martes, 26 de julio de 2016

Activa acción de cada uno



“SANTUARIO ROSACRUZ”
Max Heindel
Fundador Roberto Ruggiero Grimaldi
Casilla de Correo 20071 – UPAEP
E-mail: juanrezzano99yahoo.com.ar
http://santuariorosacruz.tripod.com
MONTEVIDEO – URUGUAY

Conferencia dictada por el Sr. Roberto Ruggiero.

Activa acción de cada uno
en you tube, desde aquí

Queridos amigos
Trataremos de ser claros para los que vienen por primera vez, pero también procuraremos ser útiles para los que estudian de tiempo.
La humanidad está encaminada dentro de un plan que sólo procura el bien y busca siempre un verdadero progreso. Los actuales tiempos son de privilegio para la humanidad, porque ya
está consciente y tiene todas las posibilidades a su disposición para desenvolverse bien.
El presente cuarto período pertenece al género humano; los períodos anteriores fueron preparatorios y mientras se cumplían otras finalidades, la humanidad iba recibiendo, poco a poco, todos los medios de que hoy dispone y que le dan plena conciencia en las horas del día.
El período “Terrestre” se divide en dos partes: la primera, que ya pasó, llamada marciana, porque la humanidad necesitó contar con ciertos impulsos que Marte se prestó a dar. Y la segunda y actual se denomina mercurial, porque Mercurio está cooperando
en el desarrollo humano.
La energía marciana es algo aún existente en cada uno de los seres, porque, sin el hierro que aportó Marte, nunca el cuerpo humano hubiera alcanzado el calor necesario para que el espíritu pudiera vivir internamente.
Observen bien, lo que cada uno era ya en principio exigía ciertas condiciones que tenían que ser propiciadas y mientras no se alcanzaron, el ser no podía entrar en sus vehículos; los que hoy dispone y usa, y no siempre conociéndolos bien. El proceso fue ese:
se recibió la energía necesaria, se penetró totalmente en los vehículos y se adquirió conciencia.
Joven aún la humanidad, no tuvo la experiencia ni la serenidad necesaria para dirigir convenientemente esa energía que le llegaba como un medio y como una ayuda. Se sabe que los primeros tiempos humanos, cuando se llegó al desenvolvimiento consciente, fueron de una cierta rebeldía, de una mala asimilación de la energía que quería ayudarnos, pero que se empleó relativamente mal; decimos relativamente para no agudizar más el problema, pero en las Sagradas Escrituras, en las enseñanzas bíblicas, se explica con todo cuidado, cómo Jehová tuvo que dirigir con enorme serenidad para que la humanidad no se desviara demasiado. La belicosidad se hizo excesiva y sólo el temor el castigo refrenó algo a la joven humanidad; y como los excesos traen otros, junto a ese temperamento se desenvolvió un interés egoísta, que casi diríamos de avaricia. Este es el panorama que ha vivido la humanidad y cuando decimos la humanidad, no estamos diciendo alguien extraño a nosotros, porque somos nosotros que vamos y volvemos.
La Filosofía Rosacruz procura explicar. Hay dos grandes leyes que guían el progreso: la Ley de Consecuencia, que concede a cada uno aquello que merece por sus esfuerzos, por su adelanto; y paralelamente la Ley de Renacimiento, dando tantas posibilidades de adelantar como sean necesarias; y todo ser que hoy existe en la Tierra, tiene detrás un prolongado pasado, donde adquirió las cualidades que hoy manifiesta. Las cualidades actuales no son de la presente existencia; la presente existencia tiene por finalidad aumentar y mejorar las cualidades de cada uno, corrigiendo los defectos. Todo ser que viene a la Tierra como un recién nacido es un veterano en potencia, porque tiene detrás un pasado que ni bien el cuerpo crezca lo suficiente lo manifestará; va a mostrar su propio temperamento, su propio desenvolvimiento, su propia dirección, como una ocasión más para completarse.
