miércoles, 20 de enero de 2016

¿Es cierto que después de la muerte vemos una película de nuestra vida?


¿ES CIERTO QUE DESPUÉS DE LA MUERTE 
VEMOS UNA PELÍCULA DE NUESTRA VIDA?

Así es, y no solo vemos la película de nuestra vida como espectadores sino que, además, después extraemos la quintaesencia de las experiencias de ella para aumentar nuestro desarrollo y nuestro poder espiritual, y nos implicamos en la creación de una nueva “película” relacionada con nuestra futura vida. El motivo principal por el que estamos aquí en la Tierra no es el disfrute de los placeres, ni de los bienes materiales, ni tampoco la felicidad puesto que todo eso no sirve de nada en los mundos espirituales. El motivo por el que renacemos es principalmente la experiencia porque gracias a ella obtenemos conocimiento y nos conocemos a nosotros mismos. Por tanto, tiene que haber un trabajo y una colaboración directa o indirecta para que todo eso se cumpla y para que podamos seguir evolucionando hasta alcanzar la perfección prevista en el “Plan de Dios” Analicemos primeramente los dos primeros panoramas o películas que nos presentan (como Egos) antes de renacer para así comprender mejor el hecho de que veamos los otros tres panoramas en sentido inverso.

Para no complicar al lector con las enseñanzas sobre la necesidad de renacer, analizaremos sólo un ciclo de lo que entendemos como vida y muerte de cualquier persona normal de nuestros tiempo, puesto que, tanto ascenso hacia los cielos como el descenso de los mismos, no era igual hace unos miles de años que lo es ahora. La evolución desde antes de ser humanos hasta ahora ha hecho que obtengamos y que desarrollemos los diferentes cuerpos y la mente, de ahí que el proceso post-morten y los destinos sean diferentes y cada vez con más posibilidades de obtener más progreso de las vidas. Así es que es la evolución de cada individuo y su comportamiento el que marcará el beneficio que se pueda extraer de cada vida y la “programación” de la futura vida.

Después de cada vida y una vez abandonados todos los cuerpos pero quedándose son su quintaesencia y con unos átomos llamados “simiente” porque son la base de los futuros cuerpos, el Ego se encuentra desnudo frente a sí mismo pero con su poder espiritual obtenido en el que, bien podríamos llamar, “acumulador de poder espiritual” o Tercer Cielo, situado en los tres planos superiores del Mundo del Pensamiento. Desde ahí es desde donde comenzará una nueva vida después de obtener cierto descanso y el fortalecimiento necesario para afrontarla. Si nuestra vida en la Tierra ha tratado más que nada de actuar y pensar dominados por el deseo de disfrutar y por  las pasiones, tendremos una existencia más vívida en el Purgatorio; si nuestra vida ha estado centrada en las emociones y sentimientos elevados y en deseos puros y fraternales, estaremos más centrados y obtendremos más desarrollo espiritual en el Primer Cielo; si nos gustaba planificar, imaginar y hacer cosas superiores y mejores en la vida social, etc., entonces el mayor provecho lo obtendremos del Segundo Cielo. Sin embargo, pocos nos movemos aquí en lo abstracto lo suficiente como para ser conscientes en el Tercer Cielo y para obtener un verdadero adelanto allí. Solo los más avanzados Egos desarrollan esas ideas originales que les harán “genios” en su futura vida, los demás solemos estar dormidos en esos planos elevados del Mundo del Pensamiento hasta que llega la hora de renacer. Es precisamente la asimilación de las experiencias de la vida y el descanso de ese sueño que hace que no nos acordemos  del pasado, lo que nos despierta y hace que accedamos a renacer porque deseamos tener nuevas experiencias.

Partiendo de la base de que el lector cree en el Renacimiento y en la Ley de Consecuencia que administra nuestro karma y nuestro destino, he de decir que nuestro destino futuro está condicionado por el karma de las vidas pasadas. Todos tenemos deudas pendientes con otras muchas personas fruto de las relaciones en anteriores vidas, unas serán para bien y otras para mal según haya sido nuestros comportamiento con ellos en pensamiento, palabra y obra. Por eso y como base del progreso, es necesario que en cada vida liquidemos algunas cuentas pendientes con nuestros amigos y enemigos, y para eso están la jerarquía encargada de planificar y ajustar nuestro futuro destino; a estos seres se les suele llamar “Ángeles del Destino” o “Ángeles Archiveros”. Ellos son los que estudian nuestro pasado y nuestras deudas para ver si en nuestra próxima vida hay otros Egos encarnados con los cuales podamos relacionarnos para saldar deudas del pasado. Solo en casos excepcionales donde el karma maduro no nos lo permita, el Ego tendrá la posibilidad y el libre albedrío de elegir algunos hechos importantes del panorama o película que estas Jerarquías nos ofrecen. Los varios panoramas que nos ofrecen están basados en nuestros propios hechos pero, aún así, podemos elegir las líneas generales de nuestros futuro destino; eso sí, una vez elegidas con la conciencia que allí tenemos, ya no hay marcha atrás y tendremos que afrontarlo por muy duro que sea el destino. De estas palabras podemos deducir que el lugar donde renacemos, la pareja con la que formamos matrimonio, las personas de la familia y con las que más intimemos, así como los hechos más notables de nuestra vida, pueden ser parte de esa elección del panorama elegido en ese Tercer Cielo. Por eso no podemos ni debemos pensar que nuestro destino es casual ni es fruto de un Dios antojadizo que nos castiga o nos impulsa a hacer el mal.

