FILOSOFIA AVANZADA - Max Heindel -

 

FILOSOFIA AVANZADA

Max Heindel

PREFACIO

La serie de catorce lecciones impresas en este tomo forman parte de las noventa y nueve lecciones mensuales enviadas por el autor a sus estudiantes durante los últimos años de su vida.  Las restantes han sido publicadas en otros volúmenes y bajo diversos títulos.

Estos libros contienen los tesoros inestimables de las últimas investigaciones de este gran místico y llevan un mensaje de amor cristiano impregnado de sabiduría divina, que solamente un iniciado en los más profundos misterios podría transmitirnos.

Esperamos que estas lecciones serán para muchos, el medio de reintegrarlos al Señor y fortalecer su reverencia y amor por Cristo.

LECCIÓN I

EL PODER CREADOR DEL PENSAMIENTO

Cuando el Ego por primera vez entró en posesión de sus vehículos en la Época Lemúrica, no poseía ni cerebro ni laringe.

Para llenar esta deficiencia, la mitad de la fuerza sexual creadora, que antes había sido empleada solamente para la propagación, fue entonces dirigida hacia arriba para construir esos órganos por medio de los cuales fuera posible producir el pensamiento y la razón y que el pensamiento pudiera ser comunicado a los demás. Así vemos que el pensamiento es creador, porque fue derivado por medio del instrumento de la fuerza creadora. Igualmente es creadora la voz, es decir, la palabra hablada tiene poder de crear por la misma razón; porque tiene origen en la fuerza creadora.  De ahí se deduce que si conserváramos la fuerza sexual, dispondríamos de una mayor cantidad de poder para los procesos de razonar, y nuestra mente se robustecería mucho más que en el caso de una persona que desgasta su fuerza creadora.      Sin embargo, esta fuerza debe ser usada en forma de trabajo constructivo, mental o físicamente; o transformando en servicio útil a la raza humana; de otra forma causaría molestias.

Si solamente se almacena, puede eventualmente producir disturbios mentales, emocionales o nerviosos, o sufrimientos varios.

El pensar es un proceso muy complicado, que envuelve no solamente el empleo del cerebro físico, sino también el del cerebro etéreo, el cuerpo de deseos y la mente o cuerpo mental.  El proceso es el siguiente: nosotros mismos, como Egos, funcionamos directamente en la sustancia sutil de la Región del Pensamiento Abstracto que hemos especializado dentro de nuestras propias auras.  Aquí observamos el mundo exterior por nuestra cadena de vehículos y sus facultades, que vulgarmente llamamos sentidos. De las imágenes así creadas, formamos nuestras conclusiones respecto a las cosas observadas, cuyas conclusiones son ideas.  Por el poder de la voluntad proyectamos una idea de la mente, donde toma una figura concreta como una forma de pensamiento, vistiéndose de materia mental, la cual saca de la Región del Pensamiento Concreto. Esta forma de pensamiento se envuelve entonces generalmente en materia de deseos, lo cual le da más vida. Esta forma de pensamiento compuesto, puede entonces accionar sobre el cerebro etéreo y empujar a la fuerza vital a través de los indispensables centros cerebrales y nerviosos, hasta los músculos voluntarios que producen la acción.  Así, el pensamiento es la fuente original de toda actividad.

El efecto de pensamientos de miedo y preocupación es muy pernicioso para el desarrollo del alma. Las vejaciones forman una condición en la cual las corrientes de deseos no se desarrollan en largas líneas curvadas como lo hacen bajo condiciones normales, sino que el vehículo de deseos se llena de remolinos –sólo de remolinos en casos extremos-. Esta última condición muchas veces impide a tales personas el que hagan algo que pudiese corregir la condición que les ha causado la vejación o el miedo.  Se podría comparar esto, al estado del agua que está a punto de helarse como consecuencia de una temperatura descendente.  El miedo que se expresa en forma de escepticismo, cinismo y pesimismo, puede compararse a la misma agua cuando está helada, porque los cuerpos de deseos de personas que generalmente tienen semejantes pensamientos, son casi inmóviles y nada de los que se diga o haga, parece tener el poder de alterar esta condición.

Cada vez que uno alimenta estos pensamientos, contribuye a helar la materia del cuerpo de deseos y construye una cáscara azul-acero, en la cual la persona que toma la costumbre de fomentar miedo y preocupaciones, se encontrará algún día encerrada y separada así del amor, la simpatía y ayuda del mundo entero.  Por esta razón importa mucho el que nos esforcemos en ser alegres y optimistas, aún en circunstancias adversas, pues de otro modo podemos encontrarnos en condiciones desventajosas en el futuro.

La mente subconsciente es un muy importante factor en el desarrollo del hombre.  Con cada inhalación, el aire que aspiramos lleva consigo una imagen exacta y detallada de todo lo que nos rodea.  El más insignificante pensamiento, sentimiento o emoción se transmite a los pulmones, dónde es inyectado en la sangre.  La sangre es uno de los más elevados productos del cuerpo vital.  Las imágines de contiene se imprimen en los átomos negativos del cuerpo vital, para servir como árbitros del destino humano en el estado post mortem. Si una persona crea una forma de pensamiento, sea de naturaleza constructiva o destructiva, y la proyecta fuera de sí, entonces, cuando su acción ha terminado o su energía ha sido gastada en vanos esfuerzos para lograr su objeto, gravita atrás volviendo a su creador y llevando consigo el indeleble recuerdo de su viaje.  Su éxito o su fracaso están impresos en los átomos negativos del éter reflector y forman parte del recuerdo de la vida y actividad del pensador, con el cual algún día ha de tropezar.

El pensador destruye tejidos en el cuerpo denso y es un hecho bien conocido de la ciencia el que pensamientos negativos, destructivos, como los de miedo, sexualidad y sensualidad agotan el poder de resistencia del cuerpo y por lo mismo dan acceso a las enfermedades.  Las personas de una naturaleza alegre y jovial, o las devotamente religiosas y llenas de fe y confianza en la Divina Providencia, no crean nunca pensamientos negativos y por consiguiente, gozan de mayor vitalidad y mejor salud que las sujetas a vejaciones  y preocupaciones.  Por medio de pensamientos de amor, benevolencia y bondad, provocamos cualidades semejantes en otros y atraemos hacia nosotros a todos los que poseen éstas cualidades.  Este poder de pensamiento sutil y fuerte, puede emplearse también para la curación de enfermos. Además, es por el pensamiento abstracto que el hombre es capaz de elevarse por encima del mundo material y ponerse en contacto con Dios.

Si formamos pensamientos de optimismo, de bondad, benevolencia, ayuda y servicio, entonces estos pensamientos gradualmente dan un calor a nuestra atmósfera, de un modo que expresa exactamente todas estas cualidades y virtudes.  Y como nuestros cuerpos son construidos por la mente y tienen una expresión de nuestra actitud mental, los mencionados pensamientos reaccionarán sobre nuestros cuerpos físicos y todo lo que nos rodea trayéndonos salud y bienestar material.

Esto explica el poder creador del pensamiento. Es solamente un camino para probar la verdad de las palabras de Cristo, que si buscamos al Reino de Dios y Su justicia, todo lo demás nos será dado por añadidura.

LECCION II

EL TRABAJO DEL ASPIRANTE A LA VIDA SUPERIOR

Nadie tiene el privilegio de dotes especiales. Todos pueden adquirir el conocimiento de la verdad respecto al peregrinaje del espíritu a través de la materia, su método y finalidad. Hay un método por el cual se puede adquirir este importante conocimiento, y que permite, si se sigue con persistencia, el desarrollo de poderes casi divinos.

El Ego tiene varios instrumentos: un Cuerpo Denso, un Cuerpo Vital, un Cuerpo de Deseos y una Mente. Estas son las herramientas del Espíritu, y de su cualidad y condición depende la cantidad de trabajo útil que se puede hacer para ganar experiencia en cada vida. Los arquetipos de estos vehículos son construidos antes de cada vida terrestre. Los vehículos mismos son buenos, malos o indiferentes, según lo que hemos aprendido en experiencias pasadas respecto a su construcción.

En la misma medida en que uno trabaja con estos maravillosos instrumentos, ellos mejoran y aumentan en poder y eficacia.

El tiempo necesario para terminar un desarrollo espiritual positivo varía con cada individuo y depende de su aplicación, su grado de evolución, y la madurez de su destino para poder ser liquidado en alguna de sus vidas terrestres. Si alguien ha despertado de la letargia usual y tiene empeño en progresar, generalmente se pregunta a sí mismo: “¿Qué debo hacer?” La contestación es: trabaja para perfeccionar tus vehículos y al mismo tiempo empléalos constantemente para servir a la humanidad. La actividad que se despliega sobre los distintos cuerpos del hombre, se hace simultáneamente. No es posible ejercer influencia sobre uno de estos cuerpos sin afectar al mismo tiempo a los demás; pero el trabajo principal en cualquiera de nuestras vidas terrestres, se puede hacer sobre uno cualquiera de nuestros cuerpos.

El objeto del trabajo afectando a estos cuerpos es la unión con el Yo Superior. Por la más severa atención a la higiene y dieta, el cuerpo denso recibe un beneficio especial, y un ligero efecto es también producido sobre el Cuerpo Vital y el de Deseos. A medida que el Cuerpo Denso se llena de materia más pura y de mejor clase, sus partículas se envuelven también en una materia planetaria, etérea y de deseos más pura. Pero si uno se fija exclusivamente en la alimentación y la higiene, el Cuerpo Vital y de Deseos se quedaran casi lo mismo que antes, con la única diferencia de que la persona en cuestión tendrá un poquito más de facilidad para establecer el contacto con los Mundos Invisibles, que en el caso en que empleara una alimentación más tosca y pesada.

El desarrollo esotérico no empieza hasta que se inicie la actuación sobre el Cuerpo Vital. El principio fundamental de la construcción del Cuerpo Vital, es la repetición. Es por consiguiente de la más alta importancia el que verdades espirituales sean repetidas constantemente, con un anhelo de expresar el Amor y Altruismo de Cristo en la vida de todos los días. Los conductores de la humanidad que desean ayudarnos por medio de ciertos ejercicios, instituyeron la oración como un medio para que pensamientos elevados pudiesen ejercer su poder sobre el Cuerpo Vital. Si oramos como es debido, nos elevamos hacia Dios, actuando así sobre nuestro Cuerpo Vital y purificándolo.

La concentración es inestimable como ayuda para separar los dos éteres superiores de los dos inferiores; constituyendo entonces los dos primeros, el cuerpo–alma. Esta separación es necesaria antes de que el aspirante pueda viajar o funcionar conscientemente en los planos superiores. Sin embargo, cuando la oración está inspirada por una devoción pura y altruista en los altos ideales, es mucho más eficaz que una concentración fría.

Muchas personas abandonan la vida física con casi el mismo temperamento que aquel con el cual nacieron. Pero el aspirante debe hacer más que esto; debe vencer sistemáticamente todas las tentativas del Cuerpo de Deseos, que tienden a lograr el predominio. Tiene que vencer igualmente con nobles aspiraciones, el amor Egoísta que busca posesionarse de otro, y aplastar todo deseo de riqueza, poder o fama, que nace de motivos mezquinos personales. Un acceso de mal humor puede muy bien envenenar todo el sistema. Por esta razón el aspirante debería cultivar un humor siempre igual en medio de las molestias y tribulaciones de la vida diaria.

