de cultivo, de extremado cuidado en la dedicación de especializarse. Nadie llega a una condición excepcional si no hace enormes esfuerzos para alcanzarla. Un Beethoven, un Ricardo Wagner, que asombraron por sus valores artísticos musicales, con producto del esfuerzo, de la perseverancia, del insistir hasta conseguir sublimizar el arte que habían elegido como expresión. Un Wright construyendo en EE.UU. un Le Corbusier construyendo en Francia, ¿Qué creen? ¿qué fue resultado de improvisar? En absoluto. Fue el resultado de estudio, de perseverancia, de dedicación; pero llegan, entonces, a un clímax, a una perfección, a mostrar una genialidad. Estamos empeñados en hacerles sentir que esa genialidad está dentro de cada uno. Cada uno, en la tarea que está realizando, no precisa cambiar de trabajo o pensar en emprendimientos imposibles.
Lo que están realizando es destino. El destino se cumple fatalmente. Hay algo que es inevitable: el destino. Es destino se elabora, se medita en los mundos invisibles y cuando se viene a la Tierra hay que cumplirlo, no como penitencia sino como chance de adelanto, como oportunidad de crecimiento. Es destino es elaborado por nuestras inquietudes personales, por nuestras aspiraciones, por el nivel de adelanto que hayamos podido cultivar o alcanzar, pero con ayuda divina. Grandes seres, los conocidos cuatro “Ángeles Archiveros”, Ángeles del Destino, que conocen, que tienen el Archivo, guardan el Archivo de los seres humanos, conocen el desenvolvimiento a través de los tiempos individualmente de cada uno, tienen su archivo, acuérdense que cuando se creen que la vida de Tierra, el dinamismo de la Tierra es algo propio nuestro, es una de las tantas ilusiones que tenemos. Todo el dinamismo de la Tierra es una imitación del dinamismo de los cielos. Si nuestras empresas de la Tierra tienen su archivo es una copia de los grandes Archivos, inconmovibles, de los cielos.
Y ¿cómo pueden imaginar un Cosmos dinámico, con velocidades de Tierras y planetas increíbles, que la colisión de una masa con otra sería un desastre, y que no acontece porque hay una precisión, hay un control, hay una matemática y una geometría que quisiéramos tenerla en la Tierra?. Somos por ahora imitadores, porque si bien aseguramos la genialidad está dentro de cada uno, todavía estamos en desenvolvimiento. Eso no lo ocultamos. Y los Cielos no están en desenvolvimiento; están en una actividad extraordinariamente constructiva permanente y dinámica, en que los archivos constituyen todos los puntos de partida. Entonces viene un ser a la Tierra, pero viene habiendo analizado esos grandes Ángeles sus posibilidades, sus necesidades, sus conveniencias. Entonces vienen a la Tierra y son colocados estrictamente en el lugar que les corresponde. Cuando quieran saber su destino es nada más que revisar lo que están haciendo. Ese es su destino.
Pero, ¿cuál es la medida de posibilidad de cada uno? El que ese destino se cumpla de forma sublime, de forma superior. Esa es la alternativa; esa es la posibilidad maravillosa. Ese es el libre albedrío que a nadie se le niega. Somos libres; nada nos impide. Tenemos una absoluta libertad interna. Observen que eso nadie tiene poder para quitarnos, si no caemos en errores. Mientras no nos dejemos manejar por hipnotizadores o por cosas parecidas, sostenemos la autodirección que estamos procurando explicar; nadie tiene intervención dentro de nosotros mismos. ¿Ven por qué a veces hablamos y advertimos contra ciertas prácticas negativas? Aquí queremos libertad en toda su extensión; queremos ser permanentemente libres; y libre es cada uno de optar hacia donde desea. El destino se va a cumplir con resultado de acuerdo al empeño de cada uno.
Crezcan en la acción, en lo que están realizando. Háganlo con amor. Olvídense de vosotros mismos y están procurando alcanzar la tercera exigencia, la del autosacrificio, que es un tanto más difícil. Las condiciones de la Tierra desenvolvieron un amor hacia nosotros mismos; nos amamos por encima de todas las cosas. Eso no ha dado buen resultado. Por encima del amor que nos tengamos a nosotros mismos, tenemos que expandir esa misma condición de amor en el sentido general de la comunidad, del conjunto. Esta es la última advertencia, la última exigencia. Si quieren recordar las palabras que hemos procurado desarrollar hoy, recuerden bien que las justificamos presentando primero una panorama real de las circunstancias del mundo, haciendo evidente la necesidad de nuevas modalidades. Estamos planteando, como modalidad nueva y útil, por ahora, la autoconfianza, el autodominio, el autosacrificio.
Todavía, y para terminar. ¿vosotros creen que la Biblia, ese libro sagrado de todos los tiempos, que fue escrito con la finalidad de instruir en el futuro a la humanidad, vosotros creen que leyéndola comprenden su significado? Leyéndola tiene un alcance. Si como instrucción espiritual llegan a alcanzar un aspecto oculto, entérense que partes de la Biblia tienen hasta siete posibilidades de interpretación. No se revelará a la humanidad el sentido completo de la Biblia hasta que la humanidad no esté en condiciones de poderla comprender y realizar de acuerdo. Es decir, se está proponiendo conductas especiales para que el ser desenvuelva ciertas facultades. Las facultades ¿qué son? Las facultades son condiciones fuera de lo común y llevarán, poco a poco, a un entrenamiento espiritual hasta conseguir dominar las condiciones del mundo físico y las condiciones de los mundos invisibles. Es capacitación. La capacitación no tiene límites, como no tiene límites al alcance humano.
Amigos, queremos terminar. No hemos sido severos; hemos querido ser apenas alertas. Los espíritus ya maduros, que los hay, meditarán. Los que, por ventura, creen que exageramos es porque no han entendido. Aceptamos y pedimos toda libertad de juicio. Cada uno debe hacer su juicio por si mismo. Pero lo que les queremos asegurar es que hay algo en nosotros firme como una roca. No queremos más perder tiempo.
Queremos emplear la vida en su verdadera finalidad. La cosecha cada uno la recogerá de acuerdo a su entendimiento y a sus esfuerzos.
Amigos, estamos terminando.
Que Dios en su divina bondad, nos guíe a todos, Amén.


10 de diciembre de 1980
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