Las leyes divinas siempre trabajan para el bien y por eso el sufrimiento de nuestro karma negativo hace que no caigamos en la tentación de volver a hacer el mal, o sea, la conciencia nos advierte pero, aun así, nosotros hacemos voluntariamente el mal. Debe quedar claro que las Jerarquías que intervienen en la formación de los diferentes panoramas lo hacen basándose principalmente en lo que existe sobre ese Ego en la memoria de la naturaleza, y sobre la otra memoria existen en el Mundo del Espíritu de Vida, por tanto, todo lo que después elegimos allí como Egos es solo nuestro y nadie nos pone ni nos quita nada. La sabiduría de esas Jerarquías es la que hace que cada panorama contenga lo que más necesitamos para nuestra evolución. Es la elección del panorama, los detalles que nosotros añadimos para que ocurran en esa futura vida (porque deseamos quitarnos esas deudas) y la aceptación que hacemos de ese destino poco antes de renacer lo que hace que tengamos que hacer frente al destino bueno o malo según hayamos sido y lo que hayamos hecho en pasadas vidas. Hay una gran diferencia y una explicación al porqué de esa diferencia en la visión de la película antes de nacer y después de muerto. En la primera vemos los hechos desde el nacimiento hasta la muerte para que entendamos que cada causa tiene su efecto, y la segunda (después de la muerte) para que comprendamos que cada hecho que ocurre en la vida es efecto de alguna causa anterior. De aquí que se diga que el sufrimiento y el dolor son nuestros mejores maestros, sobre todo cuando no escuchamos la voz del Ego que es el que contiene todos los resúmenes de las anteriores vidas.

La experiencia es “el conocimiento de las causas que producen los actos”, y como la adquisición del conocimiento y la voluntad son los  motivos que nos llevan a renacer, es por eso que cuando hacemos algo en contra de la moral y de las leyes divinas, la conciencia nos causa dolor y remordimiento. Si no aprendemos por las buenas, si no escuchamos al Ego como conciencia y si no cambiamos cuando el dolor nos advierte y nos tortura, serán otros efectos más duros los que nos obliguen a cambiar. Solo el sendero de la Verdad, de la pureza, del amor y del servicio desinteresado a nuestros hermanos nos puede liberar del sufrimiento puesto que nosotros no podemos quedarnos en ese Cielo hasta que no hayamos aprendido las lecciones necesarias. Lo mismo que todo lo que hemos hecho, sentido y pensado durante la vida, conforman nuestro futuro Infierno, Purgatorio y Cielo, así mismo, el resultado de todo eso más las tendencias y el karma latente conformarán el arquetipo sobre el que se desarrollará el futuro destino. El resultado de las experiencias (físicas, morales, intelectuales y espirituales) conforman las tendencias y las posibilidades de los futuros cuerpos (mental, emocional, etérico y físico) y el lugar y el karma maduro del futuro destino. Esos resultados manifestados en el arquetipo y en el panorama que vemos en el Mundo del Pensamiento actúan como fuerzas que nos empujan a cumplir con nuestro destino, o sea, según actuemos, sintamos y pensemos así obtendremos unos cuerpos más o menos desarrollados y así tendremos más o menos oportunidades de desarrollo espiritual en la siguiente vida.

El cuerpo físico, los padres y hermanos (entre otros) el lugar, la vida social, las enfermedades, la duración de la vida fijada en el arquetipo, o la clase de muerte está programado en ese panorama o proyecto. Lo demás lo ponemos nosotros y lo ejecutamos aquí según las posibilidades que nos ofrezcan dichos resultados de la vida pasada. Aunque la mayor parte de nuestro destino está “escrito” y nos pertenece como efecto del pasado, siempre tenemos nuevas oportunidades de crear nuevas causas y siempre tendremos la posibilidad de elección entre decir sí o no y hacer el bien o el mal.

SEGUNDO PANORAMA 
(prenatal) La segunda película o segundo panorama relacionado con la futura vida lo visualizamos ya en el mundo físico, o mejor dicho, en las regiones etéricas que es donde se encuentran los Ángeles del Destino que se encargan de la construcción y de la ubicación del etérico en la matriz de la madre. Este vehículo etérico está construido por las “fuerzas de la naturaleza” (nosotros mismos, entre otros, cuando estamos en el Mundo de los Arquetipos) y por ciertos espíritus elementales de estas regiones que están dirigidos por los Ángeles. Lo mismo que encontramos la película que nos llevamos después de la muerte en el éter reflector (el cuarto o más elevado éter de los que componen el cuerpo vital) también es en este éter donde los Ángeles imprimen las escenas de la futura vida de acuerdo a lo que aceptamos en el anterior panorama del Mundo del Pensamiento. El único trabajo que hace aquí el Ego es incorporar el fruto de todas las experiencias de sus anteriores cuerpos etéricos (donde se graba la película a lo largo de la vida) y añadir una serie de “posibilidades” que se convertirán en causas originales a diferencia de todo lo demás que estará relacionado con la Ley de Causa y Efecto. La materia etérica con la que se formará el futuro cuero etérico y, por tanto, donde se imprime la película de la futura vida, es atraída en calidad y cantidad por el átomo-simiente de este cuerpo de acuerdo a las necesidades del arquetipo que construimos en el Mundo del Pensamiento antes de descender para renacer de nuevo. Con esta materia etérica (la que le corresponde al Ego según la vibración del arquetipo y su desarrollo espiritual) es con la que los Ángeles construyen el cuerpo etérico que después colocan en la matriz de la madre como molde para que atraiga los átomos físicos que formarán el cuerpo físico.

