jueves, 5 de noviembre de 2015

La Evolución de la Conciencia y su perfección.


LA EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA Y SU PERFECCIÓN 

El propósito de nuestra existencia en el Mundo es la Evolución de la Conciencia. Pero antes del comienzo de nuestra existencia en él, los Seres Humanos teníamos conciencia Divina. Sin embargo carecíamos de la Auto-Conciencia.

Por lo que tendremos que desarrollar la Auto-Conciencia (como un re-despertar), hacía la comprensión de la Conciencia Divina, antes de estar preparados para retornar a nuestra fuente como seres creadores espiritualmente maduros.

Para ello, se requieren incalculables milenios para que la Auto-Conciencia se convierta en un factor con el cual tenga que tratar el Género Humano.

Desde tiempos remotos, desde el principio naciente de nuestra conciencia, ésta ha pasado por diferentes fases.

Una fase del más profundo trance, otra fase de sueños sin ensueños, otra fase que consistía en la representación interna de objetos, colores y sonidos externos, para pasar definitivamente a una aproximación de nuestra fase actual de la conciencia de vigilia, a través de la cual nos hemos hecho conscientes de nosotros mismos como individuos separados de otros y de los objetos observados fuera de nosotros mismos, distintamente delineados en el espacio.

Ahora tenemos una conciencia objetiva, dependiente de los sentidos, por medio de la cual obtenemos conocimiento del mundo externo.

Ésta conciencia del “yo” o egoísmo, ésta conciencia de nosotros mismos crecientemente egoísta, como entidades separadas y como puntos focales para nuestras propias actividades, es la fuente primaria de los problemas y dolores que en el presente nos afligen.

*Ésta intensa Auto-Conciencia debe ser transmutada en conciencia del yo como parte integral del Todo.

La Conciencia humana tal como hoy la tenemos, es el resultado de la así llamada “Caída del hombre”.

Antes de la “caída” la conciencia humana era interna. La mujer, confrontada por los espíritus Luciferes cuyo propósito era expresarse a sí mismo a través del instrumento del cerebro humano, los vio como serpientes, porque habían entrado en su cerebro por vía de la serpentina Médula Espinal. 

Después de que los espíritus Luciferes “abrieron los ojos de la mujer”, ellos primeramente se hicieron conscientes de cada uno de los demás y del mundo físico, e impartieron este conocimiento al ser humano. Con este conocimiento, los seres humanos aprendieron a diferenciar entre el hombre interno y el vestido externo que lleva. Así fue como nos hemos hecho seres libres y pensantes, pero a costa del dolor, de la enfermedad y de la muerte.

Entonces nuestra conciencia quedó abierta tanto para el bien como para el mal. Debido a que hemos llegado a ser conscientes de ésta distinción, también ha llegado a ser nuestra perpetua responsabilidad tener pleno conocimiento de ambos, y cuando sea posible, transmutar el mal en bien.

Se dice que los patriarcas bíblicos vivieron durante muchas generaciones, pero ésta aparente longevidad en realidad era debida a la existencia de una “Conciencia Común”.

La clarividencia involuntaria o “segunda vista”, que retuvo ante un miembro de la tribu el cuadro de las vidas de sus ancestros, y que le hizo sentirse más estrechamente identificado con la tribu o familia. 

Puesto que era necesario desmenuzar estas naciones y tribus en individuos, para que la hermandad del hombre pudiese ser llevada a cabo, ésta conciencia común tuvo que ser reemplazada por la conciencia material estrictamente individual, que solamente ahora está comenzando a hacerse más Universal.

Una expansión mucho más grande nos tiene reservado nuestra evolución natural de la conciencia, y que ha de consistir en una conciencia pictórica auto-consciente, ya que nuestros pensamientos e ideas serán vivos. Cada quien conocerá exactamente lo que la otra persona está pensando y ninguna hipocresía será posible. 