Nunca fue dejado, el ser humano, al albur, sino que fue cuidado con amor, con deseos de que triunfara, con deseos de que se encaminara; teniendo en cuenta que la humanidad no es una
máquina que se le ordena para que ejecute tal o cual trabajo, el ser humano tenía que hacer su propio desenvolvimiento, su propio mérito y cultivarse por sí mismo. Esa razón continúa y cada uno está adelantando, de acuerdo a su comportamiento. Si bien las circunstancias generales influyen, porque no se puede evitar el medio en que se vive, el ser tiene el libre albedrío de elegir y decidir por sí mismo, supeditado siempre a que la ley “de causa y efecto” le vaya otorgando lo que le corresponde y lo que más le conviene para su adelanto. Cada caso particular es tratado cuidadosamente e  independiente de los demás.
Esto es lo que hay que grabarse: Los cielos trabajan con sabiduría para brindar a cada uno y por separado, estrictamente lo que necesita, lo que más le conviene. La perspicacia y la capacidad individual de cada uno son las que tienen que ser aplicadas para aprovechar las condiciones que se le estén presentando. Las condiciones en que se está desenvolviendo cada uno no son antojadizas, no son arbitrarias; son cuidadosamente preparadas desde los Cielos: núcleo familiar, actividad de trabajo, desenvolvimiento social, son exclusivamente concebidas con la finalidad de ofrecer aquello que cada uno individualmente más necesita. Ese trabajo se hace, pero si tienen duda de que son dirigidos hacia un propósito determinado, Ustedes observarán que muchas veces han querido tener o tomar ciertas determinaciones y  se levantaron oposiciones como si fueran un muro de granito, imposible de pasar. Y cuando así acontece, el ser se rebela, saca el temperamento marciano y no acepta la circunstancia, cuando lo que le falta es tener verdaderamente sabiduría para comprender las
circunstancias. Estas tienen un propósito, evitar un mal mayor. Es ésta la situación personal de cada uno; las rebeldías son nada más que restos marcianos, mal dirigidos. La energía hay que dirigirla en un sentido más verdadero y más cierto; cuando se dieron en la antigüedad los Diez Mandamientos básicos, fueron para que cada uno se limitara a un cierto comportamiento.
Para completar la ayuda, todavía un Cristo, un enviado, un ser que la humanidad precisaría comprender, procura ayudar y agrega una nueva nota; agrega a los Diez Mandamientos, uno
nuevo, el amor de unos a otros. ¡Qué pena que tiempos tan largos fueron transcurriendo y no existía aún esa nota en la humanidad!
Como seres que tenemos un principio divino, debería haber nacido espontáneamente ese sentimiento; sin embargo, obligamos a que se nos trajera esa nota que no habíamos sido capaces de cultivar.
El tema espiritual no es para entretener, es para la reflexión, aquellos que realmente no sientan la necesidad de perfeccionamiento no podrán comprender lo que perseguimos.
Cuando hablamos de necesidades, no hablamos de las necesidades de los otros, de los ausentes, sino particularmente de las nuestras, porque cuando la verdad es tal, abarca a todos y a cada uno individualmente. La nueva dispensación está envuelta en bondad, borra la historia universal, borra el pasado equivocado y otorga oportunidad brillante y vigorosa para que todos sin excepción, comenzar un nuevo comportamiento.
El Cristo, en su rápido pasaje por la Tierra, fue hasta censurado, por haber convivido con personas que no tenían una conducta intachable; tan mal se comprende la obra de un Salvador.
Vino a buscar los perdidos. Él estará junto a los que más lo necesiten; el que se sienta necesitado de ayuda que recuerde, ahí estará Él para ayudarlo. Y esto no es un simbolismo, es una realidad; los ojos físicos no abarcan nada más que lo material, todavía no están cultivados a lo que se debe alcanzar algún día con la visión espiritual; va a ver, entonces, la realidad. El día que esto sea posible, va a aparecer una realidad radiante, vigorosa, de ayuda,
de amor, de sacrificio, de dedicación para todos los seres humanos; pero el ser humano tiene sus resortes y sus medios, que ahora vamos a plantear. Hicimos esta introducción para entender si es posible lo que queremos decir.
