lunes, 8 de agosto de 2016

Estamos hechos para el bien



Estamos hechos para el bien

CONFERENCIA DEL SEÑOR ROBERTO RUGGIERO
en you tube, desde aquí

Ya repetidas veces hemos concertado verificaciones de seres que clínicamente se declararon muertos y que vuelven a la existencia por medio de la medicina, los que declaran y confirman la supervivencia del alma, la existencia eterna!
Una doctora en medicina americana usa métodos especiales (que nosotros no compartimos por considerarlos peligrosos) y consigue que los pacientes hagan regresiones a vidas pasadas sin ninguna duda o vacilación.
El renacimiento como método de progreso y la vida eterna veamos en qué forma nos protegemos para que en el futuro (en vidas futuras) no estemos desamparados, para que este nos encuentre preparados.
¿Quién tiene la seguridad de estar empleando la existencia en forma completa?
En nuestra enseñanza tenemos métodos para lograr un mejor ordenamiento de nuestras acciones. Lo más importante es que sepamos cómo somos, debemos empezar cuando meditamos, a disponer nuestro programa de acción, pesando las cosas más importantes y dejando de lado todo aquello que es superfluo. Tenemos que plantearnos aún dos interrogantes para un mejor desenvolvimiento ¿a qué vinimos? y ¿a dónde iremos? De
acuerdo a lo que hagamos, en menor o mayor grado, hoy, es lo que lograremos para un futuro. Apliquemos el discernimiento para las cosas grandes y desechemos las pequeñas.
Sabemos que la palabra la podemos usar en forma constructiva si nuestro corazón está pleno de bondad. Actuaremos en forma más completa si tratamos que se refleje en nuestros labios una actitud de bondad que parte de nuestro interior. Si cumplimos nuestras tareas, si nos sentimos impulsados a construir de buena fe, si queremos servir a los demás, aún cuando no siempre seamos comprendidos, tratemos de llenarnos de la alegría de este don precioso que es la vida e iremos notando que vamos logrando día a día una mejor disposición y lo que es más importante, notaremos que podemos ayudar a los demás porque nos iremos llenando de comprensión. Persistamos en el buen obrar, a veces podemos exagerar, debemos ponernos en una posición más elevada o aún más cuando tenemos la certeza de que a quién queremos ayudar no nos comprende. No apliquemos las mismas medidas para todas las circunstancias, sepamos también ser espectadores, eso no es negligencia es saber observar, es aprender a entender. Recordemos lo que un poeta épico como fue John Milton llegó a escribir; en su obra “El Paraíso perdido” (que es un monumento a la literatura) con un gran volumen de conocimiento llegó a pronunciar la siguiente sentencia: “Ellos también sirven cuando sólo permanecen y esperan” como profundo pensador el dice que los que saben esperar a veces son los que están expresando sabiduría, esto es discernimiento.
Seamos extremadamente exactos, que no nos parezca demás el estar dispuesto a no perder más tiempo ya hemos perdido demasiado. Toda la turbulencia del mundo actual es un método para sacudir a la humanidad para mejores logros, se está impulsando a una mayor libertad aunque se emplee sin la sabiduría necesaria. Pero a mayor error mayor corrección, todo está hecho en base para un mejor logro. Aunque no estamos alcanzando una exactitud a nuestro desenvolvimiento, los tiempos corren y ahora premian, pero no al espiritualista.
Nuestra casa que es el mundo, está desordenada pero el espiritualista tiene que tomar la expresión de su desenvolvimiento. El timón de nuestra vida debemos dirigirlo con saber y cuidado, si sabemos llenar nuestros “graneros espirituales” con frutos de acción y de servicio sabios y útiles, recogeremos los resultados, sin egoísmo.
Las verdades espirituales nos muestran que nos debemos los unos a los otros; vamos haciendo, corrigiendo y actuando y en este hacer y corregir tenemos que aplicar toda nuestra capacidad.
Hay una parábola de León Tolstoi que nos deja una gran enseñanza: Un padre le da a su hijo una tabla y unos clavos y le dice que para que le sea útil cada vez que cometa un error le clave un clavo y luego se la devuelva. El joven es sincero y en determinado tiempo le entrega al padre la tabla con clavos lo cual el padre reconoce y lo felicita por su sinceridad pero que debe intentar reparar los errores con empeño, y para ello le da una tenaza y le dice que con cada reparación de un error, arranque un clavo. El chico al pasar el tiempo le trae la tabla sin clavos, el padre lo reconforta y se alegra de que devolvió bien por mal pero le dice que observe que en la tabla quedaron las marcas de los clavos.
