martes, 15 de septiembre de 2015

El Nacimiento de la mente.


EL NACIMIENTO DE LA MENTE

A nivel Cósmico, el Diluvio representa el comienzo de la vida de la oleada humana, en otro Mundo. Hasta entonces, la humanidad vivía en un elemento húmedo y esas aguas se condensaron para dar paso a un nuevo elemento: el AIRE, que actualmente respiramos. ( el libro de Max Heindel, el Concepto Rosacruz del Cosmos, expone estos hechos de manera evidente y comprensible).
Mientras vivíamos en ambiente acuoso, sólo el Cuerpo de Deseos se encontraba vitalizado, es decir, el hombre actuaba movido por sus deseos, pero no por una mente pensante. A partir del Diluvio sería posible que naciera en nosotros un Cuerpo Mental.
Cada una de las etapas vividas se recapitula en el individuo, de forma que el Diluvio, a nivel individual, se sitúa en la etapa intra-uterina, cuando el feto se baña en las “aguas pre-diluvianas”. Cuando esas aguas se derraman y el niño nace, el infante se encuentra, como Noé cuando pisó tierra firme por primera vez.
Tenemos pues con Noé un cambio de directorio en el Mundo. Los de Caín habían perdido la dirección de la Tierra, se han muerto en el Diluvio, y Noé empieza su reinado. Con él, el mundo conocería las grandes ceremonias, los ritos, la magia, los encantamientos, en una palabra: la religiosidad.
Pero, si el mundo pudo vivir sin Abel, toda vida sería imposible sin la capacidad organizadora y creadora de Caín, de modo que Noé, nos dice la Biblia, tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet.
Cam, el que descubrió los órganos genitales de su padre mientras dormía su borrachera, fue maldito por Noé. Él sería el continuador de la rama del “hermano maldito”, pero era hijo de la tendencia principal, representada por el padre, de modo que se vería subordinado a los Noé-Abel, que dominarían el Mundo.
La borrachera de Noé no es un mero episodio pintoresco. Noé continuaba conectado con la trascendencia, seguía siendo un robot movido por la generación de los Ángeles, y era preciso que conquistara su plena individualidad.
El vino fue lo que le ayudó a desligarse del contacto de la generación angélica, para vivir más al tanto de las cosas de la tierra. El uso del alcohol, como el de la fuerza sexual, imposibilitan el contacto con las generaciones que nos preceden en el camino de la evolución, de modo que si la sexualidad y el alcohol fueron positivos para el hombre en el momento en que el objetivo era conquistar el mundo material, resultan altamente negativos ahora, cuando estamos en un momento en que la evolución apunta de nuevo hacia arriba y cuando el objetivo es restablecer el contacto con esas Entidades que van por delante nuestro en la obra del Mundo: Los Ángeles.
J.L.

Agradecemos a la Asociación de Estudiantes de Filosofía Rosacruz Max Heindel,
por este aporte

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