sábado, 30 de julio de 2016

Abrir los ojos


“Abrir los ojos”

CONFERENCIA DEL SR.  ROBERTO RUGGIERO
en you tube, desde aquí

Queridos Amigos, 
Todos: teniendo que hacer las actividades del mes, elegimos como pensamiento el siguiente: “No es nuestra intención excitar tu curiosidad; deseamos si, suscitar en ti el ansia de deseo – deseo superior – de alcanzar la sabiduría y el amor fraternal, con la intención de que sea empleado en el sentido de “abrir los ojos” a la luz, y contemplar la Verdad Divina”.
Esto es, nada más que la realidad que se persigue con la evolución. La dimensión del campo físico de la Tierra es una medida nueva para cada uno, porque nadie es de la Tierra: todos son de los Cielos. El principio Divino que se manifiesta en cada uno, tiene un origen muy superior, pero necesitamos de las condiciones en las que
estamos para cultivarnos y desenvolvernos. Posibilidades que como potencial cada uno tiene internamente, desenvolverlas como poderes dinámicos que sólo se alcanzan por la actividad, el trabajo, por la acción en la vida terrena. Al alcanzar nuestro desenvolvimiento, algún día estaremos en condiciones – porque pasamos por el esmeril de la experiencia – para enseñar a quien venga detrás. No por teoría, sino porque lo experimentamos y aprendimos, sabremos por tanto, enseñar. Tenemos, por lo tanto, que seguir experimentando y alcanzando a sacar de dentro de nosotros mismos las notas reales que existen, pero que tienen que ser cultivadas y despertadas.
Para esto, hay una palabra que le damos poco valor, que es “yo”. Acá le damos mucha importancia a la palabra “nosotros”. Sientan el sentido que queremos darle.
Todavía hay dos palabras que tenemos que repetir siempre que corresponda: “muchas gracias”. Y tres palabras que no debemos olvidar cuando corresponde. Tres: “Qué opina usted”. De la misma forma que no tenemos que olvidarnos de esta frase compuesta ahora de cuatro palabras: “Reconozco que me equivoqué”.
No podemos disfrazar nuestras verdaderas posibilidades envolviéndonos en disfraces del mundo, no podemos ocultar lo que tiene que manifestarse como verdad clara y útil para si mismo, para el conjunto. Detrás de esto que hemos procurado expresar, se esconde modestia, se esconde humildad. Cuando conseguimos darle el verdadero valor a estas cualidades, comenzamos verdaderamente el camino hacia delante, hacia arriba y para siempre.
Estamos desenvolviendo valores. Cuando estudiamos los Mundos Invisibles, como son invisibles – pensamos – están ahí, posiblemente lejos de nosotros. Se mezclan en nuestro interior, como se mezclan la sangre, la linfa y los jugos del cuerpo; se mezclan en forma ordenada, cumpliendo propósitos; y el manejar estos poderes que tenemos internos, que son los poderes de Dios, es nuestra finalidad aquí.
Cuando se organizan los mundos para cumplir determinados propósitos, es un poder Creador que emana de si cualidades; porque al hablar de mundos, no estamos hablando nada más que de cualidades, de funciones, de valores. Posibles para un Creador. Nosotros hoy estamos recibiendo esas posibilidades, pero posibilidades que
harán que algún día también consigamos manifestarlas. De ahí el proceso de la evolución, que va propiciando oportunidades.
El que despierta a un ansia superior, va adelantando; el que no, se retrasa. A pesar de que las oportunidades de Dios son uniformes para todos, hay un principio en cada uno que hace que se manifiesten ciertas actitudes en unos, que en otros demoran más hay rezagados, y no conciban esta situación como una falla del plan divino.
El plan que seguimos es de desenvolvimiento individual para alcanzar a desenvolver poderes que si no, no se manifestarían. Si el impulso nos obligara a proceder de esta o de otra manera, no alcanzaríamos la manifestación superior que se espera que llegará, y que consideramos desenvolver.
Nuestra posición en el mundo es contar con un equipo que responde maravillosamente; pero nuestra condición es tan especial, que no podemos ni conseguimos tener roce con lo más denso, con lo material. Cada uno como entidad inteligente, está rodeado de un aura compuesta del mundo mental abstracto, que es lo más denso que puede soportar la chispa divina de cada uno. Esto se terminantemente que es así, porque cierren sus sentidos y se van a encontrar totalmente aislados ¿Es o no es verdad?