Los sexos, al haber formado al hombre y a la mujer, se hizo con dos finalidades precisas: 1) la posibilidad de perpetuar la vida, creando cuerpos y seres nuevos que podrían ocuparlos; la función del hombre que aporte el átomo – simiente para el nuevo cuerpecito y la labor femenina de madre del mundo y noble, de servir de gestación, son dos labores diferentes; 2) como los cuerpos físicos de un sexo y otro son diferentes, así son las mentes de ambos, tan
diferentes como sus cuerpos para que se complementen. ¿Por qué hay diferencias especialmente en los matrimonios? Porque están constituidos diferentemente, porque cada sexo tiene que cumplir una particularidad de desenvolvimiento, propia, y si se entendiera lo
que el Cristo quiere expresar de amor, de bondad, de tolerancia, de acercamiento, los matrimonios serían permanentes. No sucede así.
La idiosincrasia del pensamiento o de la mente masculina es principalmente la razón; la razón y la lógica guían el desenvolvimiento pensante del hombre; el hombre está, por intermedio de su aspecto de Espíritu Humano, sacando conclusiones de su mente y definiendo a través del razonamiento. Vds. dirán, aproximadamente, cómo hace el sexo femenino. No es así; el sexo
femenino está desenvolviendo otras cualidades. Acuérdense que los seres, en principio, aunque son bipolares y con posibilidades de ocupar cuerpos de ambos sexos, alternamente, sin embargo, la evolución está procurando que en un sexo se desenvuelvan unas cualidades y en el otro, otras, pero la meta es que con el perfeccionamiento se encuentren unos aspectos y otros, totalmente desenvueltos en cada ser. Esa es la meta que está muy distante aún de alcanzarse.
Como dijimos que el hombre razona, la mente femenina, en cambio, tiene cualidades imaginativas extraordinarias y la intuición más desarrollada, que vincula más a la mujer al Espíritu de Vida.
Las cualidades en desenvolvimiento en el sexo femenino están poderosamente unidas a su corazón; tienen conclusiones espontáneas que emergen de un sentimiento mayor, más puro y
verdadero; y existen choques entre ambos sexos, porque la verdad es que uno se cree superior al toro. Esto es una posición equivocada.
El sexo femenino se vio obligado a una sumisión extrema, diríamos a una esclavitud insoportable durante mucho tiempo; felizmente el progreso se procesa y sea o no comprendido, está dando a la mujer de hoy la igualdad que le corresponde. Igualdad porque lo que hay que entenderse es que la evolución persigue el complemento, la colaboración, la cooperación; no se entiende, porque sigue el temperamento marciano dominante de un principio siendo todavía mal dirigido o mal asimilado. Se aprovecharon mal las condiciones en que se propicia solamente el progreso humano; no se realiza éste en su totalidad, porque no son comprendidas las condicionantes.
El sexo femenino es la esperanza del mundo; se espera que realice una actividad mayor externa y pública; aunque por no usar todavía las condiciones de impulso del razonamiento masculino no se encuentran juezas, no se encuentran científicas, no se encuentran inventoras. Esas actividades aún pertenecen a los hombres. Pero el sexo femenino irá, poco a poco, colaborando más, cuando comprenda la labor crística que se está realizando para el mundo;
una labor de conjunto, de acercamiento, de tolerancia. Cuando el hombre hace un razonamiento equivocado, no sea recibido con una sonrisa de superioridad, sino con una sonrisa de bondad, de comprensión, de acercamiento. Cuando se decidan los seres a complementarse, habrá matrimonios permanentes, habrá una humanidad más inteligente,
más buena desenvolviéndose en la Tierra. Esta es la razón de las diferencias de posibilidades de un grupo y de otro.