La mente es uno de los más útiles instrumentos del espíritu, pero es también muy difícil de vigilar y manejar a voluntad en el actual período de desarrollo del hombre. Un estudio profundo y comprensivo del esquema de la evolución del Cosmos es de un valor inmenso para lograr dominio sobre la mente. Es un entrenamiento de la mente en el pensamiento abstracto, y la eleva sobre las cosas impuras de la existencia concreta, ayudando así a la imaginación a remontarse por encima de los estrechos límites del interés egoísta.

La mente puede hacerse dócil a los dictados del espíritu superior, por medio de los siguientes ejercicios: concentración, meditación, observación, discernimiento, contemplación y finalmente adoración del Ser Supremo. Este último es el paso más alto posible, por el cual el hombre se une con la fuente de todas las cosas; alcanzando por este acto el más alto ideal posible, hasta el momento en que se logra la unión permanente al final de este gran Día de Manifestación.

La palabra clave del método Rosacruz de desarrollo espiritual es “servicio”. La repetición de buenos pensamientos, deseos, sentimientos y emociones, expresados por buenas obras (servicio altruista), es el camino más corto, más seguro y más alegre que conduce a Dios. Así llegaremos a una realización consciente de la unidad de toda la vida, de la “fundamental unidad de todo con todo”. En último término, no podremos obtener del universo más de lo que le demos. En el tiempo presente somos sobre todo deudores y no acreedores; podemos pagar nuestras deudas al universo y hacernos elegibles para la promoción a los grados superiores, solamente si trabajamos para perfeccionar nuestros vehículos y si prestamos servicio a la raza humana.

LECCION III

LA MISIÓN DE CRISTO Y EL PERDÓN DE LOS PECADOS

Cuando la Tierra era aún una parte del Sol, había un espíritu de grupo único, compuesto de todas las jerarquías creadoras que ejercían el control sobre toda la familia humana. Pero como existía la intención de que cada cuerpo fuese el templo e instrumento de un espíritu habitante en él, se hizo necesario hacer una división en el gobierno de los hombres.  Jehová vino entonces con sus ángeles y arcángeles, operando la primera gran división en razas.

Cada raza fue puesta bajo las órdenes de un Espíritu de Raza, y cada grupo de raza tenía como jefe superior a un Espíritu de Tribu.  Jehová encargó, además, a un ángel que actuara como guardián de cada Ego hasta que el espíritu individual se hubiera fortalecido bastante para estar plenamente emancipado de toda influencia exterior.

Cierto número de arcángeles (espíritus solares) fueron dados a Jehová como auxiliares para reflejar los impulsos espirituales del Sol sobre la humanidad terrestre en la forma de religiones Jehovísticas de raza.  Todas estas religiones de raza eran religiones de ley, según las cuales el pecado era la desobediencia de su ley.  El principio fundamental de una religión de raza es la separación, porque enseña que cada uno debe buscarse a si mismo a expensas de otros hombres y naciones.  Si este principio fuese llevado a su última conclusión, tendría necesariamente una tendencia cada vez más destructiva, y finalmente frustraría la evolución, si no fuera seguido de otra religión más constructiva.  Por esta razón las religiones separatistas del Espíritu Santo tienen que ceder el paso a la religión unificadora del Hijo.  

Por esta razón se hizo necesaria la intervención del Cristo.  Bajo el régimen de Jehová la unidad era imposible y por esto el Cristo, que posee como vehículo más inferior el unificador Espíritu de Vida, entró en el cuerpo denso de Jesús.  Él apareció como hombre entre los hombres y moró en un cuerpo humano, porque solamente desde adentro es posible vencer a la religión de la raza que ejerce su influencia sobre el hombre desde afuera.

La expresión “la sangre purificadora de Cristo-Jesús” quiere decir que, cuando corría la sangre en el Calvario, llevó consigo al gran Espíritu del Sol, Cristo, quien por este medio aseguró la admisión de la Tierra, y desde aquel momento ha sido el Espíritu Planetario habitante dentro de la Tierra.  Él difundió Su propio cuerpo de deseos a través de todo el planeta, purificándolo así de todas las influencias viles que fueron creadas bajo el régimen del espíritu de raza.  Bajo la ley todos pecaron, porque no habían evolucionado al nivel desde donde podían obrar bien por amor.  La naturaleza de deseos se había hecho tan fuerte que resultó ser una imposibilidad para ellos el dominarla del todo, y por este motivo sus deudas se habían amontonado en proporciones enormes.

La evolución se hubiera retrasado enormemente y muchos no hubieran podido seguir con nuestra oleada de vida, si no se hubiese procurado alguna ayuda.  Es por esta razón que vino Cristo “para buscar y salvar a los que estaban perdidos”.  Él quitó el pecado del mundo (no del individuo), por Su sangre purificadora; la cual le permitió la entrada a la Tierra y a su humanidad. El purifico el cuerpo de deseos de la Tierra,  y a Él le debemos si hoy podemos recoger para nuestros cuerpos de deseos, un material más puro que antes.

Por esta razón, Cristo es, en el verdadero sentido de la palabra, el Salvador del Mundo, tal como la Iglesia lo sostiene; porque la humanidad había ido tan lejos cuando pudo ir sola, y estuvo  a punto de retroceder en la época en que Él vino.   Además, los rayos etéreos del Cristo como Espíritu Planetario habitando en la Tierra, que irradian hacia fuera constantemente a través del hombre desde el centro de la Tierra y son absorbidos por él, constituyen “el impulso interior” para afanes más elevados, que es el factor principal, el cual empuja en los tiempos actuales al hombre, en el camino de su evolución.

El perdón de los pecados por obra de Cristo, tal como se enseña en la religión cristiana ortodoxa, es un hecho actual, que se puede conseguir por el sincero arrepentimiento y modificación de la vida, lo que limpia al átomo-simiente en el corazón del recuerdo de pasadas malas acciones.  Cuando este átomo-simiente se ha limpiado así, las imágenes de estas acciones se disuelven y no están presentes cuando abandonamos el cuerpo físico en el momento de la muerte, y así no nos causarán ya ningún sufrimiento en el purgatorio.  Este perdón de los pecados, deja subsistir la necesidad de restituir lo que debemos a las personas que hemos perjudicado.  Esta restitución puede hacerse directamente al individuo en cuestión, o en caso imposible, se puede hacer indirectamente en forma de servicios prestados a otros; es decir, sirviendo al universo.

Cristo es el factor principal en la cuestión de hacer posible que se nos perdonen los pecados, gracias al hecho de que Él nos da el impulso interior y deseo para llegar al arrepentimiento, y de que hace más fácil este proceso para nosotros por habernos procurado una materia de deseos más pura para nuestro cuerpo de deseos, como ya se había indicado en la  primera parte de esta lección.  La ayuda que Cristo de este modo nos presta diariamente por este impulso espiritual, nos da la posibilidad de reformar nuestros caracteres y borrar nuestros pecados.  Así es que Cristo se convierte verdaderamente en nuestro salvador personal, y aunque Él personalmente no elimine nuestros pecados individuales, su influencia espiritual se deja sentir.

La ayuda de Cristo se da a costa de mucho sufrimiento para Él, por estar Él aprisionado en la atmósfera impura de la Tierra como un Espíritu habitante.  Así la “expiación en sustitución”, o sea en lugar de nosotros, es un hecho actual, aunque su modo de efectuarse sea completamente distinto de aquel que se describe en la doctrina de la Iglesia. El resultado siempre es beneficioso.

La ayuda que recibimos de Cristo, nuestro Gran Hermano Mayor, constituye algo así como un préstamo cósmico.  Este préstamo, sin embargo, no tiene carácter de un don; ha de ser devuelto, y los medios para el pago consisten en prestar un servicio a otros y también a las oleadas de vida que siguen a la nuestra, es decir, los reinos animal, vegetal y mineral.

Durante el régimen de Jehová, la iniciación era posible tan sólo para unos pocos escogidos, cuyos vehículos se habían preparado especialmente.  La misión de Cristo, además de salvar a los perdidos, era la de hacer posible la iniciación para todos.

LECCION IV

DIETA CONVENIENTE PARA EL ASPIRANTE

El hecho de que todos los bueyes se alimentan de hierba y los leones de carne, “mientras que la carne es alimento para una persona es veneno para otra”, demuestra la influencia del espíritu grupo, comparada con la del Ego humano; este último, por cierto, tiene como efecto el que las necesidades de cada ser humano difieran más o menos de las de los otros, respecto a la clase y las proporciones de los alimentos.

Desde un punto de vista oculto es deseable que cada Ego viva todo el tiempo posible en su cuerpo denso; especialmente después de haber iniciado una tendencia hacia una vida espiritual, y que conserve, cuanto más tiempo mejor, un cuerpo que hasta cierto punto ha sufrido las influencias espirituales.

Es sumamente importante el que absorbamos solamente aquellos alimentos y bebidas que depositen la más pequeña cantidad de sustancia calcárea terrosa en nuestros tejidos; como asimismo aquellos que necesiten el mínimum de energía para su asimilación; pero que al mismo tiempo conserven al cuerpo en condiciones normales.  Como es sabido, el cuerpo entero es alimentado por la sangre, y que todo lo que el cuerpo contiene, de cualquier naturaleza que sea, ha estado antes en la sangre.

El análisis demuestra que la sangre contiene sustancias terrosas y que la sangre arterial contiene más sustancia terrosa que la sangre venosa.  Esto es sumamente importante, porque demuestra que en cada ciclo la sangre deposita sustancias terrosas. Es por consiguiente, esta circulación regular de la sangre, la que produce el material de obstrucción del sistema circulatorio.  Pero la entrada de materia terrosa debe ser continua, para tener como efecto la obstrucción. Los alimentos y las bebidas que nutren al cuerpo son al mismo tiempo la fuente esencial de la materia calcárea que es depositada por la sangre en todo el sistema, causando vejez prematura y muerte final.

Para sostener la vida física es preciso que comamos y bebamos; pero habiendo muchas clases de alimentos y bebidas, es conveniente para el estudiante de ocultismo que conozca aquellas clases que contengan la más pequeña proporción de elementos de obstrucción.  Como cada ser humano está en un nivel distinto de desarrollo, no es posible dar reglas absolutas, porque la dieta es un asunto individual.

En las páginas 386 y 387 del Concepto Rosacruz del Cosmos se halla una lista de valores alimenticios que ayudarán al aspirante a seleccionar los alimentos más propicios para sus necesidades individuales.  La ciencia moderna ha descubierto que las así llamadas “vitaminas” son de enorme importancia para el mantenimiento de la salud y vitalidad.  Las vitaminas se hallan principalmente en las hojas de los vegetales y en la leche.

Las combinaciones químicas son un asunto muy complicado, y sobre el cual las opiniones de los técnicos difieren mucho.  Generalmente es necesario y al mismo tiempo el mejor camino, que cada uno examine el asunto individualmente, en forma de estudio y experiencias, y que emplee el debido discernimiento.