Cuando todo es gracia, por ciertas leyes que procuran impulsar (y en este sentido la ley de causa y efecto limita los sentidos), provisoriamente en una encarnación, el ser está aislado. Si es ciego, no ve la luz y el color. Si pierde sensibilidad, no tiene contacto con el mundo físico. Si no llegan los impactos por medio de los sentidos, no los recibe.
Y estos impactos siempre los recibirá de acuerdo a la condición en que se encuentre. No es la condición externa la que lleva al interior de cada uno, sino como la reciben sus sentidos. Un mismo hecho, varios seres responden de forma distinta. Ante el mismo hecho, porque sus condiciones internas son distintas.
Si vemos un hecho que acontece a nuestro alrededor, por intermedio de nuestros sentidos vitalizados por el cuerpo vital, pero llega o llegamos a poder leerlo en nuestra mente, ya con el sentimiento que despertó pasando por nuestro cuerpo de deseos, y sentimos ante un hecho equis, alegría, dolor, inquietud, producido por la condición en que nos encontramos, producido por la condición en que hemos cultivado nuestros vehículos internos.
Cuando la enseñanza habla de esos vehículos, no es para llenar la mente con un conocimiento; es para ponerles en alerta, para que cultiven esos vehículos de forma cada vez más eficiente y más cierta. Porque ustedes reciben un impacto, o todos recibimos un impacto del exterior, lo leemos en nuestra mente con las condiciones que reflejan nuestros cuerpos internos. Tomamos una resolución, una idea, la envolvemos en material mental concreto, y procuramos que tenga la suficiente cantidad de sustancia de deseos para que estos puedan impulsar todo el sistema nervioso (que es esencialmente nuestro cuerpo vital) que lo vitaliza para que recién los músculos puedan ser movidos y se ejecute la acción. Cuántas veces hemos decidido algo nosotros, independientes de toda intervención externa; es nuestra decisión, la tomamos, la vamos a ejecutar, y si nuestro cuerpo de deseos está envuelto en sustancia regida por la ley y por la fuerza de atracción constructiva, impelente, nos ayudará y se realizará la acción. Cuando nuestro cuerpo de deseos encuentra una fuerza de repulsión, centrífuga, que procura expandir, lucha nuestra idea con la situación, y depende de la voluntad (o sea, nuestra energía espiritual) para conseguir vencer la situación que se enfrenta, contraria, y realizar la acción. ¡Cuántas veces vence nuestro cuerpo de deseos! No realizamos aquello que hemos planeado. Esto es un hecho que lo verifica cualquiera sea el valor. Vean cómo depende de cómo cultivamos, de lo que hacemos, de cómo vivimos.
Dijimos que los Mundos Invisibles están interpenetrándonos, suministrándonos todo el material que seamos capaces de asimilar; pero en esa capacidad de asimilación está la diferencia. Si somos felices constructores de nosotros mismos, tendremos todo lo que nos ayuda; si no, tendremos oposición dentro de nosotros mismos. Hemos creado esas guerras que se hablan externas, que se multiplican, que sorprenden. Existen también en nosotros mismos, porque no hemos sido suficientemente sabios para cultivar una paz real, interna, que nos lleve a realizar enteramente lo que disponemos. Así se construye la vida. Esta cumple sus propósitos. Nuestra rectitud, estamos procurando, como personas responsables, cumplir ciertos cometidos; somos responsables, y esa rectitud es una cualidad divina que imprime en la parte del espíritu humano. Va cultivando como consecuencia, un alma de rectitud, un alma consciente. Es un hecho.
De la misma forma que estudiosos, sabiendo meditar, sabiendo estudiar y buscar la verdad de los hechos de la vida, buscar la razón, buscando ser más cuidadosos en todo lo que estudiamos, memorizamos y cultivamos nuestra capacidad mental, estamos desenvolviendo un alma eminentemente intelectual. Como, de la misma forma, cuidando nuestros sentimientos al estar vigilante con lo que sentimos, con nuestras emociones, con nuestros deseos, con nuestro querer y anhelar, estamos cultivando un alma emocional, un alma de crecimiento interno.