Si ordenan o fijan en su pensamiento y en su sentimiento lo que estamos procurando determinar, verán que la enseñanza espiritual es para nuevos y necesaria para los que estudian de tiempo. Porque, si apenas un estudio de unos años consiguiera realizar el milagro de llegar al pináculo de la evolución, la evolución sería inmediata. No es así; están arraigados en cada uno tiempos incontables, con modalidades o dudas que están cristalizadas en cada uno. La enseñanza espiritual es para decirles con precisión lo que sirve y lo que no sirve, lo que ayuda y lo que no ayuda al progreso; entonces comienza la etapa, diríamos, de agigantarse cada uno, si es suficientemente fuerte y decidido; una etapa que con un vigor
sobrehumano, cada uno debe sobreponerse a lo inútil, a lo no verdadero. La ilusión es lo que traba el adelanto; la realidad hay que mirarla de frente y ser suficientemente sincero para pensar, sentir lo que se desea y realizarlo cuidadosamente. Esto es lo que se espera; el que así decide será permanentemente ayudado y alcanzará lo que no alcanza el que así no actúa.
Jehová prometía reproducir los bienes materiales, si cada uno sabía sacrificar algo; era la forma de quebrar las tendencias, de avaricia de antaño. Otras tendencias más sutiles aún están en cada uno para superarse.
Las circunstancias generales se han agravado. Hay seres bien intencionados y capaces que se reúnen en busca de soluciones  para salvar al mundo; pero la sociedad humanan tiene que
cambiarse para otra sociedad más noble, una sociedad de cooperación.
Nos referimos al distanciamiento de los sexos en la vida del hogar, como es común en la vida de todos los momentos y se repite en todo el conjunto de la sociedad. La misma regla que tiene que primar entre un ser y otro, tiene que primar entre un pueblo y otro, para que el mundo llegue a ser un campo de trabajo, de orden y esperanza.
Sentimos cuando hablamos de esperanza, que se ha perdido en cierto grado; no tiene que ser así. Hay factores concretos, hay valores universales realizándose permanentemente, que permiten abrigar la esperanza.
Los resultados cuestan en el conjunto, como individualmente; obsérvense cada uno a sí mismo, cómo sus propios propósitos cuestan realizarse. Si individualmente cuesta, en conjunto cuesta en una proporción mayor; pero los cambios que se van produciendo son para eliminar la tristeza y para despertar otros sentimientos de seguridad en Dios.
Los sentimientos están cambiando, aunque no con la rapidez debida; pero los cambios que se están produciendo no son para retroceder como personas poco avisadas creen, que el mundo va retrocediendo; no es así. Lo que todavía se aprecia, es que las libertades van siendo cada vez mayores y éstas todavía no son empleadas con sabiduría. La libertad tiene que ser usada paralelamente a algo, que no se quiere usar, que se llama disciplina.
La libertad en la disciplina es la salvación de todo el género humano.
Observen que no estamos aquí con finalidad de marcar el error; estamos aquí deseosos de que se desarrollen. La disciplina no es algo desconocido y es una norma que jamás falla; los que llegan a un cierto desenvolvimiento saben que tuvieron que aplicar la disciplina con todo cuidado porque en el desorden nada se alcanza.
El mundo va a progresar si recuerda este principio de disciplina, plena voluntad en el orden y usando la libertad con todo brío, para construir y realizar en bien de todos.
Por medio de la comunicación y de la llamada informática moderna y actual, tecnológica y educacional, se impulsa todo lo que sea adelanto y progreso; usando de los medios amplios de comunicación se alcanzan rápidamente, casi instantáneamente, los niveles más altos de cultura; y por medio de la cultura se alcanzará el porvenir. Estas palabras las estamos repitiendo de propósito; acaba de pronunciarlas el Santo Padre, Juan Pablo II, en la UNESCO. Dijo así, textualmente: “el porvenir del hombre reside en la cultura”- ¡Qué hermoso sentir una verdad expresada de esta forma simple, pero que condiciona el desenvolvimiento humano!.
La cultura es cada vez una necesidad más urgente; y para aquellos que dicen que el mundo no adelanta, les recordamos pocos siglos atrás, cuando la mayoría del mundo era analfabeta, no tenía ni siquiera la habilidad de la escritura y la lectura. Hoy contamos con la cultura necesaria, generalizada, y lo que falta aún adquirir es la oportunidad para todos y donde la humanidad esté al nivel que le corresponde, decorosa y digna y todos con una misma finalidad podamos seguir definitivamente adelante. Los tiempos pasaron, habiendo cumplido su propósito, porque sirvieron de experiencia; experiencia que subconscientemente está en cada uno.
