jueves, 26 de julio de 2018

EL CORDÓN DE PLATA Por Max Heindel - en you tube -


en you tube, desde aquí
 https://youtu.be/AndC9-OQXrs

EL CORDÓN DE PLATA 
Por Max Heindel 

Es el cordón de plata, el que une a los vehículos superiores con los inferiores. Durante los primeros veinte días del período de la gestación, la sangre del feto es nucleada por la vida de la madre, regulando ésta, el proceso de construcción del cuerpo. Entonces el Ego empieza a trabajar en el feto, desde fuera, en una forma similar tal como trabaja un espíritu grupo con su especie. 
En éste momento algunos corpúsculos forman núcleos y la célula de la vida domina en cierta medida. El Ego está en el útero, pero no puede utilizar aún sus vehículos. Entonces, la parte inferior del cordón de plata empieza a crecer, fuera del átomo simiente situado en el corazón, desplegándose hacia arriba; la parte superior crece fuera del núcleo central del cuerpo de deseos, en el cual se halla el Ego. 
Así como el espíritu empezó a penetrar en sus vehículos en la cuarta época o Época Atlante, interpenetrándolos gradualmente y transformándose en activo, dinámicamente, así también el espíritu individual empieza a penetrar en el feto en el cuarto mes y gradualmente, va tomando posesión del organismo que se está formando. 
Cuando la parte superior e inferior del cordón de plata se unen, la vida empieza y tenemos entonces el periodo de vivificación. Como que el átomo simiente físico está en el extremo puntiagudo del corazón, llamado ápex, el átomo simiente del cuerpo de deseos está en la parte inferior del gran núcleo central de aquel vehículo, siendo el hígado donde está localizado dicho núcleo. 
El átomo simiente del cuerpo vital está localizado, durante el día, en la vulnerable región denominada plexo solar. Este átomo simiente está formado por dos éteres inferiores y es la raíz de aquella parte del cuerpo vital que es el alma que muere en cada encarnación. El átomo simiente del cuerpo vital acumula a su alrededor los dos éteres inferiores, de los cuales se forma la matriz del nuevo cuerpo vital cuando el Ego desciende para nacer. No hay átomos simientes para los dos éteres superiores: son la parte inmortal o la parte capaz de transformarse en inmortal. 
Los éteres, propiamente hablando, son los gases o vapores de nuestra sangre después de la oxidación. 
Nosotros asimilamos físicamente las partículas físicas de la sangre, pero, las partes etéricas, las asimilamos etéricamente. Este cambio se efectúa constantemente y las vibraciones del átomo simiente del cuerpo denso constituyen la nota fundamental. Los vampiros se alimentan de los vapores de la sangre a medida que estos se van irradiando del cuerpo. Estos gases se conocen con el nombre de “magnetismo animal”. En los mataderos se ven repugnantes elementales, revoloteando sobre los charcos de sangre, saciándose opíparamente de los vapores desprendidos. 
Los vapores o emanaciones más sutiles, que representan nuestros buenos actos y experiencias, flotan formando un aura nebulosa, dorada, con un tono, tal vez, azul oscuro, cerca del cuerpo. La parte azul y la dorada están casi en la misma proporción y relación entre sí, como las porciones azul y amarillo de una llama de gas, cuyos aspectos de conjunto tienen una gran semejanza. El fuego que quema en la médula espinal, los ventrículos del cerebro y sobre la parte superior de la cabeza, forma una llama que tiene una hermosa apariencia: Es la Luz
A medida que la sangre circula a través del corazón, se extrae el éter fluyendo entonces éste a lo largo del cordón de plata hacia el plexo solar, conde se halla localizado el átomo simiente del cuerpo vital. Éste átomo simiente parece producir el mismo efecto, sobre el éter, que un prisma con la luz, puesto que, refracta el rayo plateado en los tres colores primarios: rojo, amarillo y azul, aunque la proporción de estos colores, no es la misma como en el caso de la llama exterior que quema sobre de la cabeza. En personas que viven simplemente la vida física, el rojo es el que predomina, pero, a medida que el hombre adelanta, es el azul. Los rayos rojos se mezclan con las irradiaciones incoloras del éter solar, que fluye constantemente de la bilis; éste agente es el que cambia a éste éter incoloro en un tono rosa pálido dando, a todo el cuerpo vital, el delicado tinte de flor de melocotón. 
Los rayos amarillos y azules son refractados en la cavidad de la médula espinal, constituyendo la fuente de luz que hay allí. A medida que crecemos espiritualmente, la acumulativa agregación de estos rayos hace que al fin se desborden, rodeando entonces, a la cabeza primero y finalmente, al cuerpo entero. Constituye entonces, la soma psuchicón, en la cual podemos viajar en los planos invisibles, cuando lo hemos libertado del vehículo denso, constituye el bajo metal, cambiado, por la alquimia, en oro espiritual, es en suma, la Piedra Filosofal.