El aspirante a la vida superior deberá evitar completamente todo alimento animal, si es posible.  Nadie que mate o dé lugar a que otros maten por él, puede adelantar mucho en el camino de la santidad. Ciertos productos animales, sin embargo, como leche, queso y mantequilla, se pueden comer sin inconveniente.  La leche es un alimento importante para el estudiante de ocultismo, porque contiene muy poca cantidad de materia terrosa y tiene gran influencia sobre el cuerpo, superior a cualquier otro alimento.  El suero de mantequilla es bueno como alimento y como disolvente de materias calcáreas en los tejidos.

La fruta fresca contiene agua de la mejor y más pura especie.  El jugo de uvas no fermentado es un disolvente particularmente maravilloso, porque fluidifica y estimula la sangre, abriendo el camino al interior de los vasos capilares que se han secado y obstruido.  Su uso realmente retarda la vejez, con tal que el proceso de cristalización no esté demasiado adelantado.  El aspirante debería beber solamente agua muy fina y destilada; el hervirla no destruye el carbonato de cal y otros productos terrosos que contiene.  

El agua usada interior y exteriormente es un gran disolvente de las sustancias terrosas cristalizadas en el cuerpo.

El nitrógeno o proteína es lo que forma toda la carne del cuerpo, pero contiene algo de materia terrosa.  Los hidratos de carbono o azúcares son los principales productores de fuerza.  Las grasas producen calor y el fondo de fuerzas de reservas.  De los vegetales digerimos solamente un 83% de proteína, 90% de grasa y 95% de carbohidratos.  De las frutas asimilamos aproximadamente el 85% de las proteínas, el 90% de la grasa y el  90% de los hidratos de carbono.

El cerebro está hecho con las mismas materias que todas las demás partes del cuerpo, con la adición del fósforo, el cual es peculiar del cerebro.  La deducción lógica es que el fósforo es el elemento especial que permite al Ego el crear y expresar ideas y así ejercer influencia sobre el cuerpo denso.  Es importante, por consiguiente, que el aspirante, que tiene que emplear su cuerpo para el trabajo mental y espiritual, alimente su cerebro con la sustancia especial necesaria para este propósito.  La mayoría de los vegetales y frutas contienen cierta cantidad de fósforo, pero la proporción mayor se halla en las hojas.  Se encuentra, además, en grandes cantidades en la uva, en las cebollas, alubias, piñas, en las hojas y tallos de muchos vegetales, y en el jugo de la caña, pero no en el azúcar refinado.

La abstinencia accidental de alimentos, dentro de ciertos límites y sin exageración, es de gran valor para limpiar el sistema circulatorio de las materias acumuladas, que lo pueden obstruir y dificultar el funcionamiento de varios órganos.  A la primera señal de cualquier desorden la supresión de una o de dos comidas, es muy de recomendar.  El ayuno de veinticuatro horas de vez en cuando es una cosa excelente para casi todo el mundo, suponiendo que se efectúe en un momento en que uno no esté trabajando intensamente ni con la mente ni con las manos, lo cual requiere mucha energía.  Ayunos más prolongados se pueden emprender bajo la dirección de una persona competente.  Personas que son psíquicamente negativas deberían evitar ayunos energéticos, porque de otro modo podrían contribuir a aumentar su estado negativo.

El exceso de alimentación es, en último término, probablemente la causa de las dos terceras partes de todas las dolencias humanas.  La mayoría de la gente de hoy día podría con gran provecho, reducir en una tercera parte la cantidad de alimentos que come todos los días.  El resultado seguro sería un mayor rendimiento de trabajo mental y físico y también una prolongación de la vida.  El uso excesivo de alimentos de fécula se debe evitar especialmente.  Las personas de más de cincuenta años de edad pueden en un gran número de casos contentarse con dos comidas al día, en vez de tres. 

LECCIÓN V

RAZONES POR LAS CUALES DEBERÍAMOS EVITAR EL HIPNOTISMO Y EL SERVIR DE MEDIUM

En el primitivo desarrollo de la humanidad todos eran clarividentes involuntariamente a causa del débil lazo que existía entre el cuerpo vital y el denso.  Desde entonces estos cuerpos se han compenetrado mucho más íntimamente en la mayoría de la gente, pero en todas las personas sensitivas, el lazo es todavía poco firme.  Es esta flojedad de conexión lo que constituye la diferencia entre las personas psíquicas y las corrientes, las cuales son inconscientes de toda clase de vibraciones que no se perciben por los cinco sentidos.

Hay dos clases de sensitivos: aquellos que no están aún firmemente enmarañados en la materia, como son las razas inferiores, y aquellos otros que están en la vanguardia de la evolución.  Estos últimos se pueden dividir en dos grados: en primer término, los que por propia voluntad están desarrollando la fuerza vibratoria de los órganos que ahora están unidos con el sistema nervioso voluntario y que así se convierten en clarividentes voluntarios, o en ocultistas; los centros sensoriales de sus cuerpos de deseos están produciendo un tejido en la forma del movimiento de un reloj.  En segundo término, aquellos que están desarrollándose de una manera pasiva, de débil voluntad.  Ellos despiertan otra vez el plexus solar a otros órganos unidos con el sistema nervioso involuntario, y desarrollan un estado de conciencia de los planos inferiores en forma de imagen en espejo, semejante al que poseían los hombres de la época lemúrica.  Los centros sensoriales de sus cuerpos de deseos están tornando en un sentido de reloj al revés.  Así ellos se convierten en clarividentes involuntarios o médiums que no tienen ningún control sobre la facultad de clarividencia.

Los del segundo grado son a menudo las víctimas de espíritus inferiores terrestres, que se encargan, del papel de “guías de espíritus” y desarrollan a sus víctimas para ser “médiums de trance”; o si la unión entre los cuerpos denso y vital del médium es particularmente floja, la desarrollan para ser “un médium de materializacion”.  Espíritus de una naturaleza sumamente etérica generalmente no ejercen el control sobre un médium; son más bien espíritus inferiores y terrestres los que se encargan de esto.

La muerte no tiene poder de transformación; el pecador no se convierte en santo ni el ignorante en sabio.  Resulta un aspecto patético para el clarividente entrenado, el ver la imposición ejercida sobre muchas personas sensitivas por el control de espíritus que carecen de experiencia.

El sabio control de espíritus manipula los órganos del lenguaje u otras partes del cuerpo desde fuera; pero el espíritu sin experiencia alguna entra y toma posesión del cuerpo, de tal modo que no puede salir de él cuando quiere.  Entonces el Ego ha perdido su cuerpo y su personalidad cambia completamente.  En este caso es cuando se dice: éste es otro.

Los elementales, una clase de espíritus inferiores al hombre, muchas veces se posesionan de cuerpos de deseos desechados de seres humanos inferiores, y entonces accionan sobre los médium como espíritus de control.  En la materialización de espíritus el éter del cuerpo vital del médium se saca a través del bazo, y es usado como base de la materialización, atrayendo hacia él partículas de polvo para darle visibilidad.  La vitalidad del médium es seriamente debilitada por este procedimiento, ocasionándole un extremo agotamiento, y muchas veces induce al médium a emplear estimulantes y drogas.

Algunas veces, espíritus del mal se hacen pasar por santos durante muchos años, sólo para poder posesionarse de sus víctimas.  Generalmente les gusta causar a sus víctimas toda clase de dificultades y perjuicios, después de lo cual las más de las veces las abandonan a su triste destino.

Después de haber dominado a un médium durante toda la vida, este control puede a la muerte desposeerle de los vehículos que contienen la experiencia de su vida y retenerlos durante siglos, retrasando así terriblemente al Ego en su evolución.  Por consiguiente, aconsejamos mucho a todos nuestros estudiantes que nunca consientan ser guiados o controlados por espíritus que ellos no pueden ver y sobre los cuales no saben nada.  Es necesario no abandonar jamás el control de sí mismo.   

En el caso del hipnotismo, el hipnotizador obtiene un control sobre su víctima, induciéndole primeramente a hacerse perfectamente negativo o pasivo.  Entonces el hipnotizador empieza a trabajar sobre la cabeza del cuerpo vital del sujeto, oprimiéndola de tal modo que baja a través de la cabeza física y queda arrollado en rollos espesos alrededor del cuello.  El contacto entre el Ego y el cuerpo denso, queda así cortado lo mismo que durante el sueño.  Entonces la cabeza física se llena con éter del cuerpo vital del hipnotizador.  De este modo él obtiene poder sobre su sujeto, porque gracias al contacto así establecido, puede transmitir órdenes y obligar a la persona hipnotizada a cumplir su voluntad.  Cuando un hipnotizador ha establecido una vez contacto con su sujeto, lo puede mantener todo el tiempo que quiera, y la víctima puede ser sometida completamente a su dominio, independientemente de toda distancia.  Sólo la muerte puede romper este contacto.  No es de ningún modo recomendable el asistir a sesiones espiritistas o demostraciones hipnóticas porque existe el peligro de que algún espíritu inferior se apegue a nosotros y nos cause muchas molestias. Tampoco es recomendable el quemar incienso, porque al inhalarlo, inhalamos a la vez a espíritus elementales que nos incitan al sensualismo y a prácticas negativas que pueden retardar nuestro desarrollo espiritual.

Hay una manera de proceder por la cual todos pueden protegerse contra influencias y dominaciones externas.  Si vivimos una vida de pureza y nuestros días están empleados en actos de servicio hacia Dios y los hombres, nuestros pensamientos y actos son una naturaleza pura y noble.  Así aumentamos y convertimos en positivos nuestros vehículos más finos, de manera que ninguna entidad de fuera puede forzar la entrada en nuestra aura ni ejercer control cualquiera sobre nosotros.  También construimos así el cuerpo del alma, los dos éteres superiores, que constituye una fuerza radiante espiritual que ninguna entidad de fuera puede atravesar.

El objeto del método Rosacruz de desarrollo es precisamente el de emancipar al alumno de la dependencia de otros y de obtener que confíe en sí mismo en el más alto grado.

Si somos esclavos o instrumentos de hipnotizadores o de espíritus elementales desencarnados, no podemos obedecer al Dios que llevamos dentro, ni escuchar las órdenes de nuestro Yo Superior.

LECCIÓN VI

LA EVOLUCIÓN DE LA RELIGIÓN

El hombre y sus religiones han evolucionado juntamente en igual grado.  La más remota religión de cualquier raza ha sido siempre tan salvaje como el pueblo gobernado por ella, pero a medida que los pueblos se civilizan, sus religiones se hacen más y más humanas y en armonía con ideales más elevados.  La ley del cuerpo es posible que sea la supervivencia de los más aptos, pero la ley de la evolución del espíritu exige el sacrificio. Es  evidente que todo lo que empuja hacia una más elevada norma de conducta respecto de los demás hombres, tiene que proceder de dentro.  Nadie negará que semejante fuerza exista, aunque no sea siempre comprendida.  El egoísmo es reemplazado, lenta pero seguramente, por el altruismo.  En el pecho de todo ser humano la fuerza altruista de Cristo obra como un fermento.  Gradualmente transformará al salvaje en un hombre civilizado, y con el tiempo, a este último en un dios.