Nuestro espíritu se alimenta de estos resultados; de este esfuerzo, del esfuerzo continuado que realiza todo aspirante a la luz se va traduciendo en condiciones internas que lo van haciendo crecer. El crecimiento de la capacidad de cada uno, depende estrictamente del cultivo que tengamos, el cuidar lo realizado. No estamos esperando milagros de crecimiento instantáneo, sorprendente. No está dentro del panorama de crecimiento humano, lo anormal; somos partidarios de la perseverancia, del cultivo personal cuidadoso, constante. Y los resultados llegan de acuerdo. Cuando transcurre el tiempo, cada uno va sintiendo que mentalmente y en lo que respecta a sus emociones y sus sentimientos, se va cultivando de forma más adecuada y va formándose una posibilidad para cada uno. Se van abriendo las posibilidades que cada uno tiene de verdadero crecimiento espiritual, y la Tierra, entonces, cumple su maravilloso propósito.
Pero tenemos que hacer un análisis, un balance, tenemos que profundizarnos nosotros mismos, tenemos que sentir lo que es y en qué consisten las leyes del progreso que se van dando etapa a etapa, y los que tienen flexibilidad, los que se van adaptando a nuevas normas de conducta, y más dentro del principio universal en que están dictadas todas las condiciones humanas.
Nuestros tropiezos es que nos hemos habituado dentro de la condición material a nuestra condición personal, y la vivimos contrariando las verdaderas corrientes que impulsan al mundo. No estamos bien adaptados y sufrimos los resultados. Las vidas se suceden en la Tierra con constantes tropiezos, por no estar adaptados a la verdadera finalidad que se persigue. Si somos criaturas que hemos venido de un punto equis, y que no hay en la Tierra nada tan evidente como que realizamos ese regreso; si eso se hace evidente, y de eso no tenemos ninguna duda ¿cómo es que todavía no cultivamos la suficiente observación y el correspondiente discernimiento que nos dice a las claras que estas no son condiciones estables, que estas no son condiciones verdaderas, sino que son nada más que transitorias, que no las podemos llevar con nosotros? Sin embargo, nos adherimos a ellas.
Amigos, nuestro deber es este: ustedes se reúnen en un cónclave espiritual para pensar en las cosas eternas y no en las cosas diarias que ya los días de la semana se ocupan de alertarlos. Todos los hechos son muy ciertos y debemos darles cumplimiento.
Aquel que se aísla en la cumbre de una montaña porque no quiere contaminarse con las cosas del mundo, comete el error más grave. No solamente no adelanta, sino que se atrasa. Esa es la vicisitud del mundo: el trabajo de todos los días que estamos siendo probados, entrenados, para etapas mayores. Estamos siempre en nuestra actividad, pero no como fin. En nuestro bagaje espiritual, no llevaremos una sola de las satisfacciones
materiales; porque enfrentaremos una condición inmediata a la partida, una condición espiritual que nos va a hablar de otra realidad.
¿Qué es lo que sufrimos cuando se da la partida y enfrentamos la nueva situación ¿ ¿Alguien que nos martirice, un infierno de fuego que nos maltrate? Tal cosa no existe en parte alguna. Pero si nuestra capacidad que durante las horas de vigilia es activa y cierta, todavía no es nada comparada a la capacidad que recuperamos cuando nos vemos libres de vehículos que durante la etapa en la Tierra fueron muy útiles pero que en cierta forma limitan. Dijimos que si nos faltan los sentidos, quedamos en nuestro interior completamente aislados. Existe esa limitación. Los vehículos son preciosos y precisos para la comunicación con el medio físico; pero no somos nosotros. Cuando en los Mundos Invisibles vamos perdiendo estos vehículos, aumenta en la misma proporción nuestra sensibilidad. Y es nuestra sensibilidad aumentada que nos dice de la realidad final, que nada de lo que fueron satisfacciones esencialmente materiales, nos brindarán el más mínimo adelanto en los mundos celestes, que requieren o que exigen cualidades cultivadas. Es por esto la enseñanza rosacruz advirtiendo de que acumulen tesoros en la Tierra. Aunque saben todos que deseamos el bien general, deseamos que las condiciones en la Tierra vayan siendo como corresponde, lo que entendemos, lo que decimos “como corresponden” es algo equitativo para todos, bienestar general, para que en la tranquilidad todos puedan hacer esfuerzos más seguros; pero desgraciadamente la Tierra todavía no está en estas condiciones. Pero sigue sirviendo para los propósitos que fue creada: nuestra experiencia, nuestro crecimiento, el desenvolver cualidades que sólo en la experiencia y en el esfuerzo pueden ser cultivadas.