Generalmente decimos “yo no recuerdo mi pasado”; sin embargo, el pasado palpita y se hace presente en cada momento del desenvolvimiento humano. En la práctica, cada uno manifiesta lo que aprendió en el pasado; experiencias profundas están grabadas en cada uno y las reacciones que cada uno tiene, que busque dentro de sí y verá cómo era la lección que recibió en el pasado. ¡Cuántas veces cuando vamos a tener determinada reacción sentimos algo
interior que nos advierte; ese es el pasado, esa es la experiencia que nos advierte con toda seguridad...
Hablamos de ambos sexos para explicarles a Vds. la razón de las diferencias y la posibilidad de completar las capacidades. El sexo femenino es sutil, su imaginación es superior, al igual que su intuición; el sexo masculino tiene la fortaleza y su razón y lógica, que uniéndolas o polarizando ambas cualidades – de ambos sexos – se llegará a un futuro más completo.
Un ser, en un determinado sexo, sin dejar de manifestar plenamente las cualidades de su propio sexo, puede manifestar, en parte, las cualidades de otro sexo. Hay primeras ministros, hoy, dirigiendo naciones; no se pueden negarle sus cualidades eminentemente femeninas, pero están manifestando un vigor extraordinario, cualidad eminentemente masculina; el dirigir
naciones es algo muy complejo, muy difícil y muy penoso. Ciertos seres que ya están en una polaridad profunda, son capaces de manifestar, dentro de las capacidades femeninas, el vigor necesario para mandar hombres y manejar conjuntos; es eminentemente meritorio. Y si por acaso encontramos el exceso de mando, tengamos en cuenta lo difícil que es una labor de dirigente; no estamos ahora queriendo disculpar, queremos hacer uso de nuestra inteligencia y solamente recordamos que la plena perfección es muy difícil de manifestar, todavía.
De la misma forma, cuando encontramos en el sexo masculino seres eminentemente varones, enérgicos, con voluntad y poder masculino, pero que saben llorar; que tienen su sentimiento
de amor, de tolerancia, de compasión. Eso no es debilidad, eso es ir alcanzando una etapa ejemplar, porque el adelanto tenemos que admirarlo y apreciarlo; así va formando o va cumpliendo el mundo su finalidad, pese a la misma humanidad que no siempre sabe comprenderlo, que va adelantando a fuerza de experiencia.
El conocimiento espiritual quiere un acercamiento del conjunto humano; pide a la humanidad que no acepte continuar a ser dirigida por las ambiciones materiales, que las graves lecciones hayan quedado en el pasado, que hoy abramos nuestro corazón y nuestra mente a una realidad universal que nos aproxime unos a otros y así todos seguir, formando, ahora sí, el mundo que nos corresponde: una gran familia, con la misma finalidad que sabe definitivamente seguir adelante.
Se busca que sepa ubicarse en estas verdades y definitivamente alcanzar una nota de progreso. La obediencia a la verdad es salvarse; la obediencia al bien no es debilidad, sino es el esfuerzo para saber acompañar una realidad que cada día nos invita a un mayor sentimiento de desinterés, de inegoísmo, pero sí de amor constructivo y para todos.
Y si hablamos en un principio de etapas pasadas, fue para explicar por qué existen aún hoy consecuencias, reminiscencias, pero hemos ido poco a poco acercándonos a épocas actuales, para sentir toda la promesa que eso representa, si entendemos definitivamente nuestra finalidad en la Tierra.
Tenemos una oportunidad maravillosa de desarrollar esa caridad amor que nos dice San Pablo, “sin lo cual no somos nada”.
Amigos, nuestros libros de temas rosacruces están a disposición, cada uno haga buen uso para su propio adelanto. Que la paz de Dios quede con todos!

30 – 9 – 82

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