Pero todavía nos quedará otra frase más perfecta y que será, que nosotros por medio de nuestra fuerza, daremos vida a nuestros propios cuadros mentales sacándolos al exterior, en el espacio, como objetos y que llegados a este punto el Ser Humano habrá conquistado una Auto-Conciencia Creadora y Objetiva.

* La conciencia en el mundo físico es producida por la lucha entre nuestros cuerpos Etéricos-Energía y el cuerpo de Deseos. El cuerpo de Energía trata de construir material para nuestro cuerpo de carne, su tendencia es suavizar. Nuestros deseos y emociones rompen y destruyen ya que la tendencia del cuerpo de Deseos es a endurecer. Si el cuerpo de Energía tuviera predominio ininterrumpido, usaría toda su capacidad para construir. Probablemente tendríamos cuerpos enormes, pero no tendríamos conciencia. Pero debido a que el cuerpo de deseos restringe el crecimiento y endurece las partes internas de nuestros cuerpos físicos, se desarrolla la conciencia. Al mismo tiempo, si no tuviéramos una mente que actúa como un freno sobre el cuerpo de Deseos, el cuerpo de Energía pronto seria vencido por el cuerpo de deseos derrochador, y nuestras vidas serian ciertamente cortas.

El estado de conciencia de cualquier especie está en proporción al desarrollo del esqueleto CORPORAL INTERNO. Por lo tanto la conciencia del Ego-Espíritu depende de su estructura ósea. El Ego-Espíritu debe de tener los huesos sólidos con la médula roja semifluida, con el fin de formar glóbulos rojos para su expresión. Espiritualizando este esqueleto interno por medio de la sangre, podemos extraer la esencia de todo lo que hemos aprendido en nuestras vidas pasadas y en las épocas pasadas de nuestra evolución y poderlas transformar en poder anímico utilizable.

En las Enseñanzas Rosacruces, se nos dice que “dentro de nuestras conciencias están latentes todos los sentimientos que hemos tenido durante todos los pasados periodos de evolución, y que sólo es cuestión de práctica el evocarlos a voluntad”.

Esto es debido a que nuestras células corporales separadas poseen conciencia, aunque ésta sea de un orden muy inferior. Pero en tanto que estas células formen parte de nuestros cuerpos, éstas estarán sujetas a nuestra conciencia.

La conciencia no comienza con el nacimiento, ni termina con la muerte. La conciencia es continua, como pronto comprende el aspirante espiritual que ha desarrollado la visión espiritual. La conciencia que tenemos en vida, en realidad se aumenta por el hecho de morir en el mundo físico.

Cuando morimos adquirimos la misma clase de conciencia que disfrutan las personas que han desarrollado la clarividencia positiva. Ya que, la conciencia física es extremadamente limitada en comparación con la conciencia espiritual. Somos más conscientes antes del nacimiento y después de la muerte, y cuando hemos desarrollado la clarividencia positiva, porque estamos en contacto con la fuente espiritual de nuestro Ser, en Quien está la Omnisciencia.

Desde ese punto de la evolución en adelante, todo ser humano puede y debe tomar parte activa en la expansión de su conciencia siendo una forma de expandirla el estudio y comprensión de las matemáticas. Una persona capaz de estudiar y comprender las matemáticas, puede elevarse mentalmente a un reino espiritual más elevado (la Región del pensamiento Abstracto). La conciencia de la mayoría de los seres humanos, por contraste, está centrada en sus deseos y sentimientos personales y para ellos el estudio de las matemáticas les parece insípido, porque no se presta a la emoción.

Aún más importante, sin embargo, es el papel desempeñado por el crecimiento anímico en la expansión de la conciencia. El crecimiento anímico, por supuesto, tiene lugar únicamente por medio del pensamiento recto y la acción recta. Y así es cómo por medio de nuestros propios esfuerzos por VIVIR LA VIDA, expandiremos nuestra conciencia, y continuaremos haciéndolo así, durante las miríadas de eones que vendrán antes de que hayamos alcanzado la PERFECCIÓN FINAL.
J.L.


*
Fin

                                                                                                                                                                         

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