            Una vez formado y colocado en la matriz de la madre el cuerpo etérico, el Ego queda flotando alrededor de su futura madre alrededor de unos 20 días para luego entrar y quedarse prisionero dentro del cuerpo físico que se formará. Es entonces, cuando se produce ese primer contacto con el cuerpo etérico, cuando llega ese momento tan importante para el Ego como es la visualización de su futura vida donde se aprecia (entre otras cosas) el karma maduro o “deudas del destino que hay que liquidar”. Como el Ego está velado por la materia de sus correspondientes cuerpos, y no recuerda el compromiso que hizo en la región del pensamiento abstracto respecto a su futura vida, no entiende que todo esté programado así por su propio  bien y para que progrese más. Entonces, ante esa visión de la película en el momento de entrar en la matriz de la madre, puede quedar tan aterrorizado que intente huir evitando así que se hagan correctamente las conexiones entre los diferentes cuerpos. Digamos que esas incorrectas conexiones pueden hacer que la persona nazca idiota, pero no siempre es por ese motivo. Las malas relaciones y discusiones en un matrimonio donde el Ego va a renacer también pueden producir este hecho, lo cierto es que el Ego puede torcer las conexiones pero no cortarlas.

            El hecho de que el Ego dé un tirón del cuerpo etérico para evitar la entrada hace que ese cuerpo etérico no quede bien centrado en lo que será el cuerpo físico, produciéndose la idiotez por el hecho de que la cabeza etérica quede por encima de la física. Las conexiones se han de efectuar entre el cuerpo etérico y los centros de los sentidos en el cerebro del feto que se está formando (centros sensoriales físicos y etéricos) pero si el Ego intenta escapar a su destino es fácil que nazca con cierta subnormalidad y que pierda toda o casi toda su vida. En los procesos de renacimiento normales cuando el Ego elige, dentro de lo posible, el ambiente y otros aspectos de la futura vida, queda como un contrato entre él y los Ángeles del Destino que vigilan que su cumpla lo elegido. Si por algún motivo el ser humano intenta eludir sus compromisos contratados, al igual que le ocurre al ratón que tiene que llegar al queso en un laberinto, los Ángeles le irán cerrando puertas para que afronte lo que tienen comprometido para esta vida. Es cierto que respecto a las deudas pendientes para esta vida podemos hacer poco como ocurre cuando ya hemos mandado un mensaje por internet que ya no podemos evitar que llegue a su destino. Sin embargo, ocurre todo lo contrario con las causas que hayamos en la presente vida y que tendrán sus efectos en la siguiente. Excepto en lo que nos hayamos limitado con acciones del pasado, podemos hacer que nuestras causas sean siempre buenas, lo que nos facilitaría un destino mucho mejor para la próxima vida.

            Cuando vemos este panorama le vemos como un conjunto y por eso sacamos la conclusión de que puede ser una vida feliz o desgraciada. Solo cuando el ego se deja llevar por la propia forma de renacer correctamente podrá usar su cerebro como cualquier otro pero si se opone a cumplir su destino, no podrá hacer buen uso de su mente porque los cerebros etéricos y físicos estarán desorganizados

TERCER PANORAMA. 
Hasta ahora hemos visto el trabajo que hacemos y la ayuda que recibimos para preparar nuestra futura vida con las experiencias y hechos que nos darán la oportunidad de progresar en mayor o menor grado según afrontemos las circunstancias y según nos adaptemos y nos esforcemos por desarrollar positivamente nuestros diferentes cuerpos. Intentando no profundizar  en muchos detalles para no confundir al lector, ahora vamos a analizar cómo y por qué se presenta la película de nuestra vida pasada para que podamos extraer después todo el beneficio de las experiencias. El famoso “cordón plateado” que une los cuerpos de deseos y mental con el vital y el físico termina y está conectado al átomo-simiente del cuerpo físico situado en el ápice del corazón. Cuando llega el momento de la muerte esta conexión se rompe en el corazón y el átomo (el poder adquirido en los renacimientos pasados y  en la vida que acaba de terminar) sale del cuerpo físico, junto a los vehículos superiores invisibles y el cordón, por el nervio pneumogástrico a través de los ventrículos y por la parte posterior del cráneo. Este proceso puede ser sentido en mayor o menor grado según sea la muerte, una persona que está en cama sin sufrimiento alguno puede dormirse y no despertar más. Tampoco se enteran mucho de la transición los devotos y personas que tienen fe y que no tienen miedo a la muerte o las que se congelan y mueren, pero no ocurre lo mismo con los que  son jóvenes, los que tienen apego a la vida material y a los placeres, o los que mueren violentamente. La ruptura del cordón en el corazón y la salida del átomo, del cordón y de los cuerpos superiores del cuerpo físico es lo que marca el momento de la muerte física y médica, pero no la muerte real que es la que se produce después de ver el panorama de la vida pasada.

            El cuerpo etérico es el receptáculo donde queda grabado todo lo relacionado con la mente consciente y con la subconsciente, es decir, todo lo que hemos experimentado y todo lo que ha ocurrido a nuestros alrededor hayamos sido conscientes de ello o no. Es gracias a los éteres superiores de este cuerpo que se encuentran en el átomos-simiente como podemos llevarnos la película de nuestra vida pasada para luego grabarla en el cuerpo de deseos, y hasta que no se ha visualizado dicha película no se rompe el cordón plateado para separar los cuerpo físico y etérico del emocional y del mental que es lo que produce la verdadera muerte. Esta visualización es importante y delicada, importante porque cuanto más concentrados estemos en lo que estamos viendo más y mejor provecho extraeremos de las experiencias cuando estemos en el Mundo de Deseos, y delicado porque todo el daño que se le haga al cuerpo físico en ese tiempo lo sentiremos y hará que dejemos de estar absortos. Por consiguiente, es necesario tomar todas las medidas posibles según lo permitan las legislaciones de los países. Por ejemplo, lo ideal sería tener el cuerpo físico aislado en una cámara frigorífica hasta que pasen al menos tres días y medio que es lo que puede durar la visión del panorama, pero como aquí en España no lo permite la ley porque obliga enterrar  o a incinerar el cuerpo en un máximo de 24 horas, los españoles no tenemos algo más complicado.