Los grados de ascenso del hombre a Dios son cuatro.  Primeramente, sin darse cuenta, el hombre fue sometido a la influencia de los altos Seres, quienes guiaban su primitiva evolución. Después él fue colocado bajo el gobierno de mensajeros divinos o reyes a los que él podía ver, y cuyas órdenes tuvo que acatar. Luego se le enseñó que había de someterse a las leyes de un Dios al que no pudo ver, y finalmente tiene que aprender a ser superior a las órdenes; a ser su propia ley, y por medio de la conquista de su propio ser, de vivir en armonía con las leyes de la naturaleza, que son las leyes de Dios.

La religión de raza era aquella que fue preciso desarrollar en primer lugar; ella fue dada al hombre por el Dios o el Espíritu de la Raza. Esta religión inculcaba cierto grado de altruismo por medio de sacrificios, por lo cual, sin embargo, el Espíritu de la Raza se convertía en protector y conservador de su pueblo.  El Judaísmo, el  Taoísmo, el Confucionismo y otros semejantes son religiones de raza.

Los Espíritus de Raza son arcángeles que están elaborando así una fase de su evolución.  Las religiones de raza son religiones de separación, y todas inculcan tendencias egoístas a cuenta de otras razas, porque en este grado de desarrollo la humanidad aprende mejor sus lecciones por medio de la separación. El patriotismo es el principio esencial del Espíritu de Raza.  Pero si la “unidad fundamental de cada uno con todos”, y una era de amor se han de realizar alguna vez, las religiones de raza deben ser reemplazadas por una más universal, como la religión cristiana.

Hubo varias religiones anteriores al cristianismo que enseñaban la reencarnación y la Ley de Consecuencia, pero con el advenimiento de Cristo ya no fue necesario para el progreso humano el que el hombre conociera la doctrina de la reencarnación. Por esta razón vemos que  la religión cristiana, tal como es enseñada públicamente, no incluye esta doctrina, a pesar de que Cristo la enseñó a sus discípulos.  El hombre estaba destinado a dominar el mundo material, y por este motivo debía olvidar durante algún tiempo el conocimiento de la reencarnación, el cual prevalece en Oriente, y pensar más bien en la vida actual como única vida terrestre, con el fin de que pueda concentrar todos sus esfuerzos sobre el progreso material.

Desde el punto de vista oculto, el esfuerzo misionero, sea de Oriente a Occidente o viceversa, generalmente no es deseable, por ser contrario al paso de la evolución. El trabajo de los misioneros fomenta los intereses de civilización y cultura hasta cierto punto por el intercambio de ideas y métodos entre distintas razas, pero desde el punto de vista religioso solo, no da grandes resultados.  Generalmente cuando un Ego está preparado para una religión avanzada, reencarna en un país donde esta religión prevalece.  Los grandes conductores de la humanidad que están encargados de nuestro desarrollo, nos prestan toda la ayuda necesaria.  Existen razones excelentes por las cuales la Biblia, conteniendo las doctrinas cristiana y judía, ha sido dada a los pueblos de Occidente.  Era la Suprema Sabiduría la que nos dio esta religión doble, y ningún otro sistema es actualmente  acomodado a nuestras necesidades especiales.

A medida que una clase de espíritus evoluciona, está progresando de una raza a otra.  La evolución marcha de Oriente a Occidente.  Nosotros, de las naciones occidentales, ocupábamos en cierta época cuerpos de hindúes.  Más tarde abandonamos aquellos cuerpos y nos pusimos a construir los cuerpos de las razas posteriores.  Durante este proceso hemos sensibilizado nuestros vehículos en alto grado, y el cuerpo de las razas occidentales está vibrando en un grado bastante más elevado que el cuerpo del hindú.  Por esta razón los ejercicios respiratorios que el hindú emplea para elevar el grado de sus vibraciones, son desastrosos para el aspirante occidental, porque provocan una separación prematura de los éteres, lo que ocasiona a menudo tisis o locura.

La ciencia moderna ha sido una gran ayuda para dominar al mundo material, y ocupa su puesto legítimo como educadora de la raza humana.  Pero cuando se divorcia de la religión y se hace enteramente materialista, resulta temporalmente una amenaza para la humanidad.  Hubo un tiempo cuando la religión, el arte y la ciencia estaban unidas y eran enseñados en los templos de los Misterios, hasta en los tiempos de la Antigua Grecia.  Pero como el nuestro es el plano de la separación y especialización, han sido separadas intencionalmente durante cierto tiempo. A su debido tiempo serán unidas de nuevo, y entonces obtendremos perfecta satisfacción por medio del corazón, de la inteligencia y de los sentidos.  El corazón gozará del aspecto devocional y ceremonial de la religión; la inteligencia hallará satisfacción en su aspecto científico, y la parte estética de nuestra naturaleza quedará satisfecha por el empleo del arte variado en el servicio de los templos del porvenir.

Cuando un hombre haya espiritualizado su ser bajo la influencia de la futura religión científica y artísticamente, habrá también aprendido el dominio sobre sí mismo y se habrá convertido en servidor altruista para todos los demás mortales.  Entonces será un guardián seguro de la potencia de pensamiento. Será capaz de formar ideas correctas, las cuales podrá cristalizar inmediatamente en cosas útiles.  Esto se realizará por medio de la laringe, que pronunciará la palabra creadora.  Todas las cosas de la naturaleza fueron al principio precipitadas en la existencia de esta Palabra.  (Juan I, 1, 3.)  El sonido, o el pensamiento hablado, será nuestra próxima fuerza de manifestación, una fuerza que nos convertirá en hombres-dioses, cuando gracias a la enseñanza que actualmente recibimos, nos hayamos puesto en condiciones para emplear tan hermoso poder para el bien de todos, y sin mirar a nuestro propio interés. 

LECCIÓN VII

LA CIENCIA DEL MORIR

La expresión “muerte” se refiere tan sólo a la forma.  El espíritu no conoce la muerte.  También nacimiento y muerte son términos relativos; lo que nosotros llamamos muerte es realmente un nacimiento en el mundo espiritual, y lo que llamamos nacimiento es temporalmente una muerte en el mundo espiritual.

Cada vez que hemos agotado las posibilidades de una vida particular, se hace necesario el que pasemos a esferas superiores por medio del procedimiento del morir, que se teme sin razón. En el corazón se halla depositado lo que es conocido como el átomo-simiente del cuerpo físico.  Este átomo-simiente se llama en lenguaje rosicruciano “el libro de Dios”, porque todas las experiencias pasadas están inscriptas en él.  Este átomo especial nunca se modifica, y será llevado con nosotros a través de todas nuestras existencias futuras, formando la base de nuestra individualidad, durante toda la eternidad.  La muerte se ocasiona por la ruptura de la unión entre el átomo-simiente y el corazón, después de lo cual las fuerzas inherentes del átomo-simiente, a la vez que los vehículos superiores, es decir, el cuerpo vital, el cuerpo de deseos y la mente, salen fuera por la bóveda de la cabeza.  Sin embargo, un contacto con el cuerpo es mantenido por medio del cordón de plata durante aproximadamente tres días y medio.

Este cordón de plata es triple, un segmento se compone de éter, otro de materia de deseo y el tercero de materia mental, y estos segmentos están unidos a los átomos-simiente de los cuerpos correspondientes.  La ruptura de la unión entre el átomo-simiente denso y el corazón produce el efecto que el corazón cesa de latir, pero el cuerpo no está muerto todavía, ni lo está hasta que se rompe el cordón de plata.

En este lapso de tiempo un proceso importante tiene lugar, que es la revista retrospectiva  del panorama de la vida pasada, y la operación de grabar en el cuerpo de deseos las imágenes contenidas en este panorama.  Durante la vida, el éter reflector del cuerpo vital obra como una placa sensitiva en la cual están grabados todos los pensamientos, emociones, incidentes y escenas de la vida.  El éter que se aspira con la respiración lleva consigo estas imágenes y por medio de la sangre se imprimen en el cuerpo vital.  Ellas constituyen la base de las experiencias después de la muerte.

Durante un periodo de aproximadamente tres días y medio después de la muerte, el Ego está ocupado en concentrarse sobre este panorama que está desarrollándose delante de él, hacia atrás; es decir, los incidentes de la última parte de la vida son los primeros que aparecen en el panorama.  Si la concentración del Ego es profunda y no estorba por ruidos o molestias de ninguna clase, el grabado se hace de un modo profundo y limpio, y en la vida después de la muerte, el Ego estará en situación de asimilar la totalidad del valor espiritual de la vida que acaba de terminar.  Pero si el Ego es distraído por emociones, los llantos y lamentaciones de los parientes, o el tumulto de un campo de batalla, su concentración es interrumpida y las experiencias de la vida pasada se graban sólo muy ligeramente o dejan de grabarse totalmente en el cuerpo de deseos.  El resultado es que la vida pasada es perdida prácticamente, es decir, las cualidades espirituales que normalmente hubieran debido haberse adquirido.  Por esta razón deberíamos tener mucho cuidado para que alrededor de una persona que acaba de morir haya una gran tranquilidad; de manera que esta vida retrospectiva del panorama de su vida no quede perturbada, en vista de que de esto depende el desarrollo de la conciencia y la tendencia hacia una buena conducta en las vidas futuras.  

Otro proceso que tiene lugar simultáneamente es la separación de los éteres.  Los dos éteres superiores, es decir el éter reflector y el de luz, mencionados en la filosofía Rosacruz como el cuerpo del alma, se separan entonces de los dos inferiores que son el éter químico y el de vida. Ellos se adhieren a los vehículos superiores y atraviesan con éstos los mundos superiores, actuando como base de conocimiento interior en estos mundos, mientras que los éteres inferiores se quedan con el cuerpo físico desintegrándose con él.  Cuando hay algún alboroto alrededor del cuerpo durante el periodo de retrospección de la vida, esta separación profunda de los éteres no se efectúa debidamente.

No es recomendable el dar estimulantes a los moribundos, porque producen considerable dolencia al Ego y ningún bien; esto quiere decir, sólo en los casos en que se ve claramente que la vida no puede prolongarse más que algunas horas o días.  Los estimulantes hacen volver violentamente dentro del cuerpo a los vehículos superiores, y mantienen la agonía del individuo durante horas y días, mientras que de otro modo pudiera extinguirse relativamente con poco sufrimiento.

Después de la muerte, el cuerpo debiera ser colocado en una envoltura de hielo durante un período de no menos de tres días y medio.

Se debería evitar el embalsamiento, porque interfiere con la retrospección panorámica.  Igualmente se debería evitar la cremación durante este período, porque el Ego está aún en contacto con el cuerpo por medio del cordón de plata, y hasta cierto punto, aunque limitado, nota dolor como resultado de cualquier mutilación del cuerpo.  Una cremación prematura disipa los éteres y destroza el recuerdo panorámico que contienen.  Sin embargo, después del período de tres días y medio la cremación es de aconsejar, porque desintegra el cuerpo físico y los dos éteres inferiores con su magnetismo de residuo, dejando así al Ego en libertad completa para pasar en seguida a los mundos suprafísicos.