Entonces, vivamos la realidad día a día, pero la realidad de nuestras obligaciones, que no podemos dejarlas, no podemos abandonarlas. Vivamos la realidad de cultivarnos para estas etapas que nos esperan, y que actuaremos de acuerdo a la preparación que hagamos ahora.
En estos momentos en que la expansión natural del esfuerzo de todos los días hace que las personas deseen viajar más que nunca, está en el deseo de la mayoría hacer tales o cuales viajes, más o menos cerca, o más o menos lejos. Es implícito el hecho de que cada uno se organiza con las condiciones que va a encontrar. No hay duda.
Deseamos saber la lengua que se platica, adonde iremos, las ropas que de acuerdo al tiempo atendremos que tener, y los medios par cumplir con los pagos necesarios.
¿Acaso durante el transcurrir de la vida estamos teniendo las mismas precauciones para lo que fatalmente llegará que es nuestra partida? Y nuestras condiciones ya las sabemos a través del estudio teórico que representa la enseñanza de la filosofía, sabemos que nos enfrentaremos con condiciones totalmente distintas a la Tierra.
Estos libros escritos últimamente por profesionales médicos que investigan condiciones fuera del cuerpo de muy diferente manera por estudios serios y que coinciden, muestran que todo ser que parte se encuentra con condiciones esencialmente espirituales y de luz que le exigen su capacitación para enfrentarlas. Cuando ahora, en estos momentos nos estamos preocupando de conocer esas condiciones, de meditarlas suficientemente y vivir de acuerdo, estamos haciendo lo que será más productivo el día que enfrentemos lo que vendrá después. Vivamos, no cesemos de deslizar nuestra vida en forma ordenada y cumplidora, y todas las aspiraciones que tengamos de adelanto – mientras sean moderadas- tenemos pleno derecho de alcanzarlas. Pero todas ellas son nada más que medios para que en el transcurrir de las horas, de los días, y del tiempo, seamos probados espiritualmente a todo aquel que transitó por la Tierra.
En estos momentos, no es extraño que nos sintamos resentidos porque nos falte tal o cual cualidad, o que tengamos tal o cual tendencia. Procuramos ir corrigiéndonos, aunque nos cuesta. Todo lo que se manifieste en estos momentos es por cultivo anterior.
Nada es improvisado en cada uno.
Cuando se quiere meditar en lo que hayamos podido ser, no tenemos más que observar nuestras actitudes y condiciones presentes; son consecuencia de un cultivo anterior. Lo que se cultivó, dictará nuestro carácter, nuestro temperamento, y es lo que se llama “karma”. Es lo que traemos, no como una penitencia, no como una limitación, sino como un alcance de lo que hemos sido capaces de hacer y de alcanzar. Pero en estos momentos, plenos de conciencia, la conciencia activa de durante el día, plenos de responsabilidad, cultivemos los aspectos que por ventura sintamos aún negativos dentro de nosotros mismos.
Hemos dado en oportunidades pasadas expansión a lo que aún gravita en contra de nuestros propósitos de crecimiento. Pero como tenemos a nuestra disposición la voluntad, que es una condición, que es una fuerza espiritual, que es una energía espiritual, vamos aplicándola en el sentido de ir moderando hasta hacer desaparecer lo que por ventura ya no nos corresponde.
Entonces, sientan la vida en toda su plenitud, sientan los poderes divinos que están trabajando para que la chispa que está en cada uno se transforme algún día en una llama constructora, porque cada no tiene en si esas posibilidades de transformarse en una llama que se asegura capaz de ser creadora. Lo que se asegura es algo tan extraordinariamente grande que ni repetimos, pero que cada uno tiene que sentir, darle el verdadero valor y procurar ser digno, para que sea posible. los que instruyen los mundos celestes al dar una enseñanza filosófica nueva en la Tierra, como es la Filosofía Rosacruz, teniendo épocas nuevas que ya vienen. Acuario, con su influencia de Urano, va a hacer una vida en la Tierra más activa, más dinámica, y la enseñanza es justamente para que los que sientan el deseo de ponerse en condiciones, comiencen desde ahora; porque nada en lo espiritual es repentino, sino que para que sea cierto tiene que ser esencialmente gradual. Entonces, se despliega delante del estudioso todas las posibilidades, para que cuidadosamente las vayamos cultivando y seamos capaces de alcanzarla.