            La duración de la película puede variar mucho de unos casos a otros, desde unas horas hasta esos tres días y medio según dice Max Heindel en sus variadas investigaciones clarividentes que hizo. Parece ser que la duración está relacionada con la capacidad que la persona tenga de estar despierta, lo que, a su vez, se relaciona con la vitalidad del cuerpo etérico. Pero también tiene relación con la edad de la persona que fallece porque la película de una persona de 40 años es mucho más corta que la de 80. Aun así, también se puede tener en cuenta el hecho de que la vida haya sido muy activa y accidentada o no y que el cuerpo etérico tenga mucha o poca vitalidad. Así la persona activa física y mentalmente, y que ha vivido muchas experiencias consciente y voluntariamente necesitará más tiempo que otros que hayan hecho lo contrario. Cuando se visualiza la película como un espectador, la persona está tranquila y concentrada casi como en una especie de sueño, por eso es importante que no se  toque el cuerpo y , si es posible, que nadie llore ni forme escándalos a su alrededor para que no se distraiga.
            Esta película la vemos en sentido inverso (desde la muerte hasta el nacimiento) para comprobar cómo los efectos tienen su causa en los hechos anteriores, y es cuando se ha terminado el panorama cuando el cuerpo etérico se queda sobre el cuerpo físico para desintegrarse ambos a la vez mientras que el Ego pasa con su cuerpo de deseos y su mente al Mundo de Deseos. Es importante que se grabe bien la película en el cuerpo de deseos (cuerpo de la sensación, de las emociones y de las impresiones) porque si no se hace así no podrán revivirse las escenas, faltarán las sensaciones y los sentimientos y no habrá intensidad que facilite la extracción de la quintaesencia de las experiencias. Cuando mejor visualización mejor grabación y más agudamente se sentirán las experiencias que se reviven en el Purgatorio y en el Cielo. Tengamos en cuenta que aunque las experiencias se olviden, el sentimiento de las experiencias queda y nos hablará en la próxima vida. Si bien es muy importante que no se haga la cremación antes de esos tres días y medio, es necesario evitar la extracción de órganos, las autopsias, etc. (respetando naturalmente las decisiones de cada cual) porque todo eso evita la vivencia profunda de esas experiencias lo que, a su vez, hace que no quede grabado como “conciencia” que es como decir que casi se pierde la vida pasada.

            Los cinco panoramas conocidos (puede haber otros) están   íntimamente relacionados con el paso del Ego por los diferentes mundos y con sus correspondientes estados de conciencia, que van de lo personal a lo espiritual en el estado post-morten y de lo espiritual a lo personal antes de nacer. El hecho de agotarse la vitalidad del cuerpo etérico hace que éste se colapse y salga del cuerpo físico cada noche y en el momento de  la muerte, con la diferencia de que en la muerte se rompe el cordón plateado y el Ego ya no puede volver a entrar en el cuerpo físico. Cuando el Ego sale haciendo un movimiento en espiral a partir de las suturas entre los huesos parietal y occipital del cráneo, se queda flotando sobre el cuerpo físico unido a éste por el cordón plateado, quedando el punto de ruptura que causa la muerte definitiva entre el Ego y el cuerpo físico. El Ego no sale hasta que el corazón se detiene porque el átomo-simiente del cuerpo físico se rompe para que salgan las fuerzas espirituales que contiene la película de la vida, aún así, el cordón todavía sigue intacto  y unido al corazón. Una vez vista la película, los dos éteres superiores (relacionados con la memoria y con la conciencia) se separan del cuerpo etérico y éste se queda junto al físico. Son estos dos éteres superiores los que se integran al cuerpo de deseos para (después de un corto tiempo en estado de inconsciencia) formar la matriz o imagen de la persona cuando despierte en el Mundo de Deseos.

            Como ya pudimos comprender cuando explicamos la elección de la película de la futura vida en el Segundo Cielo, allí se crea un arquetipo de energía mental vibrante cuya duración prevista marcará el momento de  la muerte, si el hombre no lo agota antes de lo previsto como suele ocurrir. Esto significa que lo que llamamos muerte está producida porque el arquetipo ha dejado de vibrar para dar paso a su desintegración. Generalmente, la persona comienza a ver la película de su vida pasada a partir de pararse el corazón y salir el Ego del cuerpo físico, pero no siempre es así porque se han dado casos de apariciones de recién muertos que indican que aún no habían comenzado la retrospección de la película. Una vez hecha la retrospección de la película de la vida pasada es cuando el Ego entra en sueño para despertar en el Mundo de Deseos con sus cuerpos emocional y mental, y con los dos éteres superiores que permanecerán junto a él hasta el Tercer Cielo donde se volverán a activar para que en la siguiente vida formen parte de ese cuerpo espiritual que todos estamos formando vida tras vida y que se llama Cuerpo del Alma.