Max Heindel 

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miércoles, 25 de julio de 2018

LA EDAD ACUARIA Por Max Heindel - en you tube -

LA EDAD ACUARIA
Por Max Heindel

Un corresponsal nos envía un recorte de periódico en el que aparece la pregunta formulada al director del mismo, sobre lo que es en realidad la edad acuaria, y la pregunta fue contestada en la forma siguiente:
“No hay edad acuaria, este engaño o falsedad fue lanzado por falsarios profesionales por medio de la enseñanza de que el sistema solar entró en Acuario recientemente. Nadie dice cuando, y me escriben a mí preguntando la fecha verdadera. El sistema solar se va alejando directamente de Acuario, con una velocidad de doce millas por segundo. El sistema solar no ha estado nunca ni estará cerca de Acuario, a pesar de lo cual aparecen mensualmente artículos en folletos y revistas con la anticuada cantinela, de que el sistema solar acaba de entrar en Acuario, y que se avecinan grandes cambios para la raza humana. Todo esto es totalmente falso”.
Nuestro corresponsal solicita nuestras ideas sobre el asunto, tal como las creamos. Sustentamos las miras de que la edad de Acuario está al alcance de la mano. Así es que por este motivo se nos ha denunciado como una “clase falsaria” más, entre las ya existentes, por el mismo director ya citado, esto no obstante, no vacilamos en cumplimentar el requerimiento de nuestro comunicante por esclarecer el asunto.
La contestación a la pregunta depende del punto de vista. Es verdad como el director dice, que el sistema solar no ha estado ni podrá estar nunca en Acuario, que en realidad se va alejando de la constelación de Acuario. Pero también es verdad que el Sol nunca ha “salido” ni “saldrá”, y a pesar de ello, no denunciamos al hombre que hace uso de ésta expresión como un “falsario”.
Comprendemos que bajo el punto de vista de un observador en la tierra “parece” como si el Sol saliera, y lo mismo ocurre con los medios empleados por el ocultismo cuando dice que
marchamos hacia Acuario por la precesión de los equinoccios. No vacilamos en decir que mediante la rotación de la tierra sobre su eje, el Sol apareció a la vista a las siete, decimos sencillamente que el Sol salió a las siete. Por razones iguales no decimos que “debido a la precesión de los equinoccios parece ahora como si el Sol, cuando es visto desde la tierra, estuviera acercándose a la constelación de Acuario al cruzar el Ecuador en el Equinoccio de Primavera”. Si así lo hiciéramos, todos los astrónomos convendrían con nosotros en lo referente al fenómeno visto en el espacio, no obstante, y no convenir con nosotros en que ello tiene influencia importante sobre los quehaceres de la humanidad. En vez de usar ésta explicación tan larga decimos sencillamente que “el Sol va hacia Acuario”.
Las gentes seguirán criticando hasta que hayan aprendido lo que ésta expresión significa,
exactamente de la misma manera que entienden cuando nosotros decimos que el Sol sale. Entre tanto, los estudiantes de las filosofías ocultas deberán familiarizarse con las verdades o hechos astronómicos de manera que su inteligencia pueda dar una razón adecuada a sus creencias, pues no puede negarse que los estudiantes que han adquirido conocimientos de filosofía superior y han adquirido el conocimiento de los hechos suprafísicos, encuentran que sus conocimientos sobre ésta materia son los más factibles, según se desprende del estudio de la Astronomía y la Filosofía, y no presionan siempre muy bien a los oyentes. Cuando hablamos en la forma así aprendida, sobre los mejores vehículos de un hombre, deberíamos saber también por lo menos, los hechos principales concernientes al cuerpo denso para todos visible. Cuando hablamos sobre las influencias de las estrellas, deberíamos saber algo de los hechos concernientes a los movimientos mecánicos de los cielos tal y como los conocemos y comprenden los astrónomos.