Cuando despertamos dentro de nosotros sentimientos amigos, sentimientos nobles, sentimientos fraternales, existe el movimiento del que así siente algo que ninguna paz se le puede igualar. Todo triunfo mundano es efímero. Todo lo que es material hay que renovarlo permanentemente; pero lo que es espiritual perdura, y da una sensación interna que solamente se puede alcanzar en ese sentido o con esa conquista.
Hemos vivido demasiado para nosotros mismos. Tiene que comenzar una reacción lenta pero sabia en un sentido más universal. Porque las leyes nos están guiando, que nos trajeron a las presentes condiciones, son universales y jamás personales. No existe ninguna ley que sea para un individuo; la ley es para todos. Tenemos que ajustar nuestra manera de sentir, nuestra manera de pensar, nuestra manera de actuar en esa línea que es la única cierta, que es la única que nos hará cumplir los propósitos que nos trajeron a la presente existencia.
El proceso para volver, siempre es consecuencia de palabras sabias emitidas por seres de gran Amor y gran Sabiduría que nos expresan nuestras posibilidades, que nos explican nuestras necesidades, que nos van indicando en la forma que tenemos o las posibilidades que se nos pueden brindar para nuestro crecimiento. Palabras que las sentimos tan sabias, llegan tanto a nosotros que la consecuencia es que aquí estamos todos de vuelta, una y otra vez, a pasar por las experiencias de la Tierra, porque sabemos que esas inspiraciones nos guían para el bien. En estos momentos subsisten esas inspiraciones y esas palabras; recorramos a nuestra conciencia. Ella nos va a hablar con esas palabras sabias que se emitieron en los Cielos para enviarnos a la Tierra.
Cuando queremos tener una respuesta, busquémosla dentro de nosotros mismos; no busquemos afuera, salvo que tengamos cerca personas sabias en las que podamos confiar y a veces consultar. Pero tenemos dentro de nosotros mismos, alguien permanentemente sabio, verdadero; es nuestra conciencia, que jamás nos va a engañar, que es la voz verdadera depositada en cada uno que nos hablará siempre de lo que es cierto.
Cuando tenemos aprensión sobre determinado hecho, mantengamos calma, seamos prudentes, seamos cautos, detengámonos. ¿Cuántas veces en el pasado – cuando hablamos de “pasado” decimos “vidas anteriores” – hemos pasado por experiencias que aunque no las recordamos dejaron su señal, su cicatriz, su marca dentro de nosotros?
Son las sensaciones de prevención que siempre nos advertirán y nos hablarán con toda claridad sobre la conducta a seguir; escuchémonos a nosotros mismos, no bajo el imperio de las cosas materiales que engañan y nos desvían de la verdadera finalidad.
Escuchemos la parte verdadera que existe dentro de cada uno y guiémonos para el desenvolvimiento que nos dará satisfacciones permanentes.
Mis Amigos: semana a semana, cuando les dirigimos un conjunto de palabras que envuelven ideas espirituales, lo hacemos procurando impactarlos, despertar dentro de cada uno los valores verdaderos que tienen que ser cultivados. Perseguimos nada más que ese bien dentro de cada uno.
Deseamos que los momentos que pasamos juntos puedan ser útiles, y al regresar a sus casas en días como hoy de tema espiritual, vayan guardando la mayor calma posible; busquen de ir a descansar lo más rápidamente que puedan. No se distraigan porque esto que hemos procurado expresar en una etapa de vigilia, se repite en las noches, en la hora del sueño, para reafirmar las ideas, fortalecerlas y hacerlos adelantar más. Si por ventura tienen otros deberes, tendrán que cumplirlos. Pero de preferencia los días jueves disminuyan los problemas, encamínense a su hogar luego que sea posible.
Descansen, que son noches en que se siguen tratando temas de ayuda y de impulso para el verdadero crecimiento de cada uno.
Las escuelas invisibles tienen su réplica, y muy sabia, en los Mundos Invisibles.
Los templos en los Mundos Invisibles son una realidad. Llegará un momento en que traerán al día siguiente, el recuerdo de haber sido instruidos durante las horas del sueño.
Espero que así sea, como ya más de uno consigue recordar.
Les dejamos, deseando que la paz, la verdadera paz, la verdadera tranquilidad, el bien espiritual les acompañe, sea con vos.

2/4/81

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