            Para cualquier clarividente, aunque solo pueda ver la parte etérica de la Tierra, es un espectáculo repugnante y asqueroso ver cómo se desintegran los cuerpo etéricos que están flotando por encima del cuerpo físico en los cementerios. Desde el punto de vista higiénico también es totalmente negativo porque hay toda clase de bacterias y virus en los cementerios. No hay que hacer nada más que acercarse a los nichos donde están enterrando a las personas para oler ese olor a muerto característico que nos lleva a imaginar lo que está pasando con esos cuerpos abandonados por sus dueños. Esto se eliminaría con la cremación pero ésta es un inconveniente para nuestra evolución si no dejamos pasar al menos tres días sin tocar el cuerpo. Quemar el cuerpo antes de la retrospección de la película destruye la misma y perdemos las experiencias y su esencia espiritual que guardamos como sentimiento y cuerpo Alma; sin embargo, la cremación es lo ideal, por tanto, ¿cuál es la solución? El inconveniente del enterramiento es que el hombre se siente atraído hacia lo que ha conocido y experimentado y hacia los placeres de la vida, pero eso es superado fácilmente por los que conocemos estas enseñanzas y tenemos cierto poder sobre las emociones, sobre los deseos y sobre la mente. El inconveniente de la cremación ya lo hemos dicho pero se sabe que hay auxiliares invisibles (seres humanos adelantados) y jerarquías (posiblemente Ángeles y Arcángeles) que, con  la ayuda de los espíritus de la naturaleza ayudan al hombre cuando puede perder parte de su película. Por otro lado, es lógico pensar, y así lo creo, que esas jerarquías y seres tengan un plan para evitar que una persona que ha tenido una vida muy fructífera, no la pierda sin que sea su voluntad; no sería justo dentro del Plan de Dios. Por tanto, que cada uno extraiga sus conclusiones y haga lo que crea conveniente.

            Cuando se muere, la conciencia deja de estar centrada en el cuerpo físico para ampliarse a todos los sitios donde ha tenido experiencias, ese es el comienzo de la retrospección y, aunque la persona está como un simple espectador parece como si estuviera en todos esos sitios a la vez. En esos momentos podemos “observar” la tristeza de un hecho ocurrido en la vida pasada pero no lo vivimos porque eso solo se experimenta en el Purgatorio. En esa película podemos ver todos los pormenores e incluso hechos que ocurrieron y que no nos dimos cuenta de ello, pero se ve todo como si fuera un recuerdo y sin experiencias internas.

CUARTO PANORAMA DEL PURGATORIO
Hasta ahora hemos podido ver cómo, (tanto en los dos panoramas que nos presentan ates de nacer como el que vemos nada más morir en el mundo físico) en ningún panorama de los tres explicados sentimos nada interiormente o revivimos los hechos, solo en el panorama del Mundo de Deseos re-vemos y revivimos internamente la vida física. En realidad en el Mundo de Deseos solo se re-vive un panorama pero este puede dividirse en varios según el desarrollo espiritual y las experiencias pasadas. Veamos, una persona que se haya dedicado a hacer el bien, a servir al prójimo y a la oración, iría directamente al Primer Cielo; otra persona que ha dedicado su vida y se concentra en los negocios, que ha pensado que tras la muerte no hay nada y que no cree en nada más que en lo material, se quedará en el cuarto plano intermedio en una especie de aislamiento creado por él mismo; y una tercera persona que haya dedicado parte de su vida a hacer mal y mucho daño al prójimo, comenzará por el primer plano que será para él como un Infierno y un Purgatorio. Así es que, lo primero que debe quedar claro es que después de la muerte seguimos siendo la misma persona y que existimos en un mundo como éste (pero de materia emocional) en unas circunstancias panorámicas que nosotros hemos creado durante la vida física. Nos podremos encontrar con personas que han muerto antes o que aún viven y con muchos otros seres, y con todos ellos y en dichas circunstancias podemos ser nosotros mismos pero no podemos cambiar nada del panorama que se nos presenta porque fue creado cuando teníamos cuerpo físico en el mundo de las causas respecto al Mundo de Deseos.

Allí revivimos a nivel emocional y mental las experiencias de la Tierra pero experimentándolas internamente en el orden siguiente: Infierno, Purgatorio y Cielo. Si se hizo daño a alguien y al cabo de unos años se rectificó, se revivirá sufriendo primero el mal que se hizo a esa persona para luego sentir la felicidad del bien que se hizo con la rectificación y el bien que pudimos sentir de esa y otras personas relacionadas con el hecho. Es posible que tanto el ateo como el hombre de negocios que no tuvo tiempo para buscar el aspecto espiritual de la vida, hayan podido llevar una vida honrada sin dañar a nadie y sin corromper su vida con los vicios y placeres terrenales, por eso ni sufren en el Purgatorio ni tienen nada que recibir en el Primer Cielo. Allí el hombre de negocios se aburre y echa de menos sus asuntos y el ateo, aunque comprende que hay algo más de lo que pensaba, puede pensar que está en una fase de aniquilación y sufrir por la misma incertidumbre y por el miedo.       
            No Hay que entender esto como que vemos la película y vamos sufriendo continuamente como si esos mundos espirituales fueran un lugar de castigo. A mí  me gusta interpretar lo que allí ocurre desde dos puntos de vista distintos:

1º.- El dolor hay que entenderle como la “comprensión de que se necesita una lección para que en un futuro no volvamos a repetir ese mal”, se sufre porque la película nos hace comprender el mal que hicimos y la necesidad de rectificar en la siguiente vida porque ahí ya es tarde para hacerlo; por tanto, allí no hay castigo y sí hay arrepentimiento, deseo de rectificar y de pedir perdón, y la comprensión necesaria como para decir ¡necesito el sufrimiento para entender lo que no se debe hacer!