Por ello, y para que los estudiantes que no estén familiarizados con los hechos astronómicos puedan obtener el discernimiento con referencia a la Edad Acuaria, la dilucidaremos brevemente. Si observamos el movimiento de la tierra en su órbita anual alrededor del Sol, parece como si el astro rey visto desde la tierra, se dirige hacia los cielos a través de un cinturón estrecho que abraza doce constelaciones o grupos de estrellas, a las que se ha bautizado con ciertos nombres: Aries, Tauro, Géminis, etc.
Si el eje de la tierra fuera tan estacionario como el de una rueda, el Sol se encontraría siempre en el mismo lugar entre las constelaciones, que ocupaba el mismo día del año anterior. Pero el eje de la tierra tiene un movimiento lento como un bamboleo, algo así como el de una peonza próxima a detenerse, y esto cambia la posición aparente del Sol según lo vemos desde la tierra que parece llegar a cierta posición alcanzada un poco antes,
año por año, “precede”, y por ello hablan los Astrónomos de la “Precesión de los Equinoccios”.
O sea, que el Sol parece cruzar el ecuador en el equinoccio invernal cada año, adelantando una corta distancia del punto en que cruzó el año precedente. Así es que si un año cruza al
comienzo del primer grado de Aries, en el próximo cruzará ligeramente dentro de los límites de la constelación Piscis y al siguiente estará más atrás en Piscis del primer punto de Aries, y así sucesivamente. Este movimiento hacia atrás es tan lento que tarda cerca de veintiséis mil años en atravesar de nuevo los doce signos, dos mil ciento cincuenta años para atravesar un signo, y setenta y dos años para cruzar un grado. Empezando en el punto en que el Sol cruza el Ecuador en el equinoccio invernal, los astrónomos denominan los treinta primeros grados desde aquel Aries, los treinta segundos Tauro, etc., lo mismo que los astrólogos.
Así está el “zodiaco natural” compuesto de las doce constelaciones o grupos de estrellas en los cielos, y cambian tan paulatinamente que resulta imperceptible durante una vida y aún, durante varios siglos.
El “zodiaco intelectual” empieza desde el punto del equinoccio invernal en cualquier año dado.
Viéndose que el Sol marcha por precesión “hacia atrás” entre las constelaciones del zodíaco, podrá entenderse que llegará una época, en que el equinoccio invernal tendrá lugar en el primer punto de Aries, y de ésta manera en tal época concuerda el zodíaco intelectual y natural. Esto ocurrió la última vez en el año 498 a. d. C. y como el Sol ha ido desde entonces hacia atrás en su acostumbrado tipo de un grado cada 72 años, es evidente que en la actualidad tendrá lugar el equinoccio invernal hacia los 10 grados de Piscis, y por lo tanto “será” 2.654 “o más de 700 años antes de los que actualmente entre en Acuario”, o para estar más seguros con los hechos científicos, digamos, antes de “parecer” desde la tierra como si el Sol cruzara el Ecuador en la constelación de Acuario. Durante los próximos 2.156 años que aparecerá como si el Sol estuviera en la constelación de Acuario, cada año en la misma época cruzará el equinoccio primaveral, así puede decirse, que la Edad Acuaria comprenderá los 2.156 años contando desde 2.654, durante cuyo tiempo el Sol por precesión parecerá estar en la constelación de Acuario, cuando cruce el Ecuador en el Equinoccio Primaveral.
¿Se ha encontrado Vd. Alguna vez tranquilamente sentado absorbido en la lectura de un libro o escritura o en cualquier tarea y de pronto presentir de que alguien estaba tras de Vd., habiéndole pasado inadvertida la aproximación debido a la absorción en el libro o lo que fuere?, si es así a pesar de que la persona no habló ni se movió, su presencia fue presentida más y más fuertemente hasta hacer que Vd. volviese la cabeza.
Seguramente ésta experiencia es tan corriente que personalmente todos convienen en este hecho, ¿pero cómo se explica?, sencillamente es esto:
Además del cuerpo físico que todos vemos, el hombre tiene ciertos vehículos invisibles a la
visión ordinaria. Estos repentinos presentimientos se extienden más allá del cuerpo físico, así es que cuando estamos cerca de otra persona los cuerpos etéreos se inter-penetran. Algunas veces cuando nos hallamos muy tranquilos y pasivos, estas repentinas influencias son más rápidamente sentidas que en otras ocasiones, no obstante y ser factores poderosos en nuestras vidas continuamente.
“Como arriba es abajo”, y viceversa, ésta es la ley de analogía, la llave maestra de los Misterios. El hombre es el Microcosmo y las estrellas son el Macrocosmo. Así es que debemos llegar a la conclusión de que las grandes estrellas que se mueven en los cielos y que son los cuerpos de espíritus, tienen ciertos vehículos repentinos similares a la aurea envoltura del hombre. De aquí la proximidad del Sol a la constelación de Acuario en el equinoccio primaveral que causa la trasmisión de las influencias de Acuario hacía la tierra junto con los rayos solares, y como la primavera es la época particular en que todo en la tierra está impregnado de vida, hemos de juzgar que el rayo de Acuario así transmitido se hará sentir entre las gentes de la tierra no importando si lo creen o no. Así es que, si podemos averiguar lo que es la influencia de Acuario nos capacitaríamos para contestar bajo otro punto de vista la pregunta, ¿Qué es la Edad Acuaria?
La Astrología nos da ésta información, basada en la experiencia e información que ejerce una influencia intelectual original, inventiva, mística, científica, altruista y religiosa. Así si acudiéramos al bíblico “por sus frutos los conoceréis”, para éste problema, esperaríamos ver que la Edad Acuaria estaría aposentada por los esfuerzos originales en toda la línea conectada con la ciencia, religión, misticismo y altruismo.
Mirando hacia atrás durante un período de 70 años en el que el Sol por precesión se ha desviado un grado dentro de la órbita de Acuario, encontramos que ha sucedido un cambio muy marcado en todas las líneas de pensamiento y esfuerzo desde la condición o estado que registra la historia hasta los dos pasados milenios. Casi todas las invenciones que hacen nuestra vida lo que es hoy, han sido hechas durante aquellos setenta años. El telégrafo, el teléfono, el uso de la electricidad, la conquista del aire y del vapor, la máquina de gas que está sustituyendo a la de vapor, y otras conveniencias demasiado numerosas para mencionarlas, son progresos de Acuario en el mundo físico.
También notamos la rápida velocidad con que se sustituyen todos los movimientos del liberal pensamiento en materia religiosa, y el aumento del número de los que han desarrollado vista espiritual y se hallan investigando la tendencia de evolución en los planos superiores. Todas estas cosas demuestran o dan una pauta de lo que puede ocurrir durante la Edad Acuaria. Porque cuando se ha hecho esto durante 70 años mientras el Sol empezaba a transmitir la influencia desde las proximidades de Acuario, ¿qué puede esperarse cuando llegue a entrar en el signo mismo? Ambas, probabilidades y posibilidades, están muy por encima de la más exaltada imaginación, y esto mismo ocurre con lo físico, y con el lado físico de la vida también.
Entonces en opinión del que esto escribe, lo esotérico se desarrollará en la inmensa mayoría de la humanidad, si no por toda, de manera que la picadura de la muerte será parcialmente desechada por el compañerismo que existirá después que nuestros amigos y parientes hayan salido de su cuerpo, porque entonces continuaremos viéndolos algún tiempo, teniendo oportunidad para comprobar el hecho de que marchan a las regiones superiores. Las criaturitas que mueren y retienen su cuerpo vital no nos causarán pena alguna, pues probablemente se quedarán con sus padres hasta que llegue la hora de que tomen un nuevo cuerpo.
Con frecuencia ocurre el renacimiento en la misma familia, y en tal caso no se sentirá la pérdida. Cuando se haya llegado a éste punto de evolución, la humanidad estará tan iluminada que se evitarán muchos peligros latentes que hoy causan tantas molestias, y por lo tanto sobrevendrá una existencia mucho más feliz de lo que hasta ahora ha sido. El aumento intelectual nos ayudará a solventar los problemas sociales en forma tal, que nos será equitativa para todos, y el uso de innovaciones en la maquinaria emancipará al hombre del asiduo trabajo físico en gran manera, dejándole más espacio para mejorar su espíritu y su inteligencia.