En el caso de sepultura en tierra, el magnetismo del cuerpo y los éteres inferiores tienen al Ego ligado a la tierra durante un tiempo variable; generalmente hasta que la descomposición ha llegado a un estado avanzado y está completa.  Así, en algunos casos, se ocasiona para el Ego un retraso de años.

Conociendo los hechos que se refieren a la muerte según lo determina la ciencia oculta, y utilizando este conocimiento, podemos prestar un gran servicio a aquellos de nuestros amigos y conocidos que mueren antes que nosotros.  Igualmente podremos dejar instrucciones para que, cuando nos toque morir, se nos preste el mismo servicio a nosotros.

LECCIÓN VIII

LAS EXPERIENCIAS BENEFICIOSAS DEL PURGATORIO

No debemos alarmarnos al ver la palabra “purgatorio”, porque, aunque las experiencias en este estado pueden ser dolorosas, al mismo tiempo son enteramente beneficiosas, porque liberan al Ego del peso que de otro modo podría impedir su elevación a las regiones superiores.  Ésta es la razón por la cual el purgatorio viene inmediatamente después de la muerte. Desde nuestro punto de vista sería más deseable entrar en primer lugar, en el cielo, sobre todo si hemos tenido una vida terrestre muy dura, pero esto es científicamente imposible; no podemos elevarnos hasta que nuestra gravedad espiritual específica no haya disminuido.

El purgatorio está situado  en las tres regiones más bajas del mundo del deseo.  Su función principal es la de separar la materia de deseos inferior que hemos depositado en nuestros cuerpos de deseos durante la vida terrestre.  Todos los deseos bajos y egoístas son seccionados ahora por la fuerza de repulsión, que es la fuerza predominante en esta región.  La afirmación de la propia personalidad es el resorte principal de la fuerza de repulsión.  Por medio de esta fuerza todas las cualidades basadas sobre la afirmación de la propia personalidad, y contrarias al altruismo, son destrozadas.  

El panorama de la vida pasada entonces se desarrolla ante el Ego, trayendo consigo las fuerzas purgantes apropiadas para cada incidente.  Aquí el Ego siente todas las penas causadas por él a otras personas.  Aquí sufre las ansiedades de deseos destructivos, como son los de bebidas alcohólicas, de tabaco y drogas, porque estos deseos son entonces imposibles de satisfacer.  Estará sufriendo hasta que estos deseos mueran por falta de satisfacción.  La dolencia relacionada con este proceso es aproximadamente tres veces más aguda que la de experiencias similares en la vida terrestre, porque el procedimiento es tres veces más rápido, y porque el Ego no dispone entonces de un cuerpo físico para aliviar el sufrimiento.

El período del purgatorio dura por lo general aproximadamente la tercera parte de la vida terrestre del individuo.

De lo que precede se puede deducir una lección práctica, es decir, que la mejor manera de liberarse aquí de malos deseos es sencillamente la de arrancarlos de nuestro conocimiento, y de dejarlos morir de inanición.  Si los combatimos, creamos formas de pensamientos a las cuales ellos se aferran, prolongando sí su vida.  La inanición es por consiguiente el único método práctico, y se logra sobre todo limpiando la mente de pensamientos impuros.  Así debemos comprender que es una tontería crear durante la vida una gran cantidad de obstáculos, en forma de deseos destructivos de cosas como tabaco y drogas.  Pero si hemos fomentado la costumbre de estos deseos, conviene convencernos de la gran conveniencia de liberarnos de ellos durante esta vida terrestre, pudiendo hacerlo con sólo una tercera parte del sufrimiento y molestia que tendríamos que soportar en la vida después de la muerte.  Hasta desde el punto de vista egoísta, el sentido común nos debería aconsejar de abandonar estos deseos mientras tengamos la oportunidad de hacerlo con facilidad.

Como resultado de las experiencias del purgatorio se desarrolla la conciencia, gracias a lo cual se consigue que el Ego esté menos expuesto a repetir sus errores en las vidas futuras: igualmente, en la próxima vida, el Ego ya no estará sujeto como antes a los malos deseos, pero podrá ejercer su libre voluntad, lo que no sería posible hacer, si aquellos deseos no hubiesen sido expulsados.  Sin embargo, la tentación de satisfacer aquellos mismos deseos será repetida hasta que el Ego haya finalmente desarrollado el poder de voluntad suficiente para dominarlos.   Entonces ya no entrarán más en el campo de su conciencia.

Después de haber pasado por los procesos purgatoriales, el Ego está capacitado para entrar en los mundos celestiales y gozar de aquella vida, lo que antes no le hubiera sido posible hacer. Muchas personas trabajan con la ilusión de que si pudiesen entrar en el cielo en el momento de morir serían felices; pero en realidad las vibraciones de los planos celestiales son tan elevadas que si una persona cualquiera fuese llevada allí antes de haber pasado por los procesos purgatoriales, estaría en las más intensa agonía, porque sus vehículos espirituales estarían vibrando a un tono muy inferior, y si se quisiere elevar su tipo de vibración de repente al tipo de los planos celestiales, esto crearía una condición igual al de una electrocución.

Personas que durante su vida terrestre se hartan de vicios y crueldades o emplean la magia negra para obtener poder sobre otros, endurecen su cuerpo vital y hacen que éste se compenetre inextricablemente con el cuerpo de deseos.  Los dos constituyen entonces lo que se llama el “cuerpo del pecado”.  Tales individuos quedan ligados a la zona terrestre cuando pasan a las regiones del purgatorio.  Las fuerzas del purgatorio no son capaces de desintegrar al cuerpo del pecado con la rapidez acostumbrada; de lo cual resulta que estos Egos se quedan bajo la influencia terrestre en algunos casos durante centenares de años, reteniendo su mala disposición.  Además, están entre nosotros, y más cerca que nuestros pies y manos, y por medio de sugestión mental son capaces de incitar a los mentalmente débiles, hasta al crimen.  Así son mucho más peligrosos que los criminales físicos.

Y ahora viene la parte más práctica de la lección, es decir, un método que nos permite evitar el purgatorio si solamente queremos tomarnos la molestia de aprender un poco a dominar el tiempo.  Se trata del método Rosacruz de retrospección.  Cada noche deberíamos hacer un repaso de los acontecimientos del día en sentido al revés, empezando con los de la noche y continuando la revista hacia atrás, hacia los de la mañana, examinando cada acontecimiento cuidadosamente para discernir perfectamente su cualidad de bueno o de malo.  Deberíamos hacer que las experiencias del día vuelvan otra vez al campo de nuestra conciencia, esforzándonos para sentir el sufrimiento que hemos causado a otros y tratando de sentir también la cualidad no-espiritual de nuestras malas acciones del día.  Obrando así, viviremos nuestro purgatorio cada noche, y cuando pasemos del otro lado del velo, no necesitaremos pasar por las experiencias intensificadas del purgatorio como las demás personas ordinarias.  Así no solamente nos ahorraremos mucho sufrimiento, sino también mucho tiempo, el que podremos emplear para servicios útiles en los mundos superiores, ganando de este modo un suplemento de desarrollo del alma.  Igualmente nos será posible así, el volver más pronto a otra reencarnación.

Además, este proceso de retrospección libertará la energía emocional generada cada día, eliminando así la posibilidad de causarnos más tarde sufrimientos neuróticos.  Este método constituye realmente el diario perdón de pecados, porque así borramos día a día nuestros pecados del Libro de Dios, es decir, el recuerdo dentro de nuestro corazón.

LECCIÓN IX

LOS REINOS DE BIENAVENTURANZA

Habiendo repasado las experiencias encontradas en las regiones inferiores, ahora vamos a considerar los así llamados reinos de bienaventuranza, es decir, los distintos mundos celestiales.  Pero debemos en absoluto rechazar la idea de que la única función de éstas más altas regiones sea la de procurarnos la bienaventuranza.  Esta última no es más que uno de los productos de la vida que allí se hace.  Las más importantes funciones de estas regiones son las de asimilación y educación.  Primeramente asimilamos y sentamos en el campo de la conciencia la cualidad espiritual de las buenas acciones que hemos cumplido durante la vida terrestre.  Esto nos da la facultad de sentir correctamente, facultad que nos acompañará en las vidas futuras como un incentivo para obrar bien.  En segundo lugar se nos educa allí en los procesos más elevados de la construcción de cuerpos. 

El primer cielo, aquel al cual llega el Ego después del purgatorio, está situado en las tres regiones superiores del mundo del deseo.  Éste es el mundo del color y de la emoción.  Aquí el panorama de la vida se desarrolla otra vez, pero ahora nos procura alegría en vez de sufrimiento. Ahora sentimos toda la felicidad que hemos causado a los demás en la vida anterior, y la gratitud que ellos sintieron. También sentimos alegría por las cualidades espirituales de los actos constructivos que hemos realizado.   Así aprendemos la lección de que el bien y la verdad, traen una suprema recompensa.  Aquí realiza el Ego también la fruición de todos los deseos constructivos que ha tenido durante la vida terrestre y que no han sido atendidos.  Aquí igualmente puede disfrutar del arte y de la poesía si lleva dentro de sí mismo las cualidades que relacionan con ellas.  El carácter no tiene aquí ya ningún valor, pero el altruismo y la benevolencia reciben su recompensa.  Además se desarrollan los planes gracias a los cuales la persona puede en vidas sucesivas aumentar aún sus actividades humanitarias.  Los estudiosos tendrán a su disposición facultades ilimitadas para el estudio de ciencias y artes.  El artista tiene facilidades sin cuento para el desarrollo de sus conceptos artísticos.  Los colores con los cuales trabaja, son colores vivientes, y los aplica sólo con su pensamiento.

En el primer cielo los niños lo pasan muy bien, es decir, los que mueren a la edad de menos de catorce años, antes de haberse formado su cuerpo de deseos.  Están organizados en clases, se les da instrucción sistemática en los principios espirituales del bien vivir, para que así, cuando vuelvan a la Tierra, estén muy adelantados en este sentido.  A muchos espíritus débiles se les hace morir jóvenes para que reciban este entrenamiento, por el cual tienen asegurado mejor éxito en las vidas futuras.

Después de haber agotado todas las experiencias de la vida pasada que estaban en relación con los deseos y las emociones, el Ego echa fuera su cuerpo de deseos y entra al segundo cielo, que está situado en la región de los pensamientos concretos y que es el mundo de los sonidos.  Música de carácter sublime constituye una de las especiales delicias de esta región.  El segundo cielo es el verdadero hogar del Ego.  Aquí permanece generalmente durante varios siglos, llevando una existencia muy activa.  Ésta es la región de los arquetipos.  Nada puede existir en la Tierra,  desde los cuerpos físicos hasta los límites físicos de un continente, a menos de que su arquetipo haya sido formado en esta región.  Aquí el Ego recibe una enseñanza muy detallada respecto de la formación de los arquetipos.  También examina los arquetipos de los proyectos y estructuras de los cuales se ocupó durante la vida y descubre dónde eran buenos y dónde eran defectuosos; así descubre por qué fracasó en la realización de ciertos propósitos en la vida anterior.

Una parte importante del trabajo en esta región consiste en la  preparación de arquetipos para los vehículos de la próxima vida terrestre. Generalmente no se le permite al Ego el habitar un cuerpo mejor de lo que él mismo es capaz de construir, y aquí el Ego toma un curso universitario en este procedimiento.  También se ocupa en transmitir la quinta esencia de sus cuerpos desechados, al triple espíritu, para que sirva en lo futuro como poder y percepción espiritual. En las últimas fases de este período el Ego disuelve su mente en la esencia que nutre o forma al triple espíritu, y entonces está preparado para volar a regiones todavía más altas.

El mundo donde el Ego entra ahora es llamado tercer cielo, situado en la región de los pensamientos abstractos.  El triple espíritu se halla entonces desnudo, habiendo dejado atrás sus cuatro vehículos inferiores, pero reteniendo los átomos-simiente de cada uno para que le sirvan en lo futuro en la formación de nuevos vehículos.  Para el individuo del vulgo, en nuestro estado de evolución, el tercer cielo no es un sitio de actividad, porque sus vibraciones son demasiado superiores a él.  Lo que el Ego en general puede hacer aquí, es descansar, flotando en la divina armonía que llena esta región y obteniendo las fuerzas necesarias para volver a la reencarnación.  Cuando se haya asimilado así la suficiente fuerza espiritual, el Ego nota el deseo de nuevas experiencias, y se encamina hacia la reencarnación.

El procedimiento de la retrospección nocturna es una gran ayuda para el Ego en relación con esta fase de la existencia después de la muerte, porque por medio de la retrospección, cada noche, la vida del primer cielo se puede vivir en la tierra, dejando al Ego libre de encaminarse hacia regiones aún más elevadas después de la muerte física. Gracias a esta práctica el Ego está preparado para adelantar mucho más en su educación espiritual en estas altas regiones, de lo que sería posible de otro modo, y también está capacitado para volver a la tierra en misión de servicio en el plan de evolución en fecha más próxima.

Deberíamos empezar examinando en orden inverso todos los actos del día por los cuales hemos ayudado a otros o contribuido en algo a su felicidad.  Deberíamos tratar de sentir la felicidad y gratitud que ellos experimentaron y también de darnos cuenta de la cualidad espiritual de nuestras buenas acciones.  Este procedimiento se recomienda muy seriamente a los estudiantes esotéricos, que desean hacer progresos rápidos.

LECCIÓN X

REENCARNACIÓN Y CONSECUENCIA

El verdadero objeto de la vida no es la felicidad actual, sino la experiencia por medio de la cual podemos desarrollar nuestros poderes espirituales latentes y transformarlos en facultades para servir mejor al plan divino de evolución.  Dios está evolucionando por medio de nosotros.  Nosotros somos células en el cuerpo cósmico de Dios.  Estamos espiritualizando materia para Él, a fin de que sea un vehículo en el cual, Él pueda funcionar. Somos tan necesarios para Dios, como Dios lo es para nosotros.  Es tarea nuestra, por consiguiente, el desarrollar nuestras cualidades espirituales y nuestros talentos naturales en el máximo grado, para que podamos colaborar con este gran proyecto.

Los tres grandes objetos de evolución a través de la materia son: primero, la espiritualización del carácter; segundo, el desarrollo de la voluntad por el cual dirigimos las facultades obtenidas por la experiencia; tercero, el desarrollo de la mente creadora, por el cual en su día podremos crear directa y conscientemente.  Si cooperamos con el proyecto divino, la felicidad será la consecuencia que alcancemos.

Para obtener todo este desarrollo, es necesario para el Ego renacer en un cuerpo físico muchas veces.  Cuando toda la experiencia de cualquier vida ha sido asimilada espiritualmente en los mundos superiores, el  espíritu nota el impulso de alcanzar nuevas experiencias, y este deseo le empuja irresistiblemente a la reencarnación. Nuestro saber respecto a la reencarnación, no queda limitado a la especulación. La reencarnación es uno de los primeros hechos concretos demostrados a los alumnos de la escuela de Misterios.  Se les enseña a observar a un niño en el acto de morir; luego a seguir a este niño a través del mundo invisible, día tras día, hasta que llega a la reencarnación dentro del período de pocos años. Después de haber hecho esto, el alumno sabe con certeza absoluta que la reencarnación es un hecho y no solamente una teoría metafísica.

El primer paso que da el individuo en el camino de la reencarnación, es el elegir a sus padres o hacer que le elijan.  Esto no es un asunto de suerte ciega. Generalmente se nos asignan unos padres a los cuales hemos prestado servicios en vidas anteriores, de modo que están realmente obligados a sernos útiles también.

En esta relación de ideas podremos comprender nuestra obligación de facilitar, siempre que sea posible, los medios para permitir a otros Egos volver a nosotros como niños, a fin de que posteriormente ellos puedan prestarnos un servicio igual.  Cuando el Ego tiene en su haber cierta cantidad de buen destino, se le permite ver panorámicamente diferentes vidas con diferentes padres, y se le deja en libertad de elegir.  Una vez hecha la elección y determinadas las líneas generales de la vida, el Ego ya no puede volverse atrás respecto a ella.  Sin embargo, le queda aún su libertad de acción para los detalles.  Éstos pueden ser ejecutados en un espíritu de amor, ayuda y tolerancia, o en un espíritu de rebelión, odiando al ambiente en el cual el Ego ha sido situado.  Así él, puede libremente crearse a sí mismo un buen o un mal destino para una vida futura.

En el proceso actual, de vuelta a la reencarnación, los distintos átomos-simiente atraen en primer lugar hacia ellos mismos los materiales para una nueva serie de vehículos, es decir, una mente un cuerpo de deseos, un cuerpo vital y un cuerpo físico.  Estos materiales se introducen, cuando llega la hora, en los nuevos vehículos, y entonces el Ego vuelve al renacimiento físico.

Esto ocurre cuando las fuerzas planetarias están en armonía con el destino engendrado por el Ego en vidas precedentes.  El Ego no puede renacer en ningún otro momento, porque las fuerzas ocultas en sus átomos-simiente lo impedirán.  Después del nacimiento, las fuerzas planetarias que ejercen influencias sobre los vehículos del Ego, lo empujan día tras día en ciertas direcciones, en armonía con su destino previamente creado, y así se convierten en ejecutores automáticos de aquel destino.  Sin embargo, las fuerzas planetarias no obligan jamás.  Cuando un hombre usa su voluntad para trabajar en unión con la evolución, entonces él domina a las fuerzas planetarias y las dirige.  

La Ley de Consecuencia o la Ley de Causa y Efecto están operando continuamente.  Desde el momento del nacimiento, las fuerzas que fueron  puestas en acción en vidas precedentes y que todavía no están agotadas, empiezan a operar en el niño y sus vehículos.  Todos los antiguos amores y odios suben a la superficie.  Antiguos enemigos se presentan, para que el Ego pueda elaborar su destino con ellos y transformarlos en amigos.  Anteriores amigos ayudan al Ego trabajando con él en proyecto mutuo.  Así nos acercamos, lenta, pero irresistiblemente, a la época de la amistad universal.  Por medio de la ley de consecuencia, el hombre aprende que cada acto tiene su correspondiente responsabilidad, y que cada fuerza que él pone en movimiento, tiene que tener su correspondiente efecto.  Si por negligencia o egoísmo, causa sufrimiento o pérdidas a otros, la Ley de Consecuencia le traerá fatalmente condiciones semejantes en fecha más remota, y así comprenderá la injusticia de obrar de esta manera.  Si no hace caso de la lección, la naturaleza le deparará cada vez más duras experiencias, hasta que finalmente haga el esfuerzo necesario y obtenga entonces el poder del control sobre sí mismo.

Si los actos que ejecutamos son constructivos y respetuosos, en la vida futura naceremos bajo condiciones que nos traerán éxito y felicidad. Si al contrario, cedemos el paso a nuestras pasiones, desconsiderando a los demás, o si somos indolentes y descuidados, seguramente renaceremos bajo condiciones y entre gente que harán que nuestras vidas sean un fracaso, y que nos acarrearán muchas calamidades.  Por estos fracasos, sin embargo, aprenderemos dónde nos habíamos equivocado en las vidas precedentes, y sabremos lo que es necesario que hagamos para remediar lo pasado.  Entonces, aplicando nuestra voluntad a la solución del problema, obtendremos éxito, y la Ley de Consecuencia, desde aquel momento, trabajará a favor de nosotros en vez de hacerlo en contra.

Durante toda la vida la cualidad que los Rosacruces llaman Epigénesis está en actividad; esta cualidad es el poder de poner en acción a un número limitado de causas nuevas, las cuales no están determinadas ni impuestas a nosotros por nuestros actos del pasado. Si estuviéramos totalmente sujetos al pasado e incapaces de generar nuevas causas, estaríamos imposibilitados para desarrollar ningún poder creador original, ni habría libre albedrío.  Aquí viene a ayudarnos la facultad espiritual de Epigénesis, capacitándonos, si así es nuestra voluntad, para abrirnos el paso hacia esferas de poder y actividad provechosa, todavía mayores.

LECCIÓN XI

EL ALMA, EL CUERPO DEL ALMA Y EL DESARROLLO DEL ALMA

Existe en general una gran confusión entre los estudiantes respecto a la distinción entre alma, cuerpo del alma y espíritu.  En lenguaje Rosicruciano estos términos se refieren a realidades separadas y distintas, mientras que en el uso corriente se emplea más o menos el uno en lugar del otro.  En la literatura Rosacruz se habla del alma como de la quinta esencia de los tres vehículos inferiores y de la experiencia adquirida por estos vehículos que implica rectitud en el pensar y obrar.   Esta esencia es extraída por el espíritu o Ego y empleada por él como pábulo.  El alma construye el edificio de los poderes del espíritu, aumenta su conciencia y le capacita para extender su campo de operación.

Las experiencias de la vida, grabadas por medio de la respiración en el cuerpo vital, se aquilatan generalmente en el período de retrospección del purgatorio y del primer cielo, donde su esencia es extraída e introducida en el espíritu en forma e poder del alma. Sin embargo, no es necesario que esperemos a la extracción de las cualidades del alma y su unión con el espíritu hasta que lleguemos al purgatorio o al primer cielo.  Si nos place, podemos cada noche llevar a cabo este proceso por medio del empleo del ejercicio retrospectivo, que ha sido descrito en las primeras lecciones de este curso.  La completa compenetración de alma y espíritu no tiene lugar hasta casi el final de nuestro gran día de manifestación.  Añadimos algo a nuestra alma por las experiencias de cada vida, y después de haber vivido muchas vidas, sobre todo si han sido bien vividas, conseguimos completar este atributo.  Cuando tengamos la cualidad de exuberancia de alma, los que vivan en derredor nuestro, se darán cuenta de ello.

El alma es triple: el alma consciente es el extracto espiritual del cuerpo físico y las experiencias que este último contiene, y está en relación reciproca con el Espíritu Divino.  El alma intelectual es el extracto del cuerpo vital y está en relación recíproca con el Espíritu de Vida. El alma emocional es el extracto del cuerpo de deseos y está en relación recíproca con el Espíritu Humano.  Todas las experiencias de nuestras vidas diarias son utilizadas por los procesos de evolución e introducidas en el alma para el uso en vidas futuras, sea en este plano sea en otros superiores.

El cuerpo del alma es una entidad distinta; no es un extracto como lo es el alma.  Es uno de los vehículos del espíritu o uno de sus cuerpos.  Está compuesto de los dos éteres superiores del cuerpo vital, es decir el éter de luz y del reflector.  El cuerpo del alma se construye por medio de una vida de amor y servicio a favor de la humanidad.  Semejante vida no solamente atrae y purifica una gran parte de los dos éteres superiores, sino que con el tiempo también tiene como efecto el que se produzca una división entre ellos y los dos éteres inferiores. Después de haberse producido esta división, el cuerpo del alma se ha separado y ha quedado distinto de los éteres inferiores, y está disponible ahora como vehículo o cuerpo separado, para ser empleado en los vuelos del alma.   En el texto griego del Nuevo Testamento se habla de él como “soma psuchicon”, y además él constituye el oro y azul de nuestra aura, y puede ser visto con nuestra visión etérea. Por él se distingue el santo del resto de los mortales.  Para su  construcción recibimos ayuda de Cristo, el Espíritu Planetario que habita en la Tierra, por medio de Sus emanaciones etéreas, que pasan desde el centro de la Tierra hacia fuera de ella, atravesando luego nuestros cuerpos vitales.

El cuerpo del alma es retenido por el Ego durante la existencia en el purgatorio y en el primer cielo; quiere decir, que está unido al cuerpo de deseos y a la mente y los acompaña por estas dos regiones. El trabajo a favor de la humanidad construye el cuerpo  del alma, pero una vida ligera y sensual impide su crecimiento, y produce además el efecto de que los dos éteres inferiores se introduzcan en él, en lugar de los dos superiores, que quedan excluidos. Cuando el cuerpo del alma está construido, la persona que lo posee es capaz de levantar su cuerpo físico a su antojo y después de haber recibido la debida instrucción, puede atravesar el espacio de una lugar a otro con la más absoluta libertad.  Está capacitado para “viajar a países extranjeros”, es decir, para ir a cualquier parte del mundo, según su deseo, y con la velocidad del pensamiento. El cuerpo del alma no pasa por el espacio andando, ni tampoco volando con alas.  Es empujado por la voluntad unida al pensamiento y sigue la dirección indicada por el pensamiento.  Viaja casi con la velocidad de la luz y cuando la persona concibe la idea de cierto lugar, el cuerpo del alma llega allí, casi en el mismo instante.  Es esto un modo de viajar maravillosamente satisfactorio y conveniente, siendo enteramente independiente de vehículos como trenes y vapores.  Además, no hacen falta billetes ni pasaportes. En el cuerpo del alma podemos visitar todos los países de la Tierra, observar sus habitantes, sus condiciones y actividades, y volver luego, cuando nos place, a nuestros cuerpos físicos.  Entre las importantes actividades del cuerpo del alma, está la de poder ser un “auxiliar invisible”.  Cuando una persona ha desarrollado el cuerpo del alma hasta el punto de poder funcionar en él conscientemente durante el sueño, está capacitada para el servicio de “auxiliar invisible”, y puede entonces tomar parte en la obra de curar a enfermos bajo la dirección de seres superiores y puede prestar servicio a enfermos y afligidos, lo que de otro modo sería imposible.  Los auxiliares invisibles pueden dirigir corrientes de fuerza magnética curativa hacia sus pacientes y también pueden materializar manos para manipular la parte enferma del cuerpo etéreo o vital del paciente.  También reciben enseñanza para poder pronunciar la palabra creadora, la cual separa los tejidos enfermos y construye nuevas células.

LECCIÓN XII

EL ALMA, EL CUERPO DEL ALMA Y EL DESARROLLO DEL ALMA

(Continuación)

Durante la Gran Guerra muchos auxiliares invisibles fueron desarrollados para trabajar en los campos de batalla entre los soldados heridos.  Sin embargo, al principio de la guerra había muy pocos disponibles, porque muy pocos seres humanos habían logrado este desarrollo.  A medida que progresaba la guerra, más y más auxiliares invisibles fueron preparados para el servicio, y al final había muchos trabajando.

El cuerpo del alma continúa creciendo después de su nacimiento, es decir, después de haber sido separado de los éteres inferiores, con la condición de ser debidamente alimentado.  Igual que otros cuerpos de cualquier especie, necesita alimento para crecer y conservarse en buena salud y fuerza.  Pero si no facilitamos alimento al hijo de Cristo (el cuerpo del alma) después de su nacimiento, sufriremos hambre de alma, en comparación de la cual el hambre física no es nada.  El alimento que es preciso darle consiste en actos y pensamientos de amor y abnegación respecto a los demás y a la humanidad en general, según las ocasiones lo permitan.  Actos altruista y de abnegación forman el cuerpo del alma y atraen los áureos éteres del espíritu. Estos actos nos preparan el traje dorado.

En el principio nuestro “Día de Manifestación” todo entramos en funciones como Espíritus Virginales, pero ya entonces algunos eran más adaptables, más dispuestos y más progresivos que otros, y por consiguiente, entraron en la involución con mayor rapidez y mayor entusiasmo también, que otros.  Éstos son aquellos que actualmente van a la vanguardia, y que han desarrollado el alma y el cuerpo alma, más rápidamente que los demás.  De ellos hablamos como de “almas viejas”, mientras que los zagueros son llamados “almas jóvenes”, no jóvenes de años, sino de desarrollo.  Los muy jóvenes son llamados “rezagados”, y son los que se negaron a emprender el trabajo de involución y evolución, y que en muchos casos no quieren avanzar, resultando que se han quedado muy atrás de los que forman la vanguardia y tendrán que esperar otro Día de Manifestación.

El alma, lo mismo que el cuerpo, se atrofia si dejamos de alimentarla.  La quietud no existe ni en la naturaleza ni en la evolución; tenemos que ir adelante o atrás.  Si adelantamos, aumentamos continuamente el alma que hemos construido en el pasado. Si retrocedemos, agotamos el alma, las cualidades del alma y sus poderes que habíamos adquirido anteriormente, lo mismo que agotamos la sustancia de nuestro cuerpo físico si dejamos de comer.  En otras palabras, el alma, siendo realmente alimento para el espíritu, se gasta constantemente por la actividad del espíritu, y tiene  que ser continuamente elaborada si el espíritu ha de progresar.  Si los bajos instintos se vuelven tan fuertes que arrollan al Ego o espíritu, y si insisten en ir para atrás, entonces perdemos el alma.  Durante este proceso, el cuerpo del alma, también desaparece por estar íntimamente ligado al alma; y las actividades que disuelven al uno, disuelven también al otro.  El recuerdo de nuestras malas acciones que por medio de la respiración se graba en el cuerpo de deseos después de la muerte, es algunas veces llamado “el alma que peca” y muere por expurgación.  Esto ha sido descrito ampliamente en la lección sobre purgatorio.

Otro peligro que se presenta cuando el Ego inferior no quiere obedecer y se niega a seguir las órdenes del espíritu, es que los vehículos que él ha construido por la involución y espiritualizado parcialmente,  pueden perderse por desintegración; es decir, los cuerpos físicos, vital, de deseos y mental, a la vez que sus correspondientes átomos-simiente; siéndole difícil recobrar su memoria consciente.

Es éste un asunto muy serio, porque cuando el Ego ha perdido sus vehículos y los átomos-simiente de estos últimos, entonces le faltan los medios para continuar su evolución en este “Día de Manifestación”.  Por esta razón tiene que volver al caos y permanecer allí hasta que salga una nueva oleada de vida a la cual pueda unirse y así continuar su evolución.  Sin embargo, el espíritu o Ego no muere. El Espíritu no puede morir nunca, porque vino de Dios al principio, como una parte de Él, y siempre quedará como tal.  No puede morir, pero puede perder sus cuerpos y así durante cierto período, permanecer prácticamente impotente y desamparado.

Cuando el Ego ha perdido sus átomos-simiente, ya no puede volver a nacer. Esto, sin embargo, no es una pérdida total, porque, cuando otra vez en una nueva oleada de vida, saldrá desde un punto más elevado que aquél desde el cual salió en el ciclo presente.  Esto es debido al hecho de que desde el principio del “Período de Saturno” el Espíritu Virginal ha adquirido los tres velos del Espíritu Divino, Vital y Humano, respectivamente; los cuales, unidos al propio Espíritu Virginal, constituyen el Ego.  Los Espíritus Divino, Vital y Humano adquiridos así, son retenidos  durante la duración del caos, y dan al Espíritu Virginal un empuje inicial en un día posterior de evolución.  A pesar de ello la pérdida es grande y sumamente dolorosa.

Por esta razón nos incumbe mejorar nuestras oportunidades en un grado extremo, y vivir una vida recta y de bien obrar, a fin de que podamos llevar a cabo lo que fue previsto para nosotros y obtener así la gran alegría, la paz y el poder, que son su resultado seguro.

LECCIÓN XIII

EL SENDERO DEL LOGRO, EL CONOCIMIENTO DIRECTO Y LA VISIÓN ESPIRITUAL

El sendero del logro, es el sendero en el cual desarrollamos nuestra visión espiritual y nuestros poderes espirituales.  De la visión espiritual se habla muchas veces como del sexto sentido.  La humanidad vulgar no tiene más que cinco sentidos; pero todos tenemos el sexto sentido latente, y algunos que van a la vanguardia lo tienen desarrollado.  Hubo un tiempo en que teníamos sólo cuatro sentidos totalmente desarrollados; otro tiempo, aún más lejano, cuando poseíamos sólo tres, etc.  En el periodo por ejemplo, en el que teníamos sólo cuatro sentidos activos, había seguramente personas que decían que era imposible el tener un quinto sentido y que los visionarios que hablaban de un quinto sentido, se engañaban a sí mismos.  La historia se repite.  Hoy la humanidad corriente tiene cinco sentidos, pero algunas personas indican la existencia de un sexto, y los demás las miran como equivocadas.  Cuando estos individuos adelantados hablan de visiones y poderes de los cuales no nos damos cuenta con nuestros cinco sentidos, hay siempre algunos que dicen que son el producto de la imaginación.  Pero nos consta que no es así.  Sabemos que estas regiones y poderes superiores existen.

La primera evidencia del desarrollo del sexto sentido, consiste en la capacidad de sentir las vibraciones de los planos más allá del físico.  Cuando hemos llegado a sentir estas vibraciones, aunque nuestro sexto sentido no esté desarrollado activamente, nos damos cuenta del hecho de que estos planos superiores existen y también percibimos la verdad en aquellos sistemas filosóficos que los describen.  En este caso están la mayoría de los estudiantes de la filosofía esotérica.  El solo hecho de que son estudiantes de esta filosofía y que son capaces de sentir la verdad contenida en ella, prueba que están ya más o menos sensitivos para las vibraciones superfísicas.

El sexto sentido o la visión espiritual por la cual obtenemos un conocimiento directo en los planos superiores, es triple.  El grado más bajo es la visión etérea, por la cual percibimos el mundo etéreo con las entidades etéreas en él, tales como los espíritus de la naturaleza.  Por medio de la visión etérica podemos mirar a través de cualquiera de sus partes.  Esto se aplica a todas las sustancias exceptuando el vidrio.  El vidrio no es conductor de la electricidad.  Este hecho sugiere una conexión interesante entre los éteres, la visión etérica y la electricidad, la cual vamos a dejar a la meditación de nuestros estudiantes, esperando que saquen provecho de ella.

El segundo grado de visión espiritual es la clarividencia del mundo del deseo.  Por medio de esta visión percibimos el mundo del deseo y los cuerpos de deseos de las entidades que viven allí.  En la clarividencia, un objeto aparece extendido delante de nuestra mirada, de modo que vemos la totalidad del objeto de un solo golpe de vista.  La clariaudiencia, es otro método de entrar en contacto con el mundo del deseo, capacitándonos para escuchar las voces espirituales de aquellos que viven allí y comprender su misterioso lenguaje.

El tercer grado de la visión espiritual es aquel por el cual percibimos las realidades espirituales en el mundo del pensamiento.  Aquí entramos en contacto con los arquetipos de todas las cosas existentes.  Estos arquetipos, siendo entidades vivas, nos hablan y nos instruyen sobre ellos mismos.  Es difícil poner en orden lógico los conocimientos que obtenemos de este modo, porque los percibimos como una totalidad y no como presentados en partes distintas, como en el caso de nuestra visión física.

La visión psíquica (espiritual) puede ser positiva o negativa; siendo la forma  positiva aquella que ha de desarrollar el estudiante de una escuela oculta positiva.  El desarrollo se opera por el despertar de la glándula pineal y del cuerpo pituitario, y además, por la conservación de la fuerza sexual y por su dirección hacia arriba.  Por ciertos ejercicios al mismo tiempo, el cuerpo pituitario se pone en vibración de tal modo que desvía las líneas de las fuerzas sexuales ascendentes, haciéndolas pasar por el cuerpo pituitario y la glándula pineal, formando así un puente entre los dos.  De esta manera se obtiene la visión espiritual positiva, que está bajo el control de la voluntad.

Si se trata de un ocultista, la mayor parte de la corriente  de fuerza sexual fluye hacia arriba por el canal espinal, de la laringe al cerebro, y desde allí hacia abajo; al corazón.  El ocultista desarrolla la parte intelectual de su naturaleza en mayor proporción que la parte devocional.  En el caso del místico, la mayor parte de la corriente fluye hacia arriba por la vía del corazón y de la laringe antes de llegar al cerebro.  El místico desarrolla el corazón o la parte devocional de la naturaleza en mayor grado que la parte intelectual.  Ambas formas pertenecen al desarrollo espiritual positivo y aumentan la visión espiritual.

El sendero negativo del desarrollo es el del médium, que se desarrolla por medio del plexus solar y del sistema nervioso simpático, en vez de hacerlo por el cerebro y sistema cerebro-espinal.  La visión espiritual del médium no está bajo su control, ni sujeta a su voluntad, y así resulta una visión muy defectuosa.   Además, no se retiene durante vidas futuras, mientras que la visión espiritual positiva, obtenida por el verdadero ocultista o místico se retiene para siempre.

El ocultista y el místico, cada uno a su vez, tienen que obtener el desarrollo del otro, es decir, que la parte corazón y la parte cabeza de la naturaleza, tienen que alcanzar paralelamente un desarrollo igual.  

El estado de médium ha de ser muchas veces sufrido por el aspirante en su camino hacia el desarrollo de la visión espiritual positiva.  Sin embargo, no deberíamos cultivar nunca el estado del médium y no es de ningún modo necesario pasar por él.

La visión espiritual y los poderes ocultos se pueden desarrollar de un modo seguro solamente en relación con una vida de servicio a favor de la humanidad.  Si desarrollamos estos poderes por cualquier otro motivo que no sea el de la colaboración con el gran plan de evolución, estamos en peligro.  Si nuestro motivo de desarrollo es el deseo egoísta de obtener poderes para favorecer exclusivamente nuestros propios propósitos y nuestras ventajas individuales, entonces abrimos nuestra “aura” a  entidades malas, que nos servirán temporalmente para obtener los poderes que deseamos, pero luego seremos nosotros los que tendremos que servirle a ellas.  Y ellas exigirán el pago de la deuda hasta el extremo, y pagando la deuda el aspirante es muchas veces arrastrado hacia abajo, a los abismos de la degradación.

LECCIÓN XIV

EL SENDERO DEL LOGRO, EL CONOCIMIENTO DIRECTO Y LA VISIÓN ESPIRITUAL

(Continuación)

La vanidad que uno siente por su desarrollo espiritual puede ser causa de la entrada de elementales en el aura, lo que muchas veces produce la caída del individuo.  Por esta razón la Biblia es científicamente correcta cuando nos previene contra la soberbia.  Este peligro se presenta sobre todos de un modo serio cuando hemos empezado el sendero del logro.  Los vehículos del aspirante están sensibilizados en este sendero por la vida pura que lleva y por los ejercicios que practica.  Tiene que ser mucho más cuidadoso que las demás personas para evitar sensualismo de cualquier forma, porque le arrastrarían y le aplastarían con mayor rapidez que a otros.

Ente los primeros ejercicios que el aspirante al conocimiento  directo debe practicar es el de la aguda observación de los detalles. Es una verdad obvia que la gente en general tiene ojos y no ve.  El aspirante tiene que ejercitarse en el arte de ver todo lo que hay alrededor de él con gran minucia, porque de otro modo ocurriría un conflicto entre los recuerdos conscientes en la mente y los recuerdos subconscientes en el cuerpo vital, y esto produciría desarmonía.  Pasando por la calle podemos mejorar nuestra observación notando distintamente todas las casas y sus detalles, los jardines, el estilo de arquitectura, etc.; más tarde deberíamos tratar de recordar estos detalles.  Haciendo esto, aumentaremos nuestro poder de observación de manera notable.

La concentración y los pensamientos positivos, son los poderes mentales que hay que desarrollar después.  En esta práctica tenemos que fijar nuestra mente en un solo punto y no permitir que se distraiga.  La distracción es uno de los procesos más destructivos que podemos sufrir.  La distracción destruye el poder del pensamiento; la concentración lo crea y fortifica.  El pensamiento positivo alcanzará siempre su objeto.  El pensamiento negativo es débil y nunca logra gran cosa.  El pensamiento positivo nos facilitará generalmente una mente capaz de hacer milagros en cualquier campo de acción, y nos preocupará éxito sobre éxito. El pensamiento negativo abre nuestra aura a las entidades de naturaleza indeseable, y en el caso de persistencia, podemos caer bajo su dominación y volvernos incapaces de protegernos contra ellas.  Por esta razón debemos practicar la concentración en todo tiempo.

Ejercicios superiores para el aspirante son los de meditación y discernimiento, de contemplación y adoración.  Información sobre todos ellos se halla en el libro “Concepto Rosacruz del Cosmos” y es muy recomendable su estudio.  La repetición sistemática de verdades espirituales, las introduce y fija en el cuerpo vital y gradualmente hace que formen parte del carácter si son reforzadas por obras.  De este modo podemos hacer de nuestro carácter lo que queramos que sea y carácter es destino.

El aspirante a menudo retrasa su progreso por ansiedad, que es una forma de miedo.  Esto crea elementales de miedo en la mente.  El aspirante deberá hacer las cosas cuando sabe que son buenas y entonces no tendrá miedo del porvenir.

“El perfecto amor expulsa el miedo”.  Por consiguiente si tenemos una tendencia a sentir miedo de cualquier clase, podemos construir nuestros vehículos superiores practicando amor de un modo o de otro, de manera que definitivamente estemos protegidos contra el miedo.

Esto es necesario antes de desarrollar nuestros poderes ocultos en general, porque si no hemos dominado el miedo, no tendremos seguridad para exponernos a cruzar por los planos invisibles, y ni estaremos tampoco en condiciones para viajar en esos planos, lejos de la protección de nuestros cuerpos físicos.  Mientras estemos aún sujetos al miedo, lo estaremos también a las actividades malévolas de los seres de los planos invisibles, que nos perjudicarán.  El hecho mismo de sentir miedo, prueba que no estamos aún completamente capacitados para defendernos contra estas entidades.  Por consiguiente el miedo es el primer gran enemigo que el estudiante de ocultismo tiene que vencer.

Algunos estudiantes místicos caen en el error de desarrollar la videncia espiritual por medio de drogas, espejos mágicos o ejercicios de respiración inadecuados.  Con el tiempo se presentarán enfermedades u obsesiones como resultado de estas prácticas, porque son de carácter negativo. Desarrollan la visión espiritual por vibraciones irregulares y los que observan estas prácticas abren su naturaleza al mundo del deseo inferior y a las entidades viciosas que viven allí.  Los ejercicios de respiración de los orientales, que no son apropiados a los occidentales, en algunos casos sacan al cuerpo vital fuera del físico, cortando el lazo entre los centros sensoriales etéreos y las células cerebrales, y producen la locura.  En otros casos producen una rotura entre el éter de vida y el químico, cuya consecuencia es la tisis.  Nuestros estudiantes deben desconfiar seriamente de estas prácticas y ni siquiera hacer el más pequeño ensayo.  Una respiración higiénica, profunda, sin embargo, es buena y recomendable.

Finalmente, el equilibrio en todos los planos, es el gran objetivo que el estudiante de ocultismo debe tratar de realizar. Es triple y consiste primeramente en la concentración mental; en segundo lugar, en el balance emocional y, por último, en el poder espiritual.  

Pero aun habiendo obtenido todo esto, y habiendo desarrollado la visión superior, y pudiendo abandonar su cuerpo conscientemente, el alumno no posee la omnisciencia.  Entonces estamos solamente en el punto de emprender nuestra educación en los mundos espirituales. Allí tenemos que aprender nuestra educación en los mundos espirituales.  Allí tenemos que aprender exactamente lo mismo que aquí, en un largo curso de trabajo paciente y asidua aplicación a los problemas de nuestra nueva atmósfera.  Podemos darnos cuenta ahora de lo tonto que es el seguir la enseñanza de unos profesores que han desarrollado quizá, nada más que uno de los tres grados de visión espiritual, y tal vez, de manera imperfecta.  También podemos ver que resulta inocente dedicarse a la veneración de ídolos, respecto a cualquiera que haya obtenido un desarrollo de clarividencia, o de aceptar todo lo que él pudiese ofrecernos como indudablemente cierto y digno de acatamiento.

Todo lo que se obtiene de los mundos internos por medio de cualquier grado de visión espiritual, ha se ser sometido a la prueba de la lógica y del sentido común, y si no resiste a esta prueba, estamos justificados de rechazarlo o por lo menos de hacer nuevas investigaciones antes de aceptarlo.

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