2º.- No se debe pensar que el hecho de ver todo el mal que hicimos sin ninguna visualización de lo bueno (porque eso lo vemos en el Cielo) hace que estemos sufriendo continuamente hasta pasar al Primer Cielo; eso no es así, porque si fuera así sería poco efectivo el Purgatorio e incluso el Infierno. Allí se tiene una vida similar a esta en sentido de que estamos donde queremos estar y con personas conocidas o familiares como lo estamos aquí pero entre tanto la ley de repulsión hace que revivamos algunas escenas de la película para que nos cause el dolor que nos hará grabar en la conciencia que eso no lo debemos hacer. Así podemos entender que, al igual que ocurriría con un niño al que castigáramos todos los días, (se acostumbraría al dolor y llegaría el día que no le haría efecto) no tendría el efecto necesario porque llegaría el momento en que al niño no le importaría ni siquiera estar allí.

            La película trata de hacernos ver que los efectos que allí se viven tienen su origen en lo que hicimos en la vida, que el dolor que sentimos allí haga que nos arrepintamos y que tomemos nota de ello como conciencia, y que sintamos la necesidad de devolver la deuda en sentido positivo y de tener otra oportunidad en otra vida. Esto se quedará latente en ese átomo-simiente donde se guardan las esencias de las anteriores vidas, pero en el próximo descenso para renacer el Ego lo despertará como un poder espiritual para hacer más bien al prójimo en el mundo. Como sabemos, el Purgatorio y el Primer Cielo están en el Mundo de Deseos, y nuestro cuerpo de deseos (que allí tiene la  imagen del físico) está formado de materia de deseos, sentimientos, emociones, pasiones, anhelos, etc. Pues bien, allí no solo revivimos el dolor que causamos conscientemente a otros y todo el mal que recordemos sino todo el mal que hayamos hecho conscientemente o no y todo dolor que haya podido sentir una persona por algo que tenga su origen en nosotros. Esto no ocurre por el simple hecho de ver la película sino por revivir en nuestro cuerpo de deseos esos males como si estuviéramos en el mismo lugar y con esa o esas personas otra vez. Es más se sienten más aquellos deseos y sentimientos ocultos y que no queríamos mostrar en la tierra que los otros más comunes como puede ser una crítica o un insulto.

            A muchos lectores les costará entender estas enseñanzas, imaginar los mundos o incluso las relaciones y vivencias que allí se tienen, pero eso es lo que menos importa, lo importante es ver la mano de Dios se encuentra detrás de todo esto y cómo estas enseñanzas causan un gran beneficio a quien las admite. Estas enseñanzas son como una mochila donde llevamos todo lo necesario para hacer frente a lo que allí ocurre con la tranquilidad de que saldremos como vencedores por encima de la muerte. La filosofía oculta alumbra la obscuridad de la ignorancia, origina fe ante la duda y causa seguridad ante lo desconocido, es más, facilita los medios suficientes para eliminar gran parte del  sufrimiento que generamos aquí y que deberíamos sufrir allí (ver la “retrospección” de la Fraternidad Rosacruz Max Heindel) una vez aprendida la manera de evitar el Purgatorio y una vez concienciados de que el mal se hace en pensamiento, palabra y obra, solo es necesario recordar que estamos grabando constantemente la película que luego nos puede hacer sufrir en el Purgatorio. Allí se olvidan las experiencias pero quedan las virtudes que resultan de esas experiencias, hasta ahí todo bien, pero no se puede decir lo mismo del mal porque, aunque también el Purgatorio nos enseña, éste lo hace por medio del sufrimiento.

            La película o panorama que revivimos en el Mundo de Deseos no está relacionada directamente con el karma, pues allí solo se re-vive el bien y el mal que hicimos a otros y que se refleja en nuestros cuerpos de deseos. Como las experiencias se reviven allí tres veces más rápido que el tiempo en el que ocurrieron en la Tierra porque se sufre bastante más intensamente que aquí por no tener cuerpo físico, revivimos la vida en pocos años y queda la quintaesencia lista para unirse al Cuerpo del Alma mientras que el cuerpo de deseos queda como un cascarón inhabitado. Otra particularidad de ese mundo es que en cada experiencia revivida con otra persona nos sentimos (como cuerpo de deseos) en el lugar donde se encuentre esa persona aunque el hecho ocurriera en otro sitio. Podríamos decir que nuestro cuerpo de deseos se divide en partes según la parte de este cuerpo esté reviviendo tal o cual hecho en uno u otro lugar. Este sentirnos en el lugar y puesto del otro cuando se presentan las imágenes de la película es la oportunidad que cada uno tiene de quedar bien moral y espiritualmente (por eso deberíamos practicar aquí ya el perdón, el arrepentimiento, las disculpas, el ver la parte buena en lo llamamos malo, etc.) Cuando digo que nos vemos en el puesto del otro, quiero decir que estamos sintiendo en nuestro cuerpo de deseos lo que sintió la otra persona cuando le hicimos el hecho del que seamos culpables. Y esto hace que esa relación no solo nos enseñe por medio del sufrimiento en el Purgatorio sino que también hace que entre en juego la ley del karma para volver a unirnos en otra vida. Solo hay un lugar, o mejor dicho, estado de conciencia, donde se puede decir que se sufre como muchos se imagina, éste es el  primer plano del Mundo de Deseos o Infierno. En este plano están las peores personas de este mundo, por tanto, hay odio, lujuria, ira y un motón de perversiones que han de ser arrancas por la ley de repulsión de los cuerpo de deseos de los que allí se encuentran, y mientras no se liberen de las bajas y groseras vibraciones no podrán ascender al Purgatorio.

            El hecho de abandonar el cuerpo físico para pasar al Mundo del Deseo después de la muerte trae consigo un descanso, intervalo o sueño (que no es otra cosa que pasar de la obscuridad a la luz del Mundo del Deseo –lo que algunos llaman un túnel obscuro-)  que hace que la persona despierte en ese mundo. Antes de comenzar a revivir las escenas de la vida pasada el hombre siente un gran alivio o sensación de libertad por no sentirse dentro de su cuerpo físico, siente como que flota y que puede desplazarse a voluntad por todo el planeta. Pero el panorama del Purgatorio tiene que liberar también al hombre de la carga de los bajos deseos y perversos sentimientos que han cristalizado parte de su cuerpo de deseos. A partir de despertar en el Mundo del Deseo, nuestro cuerpo de deseos toma la forma del físico y deja la materia de deseos más grosera en la parte más externa para que pueda ser arrancada por la fuerza de repulsión que gobierna estas bajas regiones; si la materia de este tipo es poca se acabará pronto el sufrimiento y podrá pasar antes al Primer Cielo. El papel de la película del Purgatorio es activar nuestra conciencia porque es la película la que hace que nuestra conciencia nos acuse de haber hecho el mal, y si nosotros respondemos con arrepentimiento y humildad ante el dolor que debemos sufrir, antes  lo eliminamos de nuestro cuerpo de deseos.

            En el Purgatorio perdemos el sentido de la identidad cuando revivimos alguna escena de la película para “ser” la otra persona y así aprendemos a ser misericordiosos y fraternales. También aquí en la Tierra podemos hacer lo mismo para eliminar futuros sufrimientos en el Purgatorio, es decir, ponernos en el lugar del que hemos dañado y ofendido y pedir perdón y arrepentirnos. Démonos cuenta que hemos de arrancar la imagen de nuestro cuerpo de deseos (de la película) al menos con la misma fuerza (de odio rencor, etc.) con la que la grabamos en el átomo-simiente del corazón, que es donde se graba la película de la vida. Así quedaremos libres de ese mal, lo que nos permitirá visitar a alguien en la Tierra, viajar por el Mundo del Deseo o incluso ascender un poco al Primer Cielo hasta que tengamos que revivir la próxima escena. Hemos de concienciarnos de que aquí podemos adelantar mucho y evitar en gran parte el Purgatorio. El arrepentimiento, el pedir perdón, la reforma y la retrospección pueden eliminar muchas imágenes de la futura película purgatorial (de la memoria subconsciente). El hecho de auto-observarnos a nosotros mismos, restituir o recompensar el mal causado, y ser sinceros al enjuiciarnos y al sufrir en el puesto del que hayamos hecho el mal, eliminará también esos malos hábitos y ese carácter y construiremos un cielo para nosotros mientras estamos aquí en la Tierra.


QUINTO PANORAMA DEL CIELO
El último panorama que revivimos en el estado post-morten es el del Cielo del Mundo de Deseos que está situado en las tres regiones superiores de este mundo. Por consiguiente, cuando hemos abandonado el Purgatorio y nos situamos en este Cielo es cuando incorporamos el fruto del sufrimiento en el Purgatorio en el átomo-simiente del cuerpo de deseos para que, como rectitud, nos impulse a hacer el bien y a rechazar el mal. En este panorama basado en los buenos sentimientos, deseos y emociones, comprendemos y sentimos la felicidad, la alegría y todo lo bueno que experimentamos cuando en la Tierra hicimos buenas obras a la humanidad. También sentimos lo que esas personas sintieron y experimentaron cuando les ayudamos o les hicimos algún bien, fueran palabras, cariño, donaciones materiales, etc. Como es evidente, ocurre lo mismo respecto a los beneficios favores y ayuda que otros nos hicieron a nosotros y lo que nosotros sentimos en ese momento si es que le dimos importancia; de ahí la necesidad de ser agradecidos y de valorar todo lo que otros hagan por nosotros. A algunos quizás le parezca una pesadez o muy repetitivo el hecho de decir que hay que hacer el bien y rechazar el mal, pero cuando analizamos lo que hacemos y lo que nos ocurre en el Mundo de Deseos nos damos cuenta de que, si de verdad queremos evitar el sufrimiento purgatorial y ser felices hasta lo inimaginable, debemos actuar así en esta vida. La mayoría de nosotros actuamos todos los días de igual forma, repetimos las mismas cosas, sentimientos y pensamientos, de forma automática e inconsciente; perdemos el tiempo en cosas inútiles y no controlamos los sentimientos, ni las emociones y mucho menos la mente. No nos auto-observamos para ver cómo sentimos y cómo pensamos para luego hablar y actuar de forma controlada. No prestamos atención a lo que ocurre a nuestro alrededor perdiendo así oportunidades de servir y de mejorar en todos los sentidos, y así sucesivamente. Si invirtiéramos el tiempo de ver la TV en hacer un voluntariado o algún tipo de trabajo que beneficiara al prójimo, o simplemente a leer un buen libro que estimule nuestros más elevados sentimientos, estaríamos menos tiempo en el Purgatorio y mucho más en el Primer Cielo.

            Como su significado indica, el Cielo es un “lugar” donde sólo somos conscientes de todo aquello que nos trae felicidad y donde no cabe lo negativo en ningún sentido. Y digo esto porque aquí no solo se revive el bien que hicimos y todo lo dicho anteriormente, sino que aquí realizamos todo los anhelos de la vida terrestre y descansamos tanto o más como haya sido de dura nuestra vida. Aquí tampoco hay nada  que nos pueda perjudicar o hacer sufrir (enfermedades, problemas, etc.) sino que más bien es la Tierra donde deseábamos o hemos imaginado que quisiéramos estar después de la muerte. Allí construimos todo lo que deseamos según nuestros buenos deseos y sentimientos y según nuestras aspiraciones y el desarrollo espiritual que tengamos. Los estudiosos, los que quieren aprender o perfeccionar lo que saben, los que quieran ayudar a otros, todos podemos crear allí las formas vivientes o perfectas que queramos por medio del pensamiento. Allí todo es más viviente y por eso se pueden rectificar nuestros errores y nuestras obras para que en la próxima vida no tengamos los mismos fracasos y seamos más conscientes de nuestras actitudes.

            Recordemos que la película post-morten se graba luego en el cuerpo de deseos y es de ahí de donde la ley de repulsión arranca el mal que como materia de deseos está en nuestro cuerpo, y que  en el Cielo es la ley de atracción la que atrae las vibraciones similares a las nuestras y hace que nos relacionemos con seres con los que estamos en sintonía. Así que comenzando por la capa más externa de nuestro cuerpo de deseos, atraemos e incrementamos el bien en la primera región de este Cielo (quinta del Mundo de Deseos comenzando por la inferior) según los hechos que se nos presenten en forma de imágenes para revivirlos. Entretanto y como se ha dicho, podemos ser creativos y construir todo lo imaginable que de ese estado de conciencia pueda surgir. Creo conveniente recalcar que lo que vemos en este Cielo también es producto de lo que pensamos e imaginamos aquí en la vida física, por eso se suele decir que cada persona tiene su forma de Cielo particular de acuerdo a lo que haya pensado que es el estado post-morten. De hecho, como los ocultistas sabemos, la materia de estos planos se modelan de acuerdo a lo que pensamos y a lo que voluntariamente queremos crear, después esas formas se moverán gracias a ciertos elementales y durarán solo el tiempo que duren los pensamientos y los deseos. De aquí que una persona devota tenga la imagen de un Cristo viviente, un niño tenga el mejor juguete que haya imaginado, otros puedan crear una imagen de un ser querido y mantenerlo durante el tiempo que quieran, y otros creyentes del diablo observen la imagen que ellos mismos han creado involuntariamente y por sus creencias. Ya he dicho que cuando pasamos al Mundo de Deseos, la forma ovoide que aquí llamamos cuerpo de deseos, allí toma la imagen del cuerpo físico, pero esta imagen no perdura hasta el final del Cielo, sino que según vamos ascendiendo hacia el cuarto plano y después al Cielo, vamos perdiendo imagen de nuestro cuerpo hasta que, al final, solo nos queda la cabeza donde se encuentra la mente que es lo único que necesitamos en el próximo mundo.

            Cuando en nuestro ascenso post-morten llegamos al hogar del Ego en el Tercer Cielo (planos superiores del Mundo Pensamiento) no solo llevamos el cuerpo mental, también llevamos los dos éteres superiores del cuerpo etérico llamados éter luminoso y reflector y que tienen relación directa con la percepción sensorial y con la memoria. Cada uno de nosotros tiene cierta cantidad de estos éteres de acuerdo a su desarrollo espiritual alcanzado a lo largo de sus renacimientos, por esa razón podríamos decir que en ellos van el carácter que mostramos en cada vida gracias a que estos éteres se mezclan con la sangre. El motivo de hacer este comentario en estos párrafos que tratan de la película de la vida no tiene otro fin que el de dejar claro que en ellos están nuestro Cielo de cada vida según las buenas obras que hayamos hecho con nuestros pensamientos, con los deseos y sentimientos, con nuestras palabras y con nuestros actos. Es necesario aumentar en algún grado el buen carácter impreso en esos éteres si queremos disfrutar verdaderamente de nuestra película del Cielo, por eso se dice en ocultismo que el Purgatorio no es inevitable. El Purgatorio es como un hospital donde tenemos que estar para que nos curen las heridas, y el Primer cielo, donde vemos este panorama, es como un lugar de vacaciones donde vamos a disfrutar de todo lo que podamos imaginar. Dentro de nuestro carácter todos hemos desarrollado ciertas cualidades relacionadas con el arte, con el altruismo y con todo lo que consideramos verdadero y bello desde el punto de vista interno. Estos aspectos de la vida y del carácter están presentes en estos planos del Cielo y como a estos planos también se les considera del “amor”, cada uno de nosotros puede engrandecerse en ese sentido y prepara “en parte”, su carácter para la futura vida.


            Este Cielo no nos limita sólo a las imágenes de nuestras buenas obras de la vida pasada sino que nos ofrece la oportunidad de expresarnos y de manifestar nuevas y originales causas positivas que se agregarán a la materia de nuestro cuerpo de deseos gracias a la ley de atracción. Por esta razón también cada uno de nosotros podemos crear allí el más bello y espiritual de los ambientes donde reunirnos con otras personas fallecidas y con otros seres. Allí hacemos amistades, volvemos a reunirnos con otros familiares y amigos, contactamos con Ángeles y  Arcángeles, asistimos a escuelas “universitarias” donde perfeccionemos lo que ya conocemos, los ocultistas y estudiosos podemos atesorar grandes conocimientos y, en definitiva, crear lo que queramos gracias a que aún tenemos la mente. También las personas que se aman tanto como para “necesitarse” mutuamente, si fallecieran juntos o con pocos años de diferencia se juntarían en este Cielo. Incluso con más años de diferencia el que esté en el Cielo pude crear una imagen del otro para tenerle cerca. El Primer Cielo tiene toda clase de formas y soluciones para bendecir y ayudar a los que allí llegan y así lo disfrutarán mientras haya panorama que revivir. Si el Purgatorio hace que olvidemos los vicios y que nazcamos inocentes en cada vida, el Primer Cielo trasmuta nuestros experiencias en benevolencia y altruismo.

Francisco Nieto

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