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lunes, 23 de julio de 2018

EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO Por Max Heindel - en you tube -

EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Por Max Heindel

He aquí cómo puede ser explicado, en esencia, el argumento que sustenta la religión Cristiana ortodoxa sobre el sacramento del matrimonio.
Primero: Tentados por el demonio, nuestros primeros padres pecaron y por ello fueron arrojados del Paraíso y en consecuencia, quedaron sujetos a la ley y la muerte de la que no podían escapar por su propio esfuerzo. 
Segundo: En su gran amor por los hombres, Dios envió a su hijo Unigénito al mundo para redimirle y establecer en él el reinado del cielo. Luego la muerte será al fin vencida por la inmortalidad. 
Este sencillo credo ha hecho sonreír compasivamente a los ateos, a los puramente intelectuales que han profundizado en filosofías trascendentales y también a muchos que estudian la Misteriosa Doctrina Occidental. Pero tal actitud es enteramente gratuita, según vamos a demostrar. 
En primer lugar hemos de reconocer que los guías divinos no hubieran permitido que millones de seres vivieran en el error durante siglos y siglos. 
Cuando se despoja a la Misteriosa Doctrina Occidental de todo exceso de demostraciones y prejuicios y de detalladas descripciones secundarias, se ve claramente que sus enseñanzas concuerdan con los de la doctrina cristiana ortodoxa. 
Hubo un tiempo en que la humanidad vivía en la pureza, desconociendo la tristeza del dolor y la muerte. 
Digamos también, que no es una superchería ni un mito de la Cristiandad el “tentador personal” (demonio) pues los espíritus de Lucifer fueron realmente ángeles caídos que tentaban y están tentando al hombre, valiéndose de la sugestión en la fase material de su existencia donde el hombre está supeditado a la ley de la decrepitud y de la muerte. 
Muy cierto es así mismo que la misión de Cristo fue la de ayudar a la humanidad a elevarse a un estado más sutil en el cual no será necesaria la disgregación para librarse del cuerpo denso. 
Este es realmente un “cuerpo de muerte” del cual vive únicamente una pequeña porción, pues, una parte de su masa es materia nutritiva que no ha sido todavía asimilada y otra gran parte está ya en camino de la asimilación, encontrándose entre ambos polos la sustancia que es enteramente vivificadora por el espíritu. 
Hemos considerado ya, en números recientes los sacramentos del bautismo y de la Eucaristía que afectan particularmente al espíritu. Vamos ahora a tratar de la parte profunda del sacramento del matrimonio que afecta al cuerpo.
Cual los otros sacramentos, la institución del matrimonio tuvo su principio y tendrá su fin. El principio fue expuesto por Cristo cuando dijo: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, macho y hembra los hizo? Por lo tanto, el hombre dejará padre y madre y se unirá a su mujer y serán dos en una carne. Así que no son ya más dos sino una carne”. (San Mateo, capítulo 19 vers.4-6). 
Del mismo modo indicó Cristo el fin del Matrimonio diciendo: “Porque en la resurrección, ni los hombres tomarán mujeres ni las mujeres maridos, más serán los Ángeles de Dios en el Cielo” (San Mateo, capítulo 22. vers.30). 
La lógica de la enseñanza que encierra este pasaje, es evidente, pues el matrimonio es necesario para que se produzcan, instrumentos por el mismo nuevos, que vengan a suplir los que la muerte destruyó, y cuando la muerte sea absorbida por la inmortalidad y no sea preciso por lo tanto, producir nuevos instrumentos, el matrimonio no tendrá razón de ser. 
Con admirable audacia, la Ciencia ha creído haber desentrañado el misterio de la fecundación, y nos ha explicado de qué manera se opera aquella en los ovarios, cómo está formado el huevecito recluido en oscura cavidad, como sale de allí para introducirse en la trompa de Falopio, y que en ella, penetra el espermatozoide del macho, quedando así completo el embrión del cuerpo humano. Parece pues, que la Ciencia ha hablado por fin, de la “fuente y origen de la vida”. Pero la vida no tiene principio ni fin, y lo que la Ciencia considera ser fuente de la vida, no es más, ¡AY! Que el origen de la muerte, ya que todo lo que nace de la matriz irá a parar tarde o temprano a la tumba. 
El matrimonio, al mismo tiempo que procura nacimientos, provee de alimento a la voracidad insaciable de la muerte, y mientras el matrimonio sea necesario para la generación y el nacimiento, la desintegración y la muerte serán inevitables. 
Es de primordial importancia conocer la historia del matrimonio, sus leyes, la duración de su institución y como puede ser espiritualizado. 
Cuando obteníamos nuestro cuerpo vital en la “Hiperbórea”, el sol, la luna y la tierra estaban unidos y las fuerzas lumino-solares permitían a los seres perpetuar su especie respectiva por medio de la yema y el esporo, tal como sucede en ciertas plantas de hoy día. 
Los esfuerzos del cuerpo vital para ablandar el vehículo denso y mantenerlo vivo, no se interpenetraban, a la razón con él y este cuerpoplanta vivía por edades. 
El hombre era entonces inconsciente y estaba en estado estacionario como una planta, es decir, no hacía esfuerzo alguno. La adición del cuerpo de deseos despertó en el hombre incentivos y anhelos, y de la lucha del cuerpo vital (que construye) con el cuerpo de deseos (que destruye el cuerpo denso) resultó la conciencia. 
Por consiguiente, la disolución de ambos cuerpos no es más que una cuestión de tiempo.
La energía constructiva del cuerpo vital fue también necesariamente dividida. Una parte o polo, servía para las funciones vitales del cuerpo y la otra para reponer el vehículo perdido por causa de la muerte. Así como los dos polos de una magneto o de una dinamo son necesarios para la manifestación de fuerza, así también dos seres de sexo contrarios fueron indispensables para la generación. El matrimonio pues, y el nacimiento, fueron precisos para contrarrestar los efectos de la muerte. De donde resulta que la muerte es el precio que pagamos por nuestra conciencia en el mundo presente.
El matrimonio y los nacimientos repetidos son nuestra arma para combatir al rey del terror, (la muerte) hasta que cambiando nuestra constitución, lleguemos a ser como ángeles.
Nótese bien que no decimos llegar a ser Ángeles, sino “como” ángeles, pues los ángeles son la humanidad del periodo lunar. Ellos pertenecen a otro orden de evolución enteramente distinto del nuestro. Esta diferencia de evolución entre el ángel y el hombre, es
equivalente a la que existe entre los espíritus humanos y los espíritus de los animales actuales.
En su Carta a los hebreos, decía San Pablo que el hombre fue hecho por poco tiempo inferior a los ángeles. El hombre desconoció la maternidad durante el Período de la Tierra, al paso que los ángeles jamás habitaron un mundo más denso que el éter. Del mismo modo que nosotros construimos nuestros cuerpos con los elementos químicos de la tierra, los ángeles forman el suyo del éter. En esta sustancia residen todas las fuerzas de la vida, y una vez el hombre llega a ser como los ángeles y aprenda por consiguiente a construir su cuerpo del éter, ya no está sujeto a la muerte y no necesita, por ende, del matrimonio para producir nacimientos.
Pero mirando al matrimonio desde otro punto de vista, considerándolo más bien una unión de almas que de sexos, descubrimos el sublime misterio del Amor. La unión de sexos sirve, desde luego, para perpetuar las razas, pero el verdadero matrimonio, une también a las almas, sublimando los sexos.
Los seres que se juntan en el elevado plano de la intimidad espiritual ofrecen sus cuerpos en aras del “Amor del rio nacido” atrayendo así el espíritu que espera entrar en un cuerpo, sin mácula concebido. He ahí como la humanidad puede redimirse del imperio de la muerte.
Hallaremos evidente lo dicho, si comparamos la acción bienhechora del cuerpo vital con la del cuerpo de deseos en el paroxismo del deleite sensual, en cuyo estado, el hombre pierde el dominio de sí mismo, sus músculos adquieren extraña rigidez y la energía nerviosa se pierde en proporciones enormes, quedando luego, el cuerpo, sumido en un profundo abatimiento que puede durar algunas veces, semanas enteras. El trabajo más pesado no fatiga ciertamente, tanto como aquel acto natural, cuando se realiza con brutal frenesí.
El niño concebido con tan intensa pasión, nace con pocas probabilidades de gozar larga vida, y así vemos que son raros en nuestros días los casos de longevidad por el aterrador incremento de la mortalidad infantil. Las tendencias constructivas del cuerpo vital, que es el vehículo del amor, no se pueden analizar muy fácilmente, pero la observación y la experiencia demuestran, que el gozo espiritual vigoriza la vida. Podemos pues, deducir que el niño concebido en condiciones de armonía y cariño tendrá más probabilidades de vivir que el que fue engendrado en un momento de pasión violenta.
Según se lee en el Génesis, fue dicho a la mujer: “Con dolor parirás tus hijos”. Los comentadores de la Biblia no han llegado a explicarse nunca qué relación puede haber entre el hecho de comer la fruta prohibida y los dolores del parto, más si comprendemos las
explicaciones que nos da la Biblia sobre la castidad del acto de la generación, pronto descubriremos que aquella relación, existe real y positivamente.
Sabido es que la poco sensitiva madre etíope o india, poco después de haber dado a luz reanuda sus habituales quehaceres en la granja o en el campo, mientras que a la mujer occidental, más sensitiva y de un temperamento nervioso más refinado, le es muy difícil la prueba de la maternidad, pese al auxilio que recibe de la Ciencia.
Son varias las causas que contribuyen a ello, figurando en primer término la falta de selección. No deja de ser chocante lo que ocurre, ponemos un cuidado asaz escrupuloso en la selección de nuestros caballos y demás ejemplares de ganado para la cría, con la mira de obtener el mejor rendimiento posible, y en cambio, descuidamos la selección del futuro padre o madre de nuestros hijos. Nos casamos por mero impulso, a favor de las leyes establecidas que nos facilitan grandemente la entrada en el templo de himeneo.
Las palabras pronunciadas en el acto del casamiento por el sacerdote o juez, parece que son tenidas como una licencia que nos dan, para obrar a nuestro capricho, y poco o nada nos fijamos en que el legislador no tiene poder alguno para contravenir la ley de Dios.
Entre los animales, el ayuntamiento carnal se verifica en épocas determinadas y la hembra es respetada por el macho durante el período de gestación. No sucede así por lo general, en la especie humana.
Dígase pues, si ante los peligros que ofrece la maternidad, no es tiempo ya de que se ponga remedio al mal mediante una relación más sana entre los cónyuges.La Astrología revela el temperamento y tendencias de todo ser humano. Por la Astrología, pues, pueden descubrir dos seres el modo de unirse para vivir una vida de verdadero amor, y esa misma ciencia les indicará el momento en que las líneas interplanetarias de fuerza son propicias para evitar los dolores del parto.Por consiguiente, la ciencia astrológica nos da el medio de obtener del seno de la madre naturaleza, hijos de amor, dotados de dilatada vida y de salud perfecta.
Finalmente, día vendrá en que esos cuerpos sean tan perfectos en su pureza etérea, que puedan subsistir hasta la Edad venidera, lo que hará superfluo el matrimonio.
Y aunque ahora nos amemos, viéndonos unos a otros a través de un cristal oscuro y de la máscara de la personalidad o del velo del engaño, estamos persuadidos de que el amor espiritual, purgado de toda pasión en el crisol del dolor, será mañana nuestra joya más esplendorosa en el cielo, cuyo pálido reflejo es el amor de la tierra.

Por Max Heindel

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jueves, 19 de julio de 2018

CÓMO AFRONTAR LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO - Editorial - Revista Conocimiento - en you tube -

CÓMO AFRONTAR LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO 
Editorial - Revista Conocimiento

“La vida no comenzó cuando nacimos, ni termina si morimos”. Hay tres verdades que pueden ser de gran ayuda cuando tengamos que afrontar la pérdida de un ser querido. 

I. La vida es eterna 

“El don de Dios”, dijo Pablo, “es vida eterna”. La vida no comenzó cuando nacimos, ni cesa si morimos, así como no comenzamos a vivir cuando nos ponemos una prenda de vestir, o dejamos de vivir cuando la echamos a un lado. Es cierto que parte de nuestro desarrollo espiritual estriba en aprender a usar el poder que Dios nos ha dado para ejercer dominio sobre el cuerpo, pero “el último enemigo a vencer es la muerte”. Damos un gran paso hacia esta meta cuando vencemos el temor a la muerte. No podemos vencer la muerte si insistimos en pensar en la muerte así como no podemos vencer la debilidad pensando en debilidad. Para vencer la debilidad debemos usar la fortaleza que tenemos. Mientras más la usemos, más aumentará. Para vencer la muerte , debemos dar énfasis a la vida. Mientras más vida expresamos, más aumentará nuestra vida. 
No debemos querer perpetuar el cuerpo tal como es, sino que debemos vencer cualquier imperfección que se le manifieste. Lograremos esto, no alimentando estas imperfecciones, sino sosteniéndonos en el modelo perfecto de Dios, creado a Su imagen, por la sustancia espiritual. 
“Porque es necesario que este cuerpo corruptible se revista de incorrupción y que este cuerpo mortal se revista de inmortalidad”. 
No debemos pensar que el cuerpo compone todo nuestro ser. No soy solamente cuerpo o mente. Tengo un cuerpo y una mente Soy Espíritu. “El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”.
“Dios con ellos estará, como Dios suyo; y limpiará toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; ni habrá más gemido, ni clamor; ni dolor; porque las cosas de antes han pasado ya”. 
Esta fué la revelación de alguien cuya visión era clara, que percibió las cosas como son en Verdad, y como serán cuando el hombre haya aprendido a expresar completamente la Verdad. 
Pero sin embargo, la muerte y el luto todavía existen en el mundo -la muerte, como un escape de cuerpos de hombres que no han aprendido a revestirlos de salud y bienestar; el luto, porque los hombres no han percibido claramente que la vida no finaliza con la muerte, y no comienza con el nacimiento.
A pesar de todo, debemos avanzar hacia la muerte como la suprema voluntad de Dios, así también reconoceremos el amor de Dios a través de las duras experiencias que nos llevan a esa meta. A través de las experiencias de la vida mantenemos nuestra divina identidad, y aunque cambien de ropaje, extraemos la esencia de la vida y la sustancia espiritual que contribuirá a edificar el cuerpo perfecto e incorruptible. 

II. El amor es más poderoso que la muerte. 

Leemos en los cuentos de hadas de la invisibilidad. El cuerpo es lo opuesto a esto, para nosotros, es el manto de lo visible. El cuerpo nos hace vernos unos a otros. Es el instrumento por medio del cual lo divino puede expresarse a sí mismo en el plano físico del ser. Es un regalo muy valioso e importante, que el Padre nos ha dado. Pero si lo echamos a un lado, no cesamos de existir, así como no dejamos de existir cuando echamos a un lado cualquier otra vestimenta, o cuando nos alejamos de la vista de nuestros amigos al ir a un lugar distante. 
Nuestra proximidad o distanciamiento de otros no se determina por la cercanía o la remóta distancia en que estemos de ellos. Podemos estar distantes de aquellos que podemos tocar con la punta de los dedos; y muy cerca de nuestros seres queridos que se encuentran a larga distancia. Estamos cerca de nuestros seres queridos, porque les amamos, porque tenemos algo en común, porque el vínculo que nos une a ellos no es el cuerpo sino la mente y del espíritu. 
Es muy natural que nos guste tener cerca de nosotros a aquellos que amamos, pero así como les vemos distanciarse para ir a la escuela, para comenzar un trabajo, o por alguna otra razón, así también no debemos buscar apego a aquellos que dejaron sus cuerpos físicos. Debemos amarlos con el suficiente desprendimiento para liberarlos de nuestra voluntad personal, pero debemos afirmar con firmeza y seguridad que viven para siempre, y así les daremos el sostén, la fortaleza y la comprensión que les ayudará a vencer el “último enemigo”. Debemos bendecirlos con la convicción de que están amparados por el amor y la sabiduría de Dios, y que El les guía paso a paso hacia el supremo bien. 
No debemos temer a la muerte para nosotros o para otros. No la tememos si descansamos firmemente en el conocimiento del amor de Dios para todos nosotros. Deseamos lo mejor para aquellos que amamos. Si nuestro amor humano haría mucho, ¡cuánto más hará el amor de Dios! Olvidamos fácilmente las faltas de los que amamos. Les ayudamos a sobreponerse a la debilidad, a manifestar sabiduría y fortaleza. ¡Cuanto más Dios olvidará nuestras flaquezas, y nos audará a ser fuertes y sabios!. 

III. Venciendo la pena 

La pena que sentimos por los fenecidos, generalmente no es por ellos. Tampoco nos apenamos porque ellos no lograron hacer el supremo vencimiento que hizo Jesús pero más bien nos apenamos porque nos harán falta, y porque nos parece que estamos separados de ellos. Nos libramos de la pena causada por la muerte de un ser querido cuando nos convencemos de que en realidad nuestra pena es por nosotros mismos. 
Hay muchos medios más prácticos para expresar nuestro amor a los que nos han dejado. Una madre, angustiada por la muerte de su hijito, que se convenza de este hecho, valerosamente echa a un lado su pena y se consagra a la ayuda de cientos de niños que han sido privados del afecto y cariño que ella le prodigó a su propio hijo. Un esposo, que se vuelva al Cristianismo práctico al buscar consuelo por la perdida de su esposa, no solamente regenera su vida sino que ayuda, con su ejemplo y compartiendo sus riquezas, a atraer a las otras personas al convencimiento de la Verdad que tanto le ayudó. 
Mejor que apenarnos por aquellos que amamos, es hacer de nuestra vida un noble testimonio de nuestro amor por ellos.

JOYAS ESPIRITUALES
FRATERNIDAD ROSACRUZ DEL PARAGUAY
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE CRISTIANOS MÍSTICOS 
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