Así debemos prepararnos para ver las realidades y tratar de no ya sólo reparar nuestros errores sino procurar en lo posible de no cometerlos. El obrar de buena fe y de acuerdo a nuestra naturaleza (estamos hechos para el bien) nos va a traer como consecuencia el estar encaminados en la buena senda.
El Salmo “Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento marca las obras de su mano” nos invita a preguntarnos por qué no imitamos a Dios, acaso no tenemos parentesco con Dios? Pensamos acaso que si somos sinceros no tendremos la guía de Dios? Tratemos en lo posible de obrar en calma, de pensar y mantener en nuestros hogares este ambiente, llevemos esta verdad que nos es común.
Sabemos que los hechos trascendentales no interesan a todos, a veces porque no entienden o porque les falta voluntad para aplicar lo que entienden. Generalmente quedamos los que entendimos, los que precisamos el alimento espiritual para nuestro crecimiento anímico. No tememos que el futuro nos encuentre desamparados y perdidos si ahora aplicamos el discernimiento, si nos aplicamos y procuramos con nuestro esfuerzo mantenernos en el buen obrar.
Lo que es mundo es confuso y contradictorio, oposiciones que no sirven para el espiritualista, que no lo dejan vivir como quiere, pero aunque no puede ser indiferente a todo lo que le rodea el espiritualista tiene que evitar los choques y los antagonismos. Si tenemos exactitud en nuestras disposiciones veremos que poco a poco nos vamos encaminando.
Lo común es antihumano, nosotros seremos humanos. No debería de ser de nuestro reino lo antihumano, pero lamentablemente está presente. Sepamos separar el bien del mal.
Grandes seres han escrito cosas profundas y ciertas, la palabra tiene trascendencia, se transformará en un hacer siempre que parta de corazones en plenitud de calor y amor.
Todo lo que se ha dicho no es bastante si no lo hacemos nosotros mismos, volvamos con la imagen de llenar nuestros graneros con buenos frutos de servicio y amor. Recuerden el templo echo por Jehová para los talantes donde había un patio común para el pueblo donde había humo y suciedad de los sacrificios, pero también allí había una sala de entrada para los sacerdotes donde había unos panes con delicioso aroma. Aroma que provenía del amor del servicio a que estaban dedicados los sacerdotes. Esta es la demostración para el espiritualista de que en el templo proyectado por Jehová (que aún continúa dirigiendo a la humanidad) cuando se deja la etapa común lo primero que entra a proyectarse son los panes, con la voluntad de hacer, con capacidad y amor, no habrá peligro que los espiritualistas podamos pasar hambre en el futuro. Contamos que sepan decidir con verdad, sin un cálculo matemático, con el sentimiento que arte de un corazón en plenitud, que decide hacer lo que siempre debimos hacer (sin hacer agujeros que no se puedan tapar en la tabla).
Hijos de Dios, divinos en principio, hemos sido compulsados en circunstancias externas a desenvolvimientos no ciertos, arrastrados por la corriente vulgar y común.
La realidad es que se nos da el conocimiento de una vida anterior y posterior en que las cosas van cambiando, confirmando lo que procuramos establecer: la vida es eterna y se progresa en repetidas venidas y el progreso será el provecho que realicen en el verdadero sentir. Siéntanse felices por lo que es posible hacer cada día y si todavía estamos en la etapa del niño que hace agujeros, arranquen con sinceridad y mano firme los clavos, procurando corregirse, si queremos transitar por la vida como planeamos antes de venir (todos somos sabios en los planos celestes, por ello planeamos nuestra vida futura con sabiduría procurando nuestro adelanto). Recuerden que todo ser en su etapa post-morten sigue su proceso: 
1º. La etapa de sufrimiento por los pasados errores.
2º. La etapa de reparación y confort y alegría.
3º. La etapa superior en donde grandes Seres nos hacen vibrar en una visión de realidad y en donde proyectamos volver con un basto programa que queremos realizar.
Sean hijos de Dios que cumplen su destino, pero que saben cumplirlo.

21 de junio